Unificación de Italia y Alemania: Causas, Desarrollo y Consecuencias en la Europa del Siglo XIX

Unificación de Italia y Alemania en el Siglo XIX

Formación del Reino de Italia

Desde 1815, el norte y el centro de la península italiana se encontraban bajo influencia austriaca. Solo permanecían independientes el Reino de Piamonte y los Estados Pontificios. El Reino de las Dos Sicilias estaba gobernado por los Borbones. Todos estos territorios compartían una lengua, casi recluida al ámbito intelectual y literario. Existían notables diferencias entre el norte de la península italiana, más industrializado, y el sur, más agrario. Tras la dominación napoleónica, en algunos sectores minoritarios de la sociedad italiana creció el deseo de formar un estado unitario. Surgieron iniciativas como las siguientes:

  • Un movimiento intelectual que soñaba con la unidad italiana.
  • Unas ambiciones económicas que deseaban ampliar el mercado.
  • Diversos proyectos políticos que pretendieron unificar a los italianos en torno al Papa.

El fracaso de estos proyectos obligó a buscar otras vías para crear un solo estado italiano. El promotor de la unificación italiana fue Camillo Benso, conde de Cavour, un liberal moderado que estaba al frente del gobierno de Cerdeña y había convertido este reino en un estado liberal moderno, y a su rey, Víctor Manuel II, en el candidato idóneo para dirigir la lucha contra los absolutistas austriacos.

Fases de la Unificación Italiana

  • Francia y Piamonte entraron en guerra contra el Imperio Austriaco y le arrebataron Lombardía.
  • Una vez libre de la presión austriaca, a Piamonte le resultó fácil anexionarse los ducados centrales y parte de los Estados Pontificios.
  • Giuseppe Garibaldi, guerrillero republicano, desembarcó en Sicilia y Nápoles con un ejército de voluntarios y derrocó a los Borbones. Sin embargo, Garibaldi cedió el poder al rey de Piamonte y este ocupó el sur de la península italiana.
  • El nuevo Reino de Italia, con capital en Florencia, aprovechó otros conflictos internacionales para completar la unificación.

Formación del Imperio Alemán

El Sacro Imperio Romano Germánico sobrevivió hasta las guerras napoleónicas y fue sustituido por una Confederación Germánica en la que convivían más de treinta estados. Entre estos últimos sobresalían el Imperio Austriaco y el Reino de Prusia. Por su parte, el Reino de Dinamarca poseía una región dentro de la Confederación. La mayor parte de la población alemana estaba unida por un vínculo cultural: la lengua. Sin embargo, buena parte de la población de la Confederación Germánica no hablaba alemán. La revolución de 1848 fracasó en su intento de unificación. El Parlamento de Fráncfort, que pretendía proclamar una constitución alemana, no contó con el apoyo de Austria. La unión aduanera, Zollverein, creó vínculos económicos que contribuyeron a la unificación. Así, en torno a Prusia se configuró un espacio de libre comercio que excluía a Austria y a Dinamarca, y unía los intereses industriales, comerciales y terratenientes en un mercado nacional protegido de la competencia exterior.

El promotor de la unificación alemana fue el Reino de Prusia y su canciller, Otto von Bismarck, un terrateniente conservador representante de la aristocracia, que unificó Alemania en torno a Prusia a través de sucesivas guerras:

  • Guerra contra Dinamarca: se discutió sobre quién debía heredar unos ducados daneses. Tras la derrota danesa, los ducados fueron administrados conjuntamente por Austria y Prusia.
  • Guerra contra Austria: Bismarck proclamó una guerra contra Austria. Austria fue vencida y tuvo que ceder Venecia a Italia y permitir la remodelación de la Confederación Germánica, excluyendo a Austria.
  • Guerra contra Francia: (se infiere que el texto original continúa con este punto).

La Revolución Industrial en el Siglo XVIII

La Revolución Industrial fue un proceso de cambio que tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XVIII, en el que intervinieron técnicas, descubrimientos teóricos, capitales y transformaciones sociales, acompañado por una renovación de la agricultura que permitió el desplazamiento de una parte de las masas campesinas a las ciudades.

Revolución Demográfica

La expansión de la población y el despegue industrial son dos fenómenos estructuralmente relacionados. La clave de la explosión demográfica fue la reducción de la mortalidad. Se pasa de un régimen demográfico antiguo a otro de transición. Fueron los avances en la higiene los que protagonizaron la lucha contra la muerte prematura. Aún hubiera sido más acusado el aumento de la población de no haber sido por la existencia de unos frenos poderosos: mortalidad infantil elevada, últimas hambrunas, como en Irlanda, y epidemias, como el cólera. A pesar de estos frenos, el potencial de crecimiento de los países más industrializados era indudable.

El Papel de la Agricultura

La industrialización quizás no se hubiera producido sin una modernización agrícola. La incapacidad para alimentar a una población creciente hubiera hecho imposible el despegue industrial. Las aportaciones de la agricultura fueron: alimentos, mercado, capital y mano de obra. La revolución agraria fue, en gran medida, un fenómeno de progreso técnico. El aumento de la producción, especialmente de cereales, permitió el abastecimiento de las grandes urbes. Finalmente, la renovación de las técnicas de trabajo agrícola, con la introducción de arados y trilladoras, redujo la necesidad de mano de obra en el campo.

La Industria del Algodón

El algodón resume todos los rasgos de la primera Revolución Industrial: es una materia abundante y barata, su producción está concentrada en una región reducida, y hay una renovación continua de las técnicas, puesto que el algodón era una materia fácilmente tratable con maquinaria. Su importancia fue en continuo y progresivo aumento. En 1800 suponía el 40% de las exportaciones inglesas.

La Industria Siderúrgica

El segundo gran sector de crecimiento lo constituyen la hulla y el hierro. El carbón es más barato, abundante y con mayor potencia calorífica. El hierro se convierte en un elemento imprescindible; la producción inglesa se multiplica por cien en un siglo.

La Era del Ferrocarril

Debemos a James Watt la construcción de las primeras máquinas de vapor. El vapor se aplicó primero en la industria textil, pero será en el transporte donde consiga sus innovaciones más trascendentes. Dentro del ferrocarril, en su expansión influyen tres vertientes:

  • Teórica: la construcción de la locomotora por parte de George Stephenson significa una gran conquista de la ingeniería.
  • Financiera: los grandes beneficios obtenidos en la industria algodonera y en la agricultura corrían el riesgo de no poder ser invertidos totalmente. Los experimentos de Stephenson canalizaron este dinero hacia la construcción de vías férreas.

El ferrocarril hizo obtener mayores ganancias en la agricultura porque motivó la especialización de las regiones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *