El Franquismo y su Impacto en la España del Siglo XX
El Régimen de Franco: Características y Consolidación (1939-1975)
El poder dictatorial de Francisco Franco fue la clave del sistema político surgido tras el fin de la Guerra Civil. Franco fue exaltado como un líder excepcional y carismático, que demostró poseer una enorme capacidad y habilidad de adaptación para mantenerse en el poder a lo largo del tiempo. El nuevo régimen franquista se caracterizó por un fuerte autoritarismo, la anulación de las libertades, el rechazo de los principios democráticos, la negación del sufragio universal y la supresión del pluripartidismo. El proceso de institucionalización del régimen avanzó con mucha lentitud y su legislación fundamental fue promulgada entre 1940 y 1967.
En 1940, el Gobierno Franquista creó el sindicato vertical, organizado siguiendo el planteamiento corporativista en 24 ramas donde quedaron encuadrados con carácter obligatorio todos los trabajadores asalariados, ingenieros, empresarios (Ley de Unidad Sindical). La Ley de Cortes (1942) restableció un órgano parlamentario, pero se le privó de sus atribuciones legislativas, siendo solo un órgano consultivo. Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Franco tuvo que abandonar la retórica falangista para adaptarse a la nueva situación. Se intentó ofrecer una apariencia democratizadora. El Fuero de los Españoles fue presentado como una enumeración de derechos, pero solo contenía una declaración doctrinal oficial del régimen que no fue significativa realmente. La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947) afirmaba el carácter vitalicio de la dictadura de Franco, definiendo a España como reino y regulando el mecanismo de sucesión para garantizar la continuidad del régimen.
Los valores ideológicos esenciales del régimen franquista fueron el anticomunismo, el nacionalcatolicismo, el antiliberalismo, el autoritarismo derechista, el corporativismo y la defensa del orden y de la propiedad privada. En 1940, el gobierno creó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo para perseguir, depurar, encarcelar y sancionar a todo aquel que hubiera tenido relación con grupos políticos y organizaciones sindicales de izquierdas (miles de personas fueron detenidas y encarceladas en los años siguientes).
Franco y su gobierno contaron con muchos seguidores en todos los grupos sociales, siendo así los apoyos populares del régimen extensos y heterogéneos. Los militares obedecieron al dictador porque compartían los principios ideológicos del régimen, así que jamás cuestionaron su autoridad. Además del apoyo diplomático del Vaticano, el régimen recibió el refuerzo de los eclesiásticos y católicos del Opus Dei y de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Los falangistas también participaron y colaboraron, siendo su objetivo el encuadramiento de las mujeres, jóvenes y estudiantes universitarios dentro del partido único franquista (la Segunda Guerra Mundial, con la derrota germano-italiana, perjudicó a muchos falangistas). Los carlistas mantuvieron siempre una estrecha colaboración con el régimen y fueron designados por Franco para desempeñar distintas carteras ministeriales. Los sectores empresariales también cooperaron, resultando favorecidos por su legislación y obtuvieron muchas ventajas del régimen. Y casi todos los monárquicos derechistas y antiliberales apoyaron asimismo al régimen.
El Franquismo ante la Segunda Guerra Mundial y la Posguerra (1939-1953)
En 1939, la identificación diplomática e ideológica del régimen franquista con los países fascistas era completa, mas cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, Franco proclamó la neutralidad española. Esto no impidió que el gobierno franquista manifestara su simpatía por las potencias del Eje. En 1941, el ejército alemán atacó a la Unión Soviética y penetró en el territorio ruso, impulsando al gobierno de Franco a enviar un cuerpo expedicionario (la División Azul) para combatir con las tropas de la Wehrmacht en el frente ruso. A lo largo de la guerra, el gobierno de Franco fue adaptando sus maniobras diplomáticas a la imprevisible coyuntura.
La segunda etapa comenzaría con el aislamiento internacional (1945-1953), donde tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, España quedó en una situación de marginación internacional. Se rechazó la admisión de España en la ONU (recién creada), el Gobierno francés cerró la frontera pirenaica hasta 1948, los norteamericanos excluyeron a España del Plan Marshall, y solo cinco estados mantuvieron a sus embajadores en España (Argentina, Portugal, Irlanda, Suiza y el Vaticano).
Acercamiento a Estados Unidos e Integración Internacional (1953-1975)
La gradual inserción de España en el escenario internacional se produjo durante los años 50. Como última etapa, están los acuerdos con Estados Unidos. La aproximación entre Estados Unidos y España fue posible debido a la tensión soviético-norteamericana a escala mundial, que incrementó de repente la importancia geoestratégica de España. Así, Estados Unidos deseaba usar el territorio español como punto de partida para una hipotética contraofensiva antisoviética. En 1953 se firmaron los acuerdos bilaterales militares y económicos con Estados Unidos, donde Franco conseguía romper el aislamiento y reforzar su posición de poder. Gracias al convenio de 1953, Estados Unidos abrió cuatro bases militares (en Zaragoza, Torrejón de Ardoz, Sevilla y Cádiz), y el gobierno español recibió suministros bélicos y ayuda económica. Fue clave la integración de España en la ONU (1955), gracias al respaldo de los Estados Unidos, y la admisión en otros organismos como el Fondo Monetario Internacional en 1958. Por otro lado, España se vio obligada a reconocer la independencia de Marruecos en 1956 tras varias huelgas y violentas manifestaciones antiespañolas en las principales ciudades del protectorado norteafricano.
Política Económica del Franquismo: Autarquía y Desarrollismo
Autarquía y sus Consecuencias (1939-1959)
El gobierno franquista adoptó un conjunto de medidas económicas de carácter intervencionista y autárquico debido a su decisión ideológica de construir un nuevo Estado español autosuficiente. Los objetivos consistían en prescindir de todos los intercambios comerciales con el exterior, garantizar el pleno abastecimiento agrario e industrial del país y producir todo lo necesario dentro de las propias fronteras del país. Algunas de las medidas más importantes que se tomaron fueron:
- Limitación de las importaciones y restricción cuantitativa de compras de productos extranjeros.
- Organización de la producción, comercialización y distribución de cereales.
- Implantación de un sistema de racionamiento de los productos de consumo de primera necesidad para evitar el hambre, garantizar el abastecimiento de la población e impedir las subidas incontroladas de precios.
- Fundación en 1941 del Instituto Nacional de Industria con el objetivo de impulsar la industrialización del país.
- Creación de la empresa pública RENFE en 1941, mediante la nacionalización de todas las redes de ferrocarriles peninsulares.
El resultado de esta intervención económica franquista fue catastrófico, dejando al país a punto del colapso económico. Así, las principales consecuencias fueron: el estancamiento económico del país y el retroceso de la producción industrial; la reducción de los intercambios con el exterior y el incremento del déficit comercial; la disminución de los salarios y el incremento del desempleo; la aparición de un ilegal mercado negro; y la acumulación de los beneficios de los grupos bancarios poderosos, latifundistas y empresarios.
Desarrollismo y Crecimiento Económico (1959-1973)
A mediados de los años 50 comenzó una fase de recuperación económica que coincidió con la recepción de la ayuda financiera norteamericana y con el cambio de orientación de la política económica gubernamental. En 1957, España se encontraba al borde de la suspensión de pagos al exterior. Franco hizo importantes cambios en el gobierno al nombrar ministros a Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres, que eran dos tecnócratas pertenecientes al Opus Dei. En conjunto, las reformas resultaron un éxito, desataron la euforia entre los empresarios y pusieron las bases para el impresionante desarrollo económico que experimentó España a partir de 1960.
El gobierno franquista intentó coordinar y orientar dicho proceso expansivo mediante los Planes de Desarrollo, inspirados en unas medidas similares emprendidas por el gobierno francés. El primer Plan de Desarrollo se inició en 1964 y sus objetivos consistían en aumentar el volumen total de los intercambios comerciales con el exterior, multiplicar las exportaciones de artículos españoles, aumentar el PIB, estimular el consumo de la población e impulsar las inversiones empresariales (también se crearon los Polos de Desarrollo y de Promoción). En 1967 se implementó el segundo Plan de Desarrollo. Durante la década de los 60, la economía española experimentó un ritmo de crecimiento acelerado, el proceso de modernización del aparato productivo y la plena industrialización se completaron, y los niveles sociales de bienestar y consumo aumentaron.
Además del esfuerzo colectivo de los españoles, hubo factores que contribuyeron al rápido desarrollo económico del periodo 1960-1973:
- La favorable oportunidad económica a escala internacional.
- Las masivas inversiones de capital extranjero.
- Los ingresos del turismo.
- Las remesas de los emigrantes.
Evolución Política y Social en la Década de 1960
En cuanto a la evolución política del régimen franquista, el inmovilismo continuó siendo predominante desde el punto de vista político. El gobierno no quiso modificar los fundamentos esenciales del régimen que había sido creado tras la victoria en la Guerra Civil por temor a poner en peligro su poder. Se caracteriza la política interna española por: la consolidación del predominio de Luis Carrero Blanco y Laureano López Rodó; la incorporación a los puestos de mayor responsabilidad dentro del Gobierno de los tecnócratas; la aprobación de nuevas medidas legislativas como la Ley de Bases de la Seguridad Social, la Ley de la Prensa y la Ley Orgánica del Estado; y la designación en 1969 de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco.
Respecto a la política exterior, el régimen español consiguió mantener buenas relaciones con los gobiernos conservadores, negociando acuerdos de cooperación comercial con ambos países. Respecto a los cambios sociales, la población aumentó hasta los 33 millones de personas en 1971. Las clases medias urbanas experimentaron un crecimiento considerable. La modernización y europeización de la sociedad española ocasionaron una profunda mutación en los valores, ideas y expectativas colectivas en relación con la vida familiar, el papel de la mujer, las relaciones sexuales y la educación de los niños.
Oposición al Régimen y Crisis del Franquismo
Primeros Movimientos de Oposición
Hacia 1943 se formaron las primeras partidas guerrilleras del maquis por algunos grupos excombatientes del antiguo ejército republicano de la Guerra Civil. A su vez, durante los años 40 se produjeron las primeras huelgas importantes en zonas urbanas: Barcelona, Madrid y Vizcaya. Los escasos opositores monárquicos que intentaron organizarse en torno a Don Juan de Borbón nunca preocuparon a los franquistas. Los anarquistas españoles fueron desapareciendo poco a poco, y los comunistas, encabezados por Santiago Carrillo, abrazaron el eurocomunismo y pasaron a convertirse en el grupo antifranquista más activo. Una de las iniciativas más sobresalientes fue la reunión celebrada en 1962 en la ciudad alemana de Múnich, donde acudieron un centenar de delegados de los diferentes sectores de la oposición franquista. También emergió un nuevo movimiento nacionalista catalán de carácter conservador que había surgido en el seno de algunas asociaciones católicas de estudiantes universitarios. Los enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los jóvenes universitarios fueron cada vez más frecuentes.
Conflictividad Laboral y Auge del Terrorismo
El número de huelgas no dejó de aumentar desde 1970 y la cifra de jornadas de trabajo perdidas por este motivo pasó de 4.500.000 en 1968. La conflictividad laboral se dejó sentir con más fuerza en los sectores metalúrgico, minero, textil, químico y de la construcción en Barcelona, Madrid, Vizcaya, Guipúzcoa y Asturias, mientras que las huelgas más populares lograron paralizar las grandes factorías de empresas tan importantes como Seat, AEG, Pegaso, Barreiros, Perkins y Olivetti.
Ya en la etapa final del franquismo, el irreversible declive físico de Franco (tenía ya 78 años) facilitó el aumento del poder político del almirante Luis Carrero Blanco, que puso el esfuerzo en reforzar los fundamentos políticos e institucionales del régimen con la pretensión de asegurar su mantenimiento. La expectativa de la próxima muerte de Franco animó a los grupos antifranquistas, quienes aumentaron sus actividades formando frentes de oposición más amplios y heterogéneos, entre los que destacaron la Junta Democrática.
La organización terrorista ETA había sido creada en la clandestinidad a finales de los años 50, reclamaba la independencia del País Vasco y defendía la lucha armada para conseguir la “liberación de Euskadi”. En 1965, los etarras adoptaron los principios revolucionarios marxista-leninistas y compararon su lucha con los combates de los grupos guerrilleros anticolonialistas argelinos y vietnamitas. La primera acción violenta que hizo ETA fue un atentado con explosivos de fabricación casera contra una comisaría de Bilbao (1959). ETA dejó un total de 27 víctimas mortales entre 1968 y 1974, pero su acción más importante y atrevida fue llevada a cabo en diciembre de 1973, cuando usaron una potente carga explosiva enterrada bajo el suelo en pleno centro de Madrid. Además, aparecieron otras organizaciones terroristas como los GRAPO.
Crisis Económica y Muerte de Franco
Tras el asesinato de Luis Carrero Blanco, el gobierno quedó en manos de Carlos Arias Navarro. A finales de 1973 comenzó una profunda crisis económica a escala mundial, provocada por la rápida e imprevista subida de los precios del petróleo decidida por la OPEP. En España, esta crisis económica, que coincidió con una etapa de extraordinaria incertidumbre política, presentó una especial gravedad y duración por varios motivos: la enorme dependencia energética exterior de nuestro país; la disminución del número de turistas; y el descenso de las exportaciones. También aumentaron las complicaciones internacionales para el gobierno franquista. El gobierno marroquí, dirigido por el rey Hassan II, aprovechó la debilidad española para llevar a cabo en 1975 una ocupación pacífica de la zona este del territorio colonial español en el Sáhara mediante una masiva movilización de población conocida como “Marcha verde”. Tiempo después, y tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, los marroquíes consiguieron lo que pretendían y el gobierno ordenó la retirada del Ejército español del territorio saharaui.
La Transición a la Democracia (1975-1982)
El Inicio de la Transición y el Papel de Juan Carlos I
El sistema político franquista dependía mucho de Franco, consiguiendo que tras su muerte, se iniciara una nueva etapa ya diseñada con anterioridad en los años del final de la dictadura. Los grupos sociales del franquismo y las oligarquías económicas habían diseñado un sistema de transición. Se quería un cambio, que gracias a la crisis de la etapa final, se precipitaron algunos aspectos clave para el siguiente sistema político: el poder absoluto monopolizado por el dictador pasará a una monarquía. Desde el punto de vista político, el nuevo jefe del Estado, Juan Carlos I, empezó a elegir a las personas de confianza que le ayudarían con el cambio político. El Rey nombró a Torcuato Fernández Miranda como responsable del Consejo Real, logrando que las Cortes no siguieran un rumbo involucionista. El proyecto era muy ambicioso ya que trataba de desmantelar un sistema dictatorial de muchos años, haciendo necesario alejar del poder al Primer Ministro, Arias Navarro. Fernández Miranda hizo una propuesta de tres candidatos al monarca; el 3 de julio de 1976 eligió a Adolfo Suárez, quien ocupaba el Ministerio General del Movimiento.
La Ley de Reforma Política y las Elecciones de 1977
España experimentó un proceso igual al de otros países más desarrollados en el proceso de expansión de los sistemas democráticos. Muchas personas fueron protagonistas y responsables de llevar a un futuro el período histórico conocido como la Transición. Para llevar a cabo la introducción de un sistema democrático después de 40 años de dictadura, se necesitó establecer un marco legal sólido. La Ley de Reforma Política fue el pilar donde se apoyaría toda la estructura del nuevo edificio político. Uno de los objetivos de esta ley era la convocatoria de elecciones generales. El 9 de abril de 1977 se legalizó el Partido Comunista de España. En las elecciones del 15 de junio de ese mismo año, ganó la UCD (Unión de Centro Democrático). Su presidente era Suárez, y reunía un conglomerado heterogéneo de políticos de distinta ideología. El segundo partido político fue el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que contaba con un grupo de dirigentes muy joven. Otros partidos políticos de menos representación en estas elecciones fueron AP (Alianza Popular), cuyo líder fue Fraga Iribarne; el Partido Comunista de España, con Santiago Carrillo; Fuerza Nueva como partido minoritario y reliquia de la extrema derecha; y finalmente los partidos nacionalistas, catalán (CiU) y vasco (PNV).
La Constitución de 1978 y el Problema del Terrorismo
El segundo pilar sobre el que se asentó el Nuevo Régimen fue la Constitución de 1978, redactada por “los padres de la Constitución”, donde estaban representados todos los políticos; y donde el principal mérito de este nuevo texto jurídico radica en el consenso de todas las ideologías políticas, para lo cual fue necesario que hicieran concesiones. La nueva Constitución tiene varias características: es muy extensa (169 artículos), es ambigua, ecléctica con influencias de otras Constituciones europeas y rígida para poder cambiarla. En cuanto a la estructura del texto legal, son 169 leyes, con cuatro disposiciones adicionales, nueve transitorias, una derogatoria y una final.
El problema del terrorismo de ETA seguía empeorando más con el aumento grande del número de víctimas asesinadas (no solo militares o policía, sino también civiles). Bajo el lema de una Euskadi libre e independiente, y con una cúpula que residía en Francia, se intentó chantajear a los distintos gobiernos para intentar llegar a una solución. Todas las conversaciones acabaron en nada y las treguas se rompían y volvían los asesinatos. Con la llegada del PP al gobierno en el año 1996, la banda fijó a los políticos como nuevos blancos. PP y PSOE sufrieron esto, sobre todo el doloroso secuestro y ejecución del joven concejal del PP, Miguel Ángel Blanco, donde la banda dio un ultimátum al gobierno de 48 horas. Con el ejemplo del IRA en Irlanda, el PNV y otras organizaciones vascas de ideología radical firmaron en septiembre de 1998 el Acuerdo de Lizarra para buscar una solución al conflicto vasco. Otro grupo terrorista fue el GRAPO, de ideología de extrema izquierda y anticapitalista, que se centró principalmente en los secuestros de grandes empresarios para buscar financiación para su banda. Y por último, destaca el grupo de Terra Lliure en Cataluña, con menor actividad que los dos anteriores y con una clara ideología separatista.
Todos los gobiernos de la Transición buscaron fórmulas para erradicar este problema, intentando negociar a veces directamente con los responsables de las bandas terroristas; otras tomando atajos y formando grupos como el GAL, que mataron a miembros de ETA, creando una fuerte polémica política que acabó en los tribunales de justicia, los cuales condenaron a dirigentes políticos del PSOE por saltarse la legalidad vigente para acabar con el terrorismo. El colectivo más perjudicado de todos fueron las víctimas, personas que perdieron a sus seres queridos y que les quedó una durísima convivencia con aquellos que apoyaron a los asesinos de sus familiares.
Evolución Política y Económica desde 1982
Los Gobiernos de la UCD y el Golpe de Estado del 23-F (1977-1982)
Las primeras elecciones generales de la democracia (15 de junio de 1977) dieron el triunfo a la UCD de Adolfo Suárez. Los gobiernos de la UCD (1977-1982), en minoría, afrontaron la nueva etapa democrática en un clima de crisis económica, conflictividad social y violencia (terroristas, sectores del ejército, ultras de izquierda y de derecha). En octubre de 1977 acometieron medidas de calado social y económico, como la Ley de Amnistía; y la firma de los Pactos de la Moncloa, acuerdos entre Gobierno, empresariado, partidos y sindicatos; para reducir la inflación, acometer la reforma fiscal, de la Seguridad Social y de la empresa pública. Aprobada la Constitución de 1978 y con la victoria de UCD (marzo 1979), comenzó la segunda legislatura. Suárez se enfrentaría a las divergencias en la UCD, la segunda crisis del petróleo, el terrorismo, y el acoso del PSOE. Suárez dimitió en enero de 1981, su sucesor Leopoldo Calvo Sotelo sufrió en su investidura la intentona golpista del 23-F, dirigida por Tejero, Milans del Bosch, junto al general Armada; la falta de apoyos y la postura del rey frustraron la operación. El Gobierno de Calvo Sotelo aprobó la Ley del Divorcio, relanzó el proceso autonómico y se ingresó en la OTAN. La descomposición de la UCD, llevó a disolver las Cortes y convocar elecciones generales en octubre de 1982.
Los Gobiernos del PSOE (1982-1996)
Las elecciones del 28 de octubre de 1982 dieron el triunfo al PSOE por mayoría absoluta. Ganarían cuatro elecciones consecutivas (1982, 1986, 1989 y 1993) con Felipe González como presidente. Con la mayoría parlamentaria acometió una política de modernización de España en distintos ámbitos:
- Social: Ampliando el Estado de bienestar, implantando un nuevo sistema educativo (LOGSE) que ampliaba hasta los 16 años la enseñanza obligatoria, mejoras laborales, y reconocimiento de nuevos derechos (objeción de conciencia y servicio social sustitutorio, y despenalización parcial del aborto).
- Económico: Aplicó una política de reajustes (1982-85) para atajar la crisis y preparar la entrada en la CEE. Emprendió la reconversión industrial, la reestructuración bancaria, el control salarial y reforma fiscal, pero no frenó la subida del paro. El resultado le enfrentó a los trabajadores, acabando en la huelga general el 14 de diciembre de 1988.
- Seguridad: Potenció la lucha contra el golpismo (el Ejército quedó como cuerpo profesional) y el terrorismo de la extrema derecha y sobre todo contra ETA. Para frenar el terrorismo etarra, combinó distintas medidas: cooperación de Francia, políticas de reinserción ya iniciada por UCD, frente político contra el terrorismo (Pacto de Madrid 1987, Pacto de Ajuria Enea 1988 tras el atentado al Hipercor de Barcelona en 1987) y la negociación directa (conversaciones de Argel 1989). Esta política se vio ensombrecida por la aparición del GAL.
- Política exterior: España firmó el Tratado de Adhesión a la CEE (12 de junio de 1985). Se celebró el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. El 7 de febrero de 1992 se firmó el Tratado de Maastricht, nacía la UE, estableciéndose un programa de convergencia económica que el PSOE no logró cumplir.
Los casos de corrupción; escándalos como el GAL, Juan Guerra o Luis Roldán, deterioraron la imagen del partido. La victoria en minoría de 1993, le obligaría a pactar con los nacionalistas y al adelanto electoral en 1996.
Los Gobiernos del PP (1996-2004)
En las dos legislaturas (marzo de 1996 en minoría y 2000 con mayoría absoluta) José María Aznar estuvo al frente del Gobierno, su política destacó en los ámbitos:
- Económico: Inició una política económica neoliberal: disminuyó el gasto público, privatizaron empresas (Telefónica, CAMPSA, Argentaria) para aumentar ingresos y reducir la deuda pública; y se intensificó la concentración bancaria (BSCH, BBVA). Como consecuencia, España cumplió las condiciones de Maastricht, siendo uno de los once países fundadores de la Unión Económica y Monetaria Europea (zona euro).
- Política antiterrorista: ETA incrementó su actividad (secuestro de Ortega Lara en 1996, asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997). En 1998 se firmó el Pacto de Estella; ETA anunció una tregua, rota en noviembre de 1999. En la segunda legislatura aumentó la lucha antiterrorista, firmó con el PSOE un Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo.
- Política exterior: España se integró en la estructura militar de la OTAN (1999). En la segunda legislatura la política exterior estaría marcada por la invasión de Irak, en la que España aportaría tropas en la ocupación. Los atentados del 11-M por islamistas radicales a tres días de las elecciones de 2004 pusieron fin a los gobiernos de Aznar.
La Vuelta del PSOE y la Crisis Económica (2004-2011)
La victoria en minoría inició la vuelta del PSOE con José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011). Su primera legislatura se inició con la salida de las tropas de Irak, presentó ante la ONU la Alianza de las Civilizaciones, se revisó el Estatuto de Cataluña y se promulgaron medidas de carácter social (Ley Contra la Violencia de Género, Ley de Dependencia o la Ley de Matrimonio Homosexual). La segunda legislatura (2008-2011) también en minoría, estaría marcada por la crisis financiera y mundial de 2008, con una política de austeridad y recorte público dirigida desde la UE.
El Gobierno de Mariano Rajoy y la Abdicación de Juan Carlos I (2011-2015)
El triunfo del PP en 2011 con Mariano Rajoy (2011-2015) al frente, aplicaría la política económica de la UE, mientras se enfrentaba a la corrupción política y al independentismo catalán. Durante su mandato Juan Carlos I abdicaría en su hijo, siendo proclamado rey con el nombre de Felipe VI.