El Imperio Colonial Español a Finales del Siglo XIX
Tras la pérdida de América continental a principios del siglo XIX, los restos del imperio colonial español consistían en las dos grandes islas del Caribe (Cuba y Puerto Rico), las islas Filipinas en el Pacífico y un conjunto de islotes y archipiélagos dispersos en este océano.
Cuba y Puerto Rico presentaban rasgos coloniales similares: su economía se basaba en la agricultura de exportación (azúcar de caña y tabaco) aportando beneficios a la economía española.
Para sectores muy influyentes, como los industriales textiles catalanes, el comercio con Cuba era esencial. España obligaba a Cuba a comprar los productos metropolitanos y a pagar elevados impuestos. Sin embargo, la economía cubana cada vez tenía mayor relación con Estados Unidos, al que enviaba casi el 90 % de las exportaciones. En 1891, la decisión de imponer fuertes aranceles al comercio cubano con EEUU aumentó las tensiones. Además, Cuba estaba obligada a comprar los productos textiles catalanes y harinas castellanas a altos precios.
En las islas Filipinas había poca población española y escasez de inversiones de capitales por parte de España. Durante tres siglos, la soberanía se había ejercido gracias a la fuerza militar y la fuerte presencia de órdenes religiosas.
Causas de la Guerra de Independencia de Cuba
Con la Paz de Zanjón (1878) se abolió la esclavitud y se establecieron representantes en las Cortes. Con esta paz parecía que los problemas se habían solucionado, pero seguían latentes. Como se dijo, el comercio cubano se orientaba cada vez más hacia los Estados Unidos, que habían realizado grandes inversiones de capital en la isla, especialmente en la industria azucarera. Se añadió a esto el que España anduviera remisa a cumplir los acuerdos pactados en Zanjón, y se tendrán dos elementos fundamentales a la hora de entender el recelo y la hostilidad que se suscitó en la isla contra la metrópoli.
Causas Económicas
Cuba había sido una colonia muy especial, más rica incluso que la metrópoli en muchos aspectos. Con el desarrollo del mercado norteamericano, la proximidad a la isla de Cuba y la capacidad de la economía norteamericana para absorber la producción cubana hacían de los Estados Unidos el mercado natural de la isla. Así que, en virtud de esta situación, la derrota española en Santiago de Cuba vino a confirmar que la vinculación y dependencia de la producción de la isla respecto del mercado de EEUU había desplazado a nuestro país del centro de los intereses económicos de la burguesía cubana.
Causas Políticas
En las elecciones de 1897 fue elegido presidente el republicano McKinley. Estados Unidos ya era una potencia mundial y estaba construyendo su imperio colonial. Los norteamericanos necesitaban nuevos mercados en donde colocar los excedentes de producción e invertir su capital. Estados Unidos se apoyaba en diversas teorías, como la doctrina Monroe (“América para los americanos”), para justificar su intervención en los países norteamericanos. Las áreas de expansión de Estados Unidos eran el Pacífico y el Caribe, con el proyecto de unirlas mediante el canal de Panamá.
Causas Ideológicas
A la hora de entender el porqué de la popularidad del problema cubano conviene tener en cuenta datos objetivos acerca de los vínculos no sólo culturales sino familiares, económicos y sociales entre España y las islas de las Antillas. Cuba y Puerto Rico eran sentidas desde la Península de manera similar a como eran las Baleares o las Canarias. Pero, por otra parte, los rebeldes cubanos y los Estados Unidos veían la guerra como una guerra de liberación e imperialista, respectivamente.
En Cuba, la guerra independentista era un fenómeno popular entre las clases inferiores, especialmente entre los campesinos. La lucha de los mambises contra España se hacía para mejorar su situación económica y social. El ejemplo y el apoyo de este país contribuyeron a incrementar y a hacer más popular el alzamiento entre los criollos.
En España, la popularidad de la guerra era también prácticamente unánime. Sólo el Partido Socialista Obrero Español se manifestaba en contra. Y es que en Cuba confluían muchos sentimientos y demasiados intereses económicos. Muchas familias cubanas y españolas se encontraban repartidas entre ambos territorios y no deseaban en modo alguno perder su identidad española.
El Dilema de la Guerra para España
Tanto en Cuba como en España o Norteamérica se era consciente de que la guerra de independencia cubana podría desembocar en un enfrentamiento directo entre España y los EEUU. El dilema era, por tanto, terrible y casi irresoluble para nuestro país: o bien se iba a una guerra contra los estadounidenses para defender lo que se suponía que era indefendible o, por el contrario, se corría el riesgo del enfrentamiento con el ejército propio en el caso de vender, abandonar o entregar la isla, arriesgando además lo que era intocable: la monarquía y el equilibrio constitucional.
Consecuencias de la Guerra de 1898
Entre las consecuencias de la guerra podemos considerar los siguientes aspectos:
- La derrota de 1898 sumió a la sociedad y a la clase política española en un estado de desencanto y frustración. Unos 60.000 soldados españoles perdieron la vida, hubo grandes gastos de guerra, subida de precios de los alimentos, el parón de la industria… Además, la prensa extranjera presentó a España como una nación moribunda, con un ejército ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes.
- No obstante, el sistema político de la Restauración sobrevivió al desastre del 98. Los viejos políticos conservadores y liberales se adaptaron a los nuevos tiempos y a la retórica de la regeneración, y el régimen mostró una gran capacidad de recuperación.
- Tampoco hubo crisis económica a pesar de la pérdida de los mercados coloniales protegidos y de la deuda causada por la guerra. A principios del siglo XX se producirá una considerable inversión proveniente de capitales repatriados. En 1901 se funda el Banco Hispanoamericano y el Banco Atlántico, ambos exclusivamente con capital repatriado. Así, la estabilidad política y económica que siguió al desastre deja entrever que la crisis del 98, más que política o económica, fue una crisis moral e ideológica que causó un importante impacto psicológico entre la población.
- Por otro lado, los movimientos nacionalistas conocieron una notable expansión, sobre todo en el País Vasco y en Cataluña, donde la burguesía industrial comenzó a tomar conciencia de los partidos dinásticos para desarrollar una política renovadora y orientó su apoyo hacia las formaciones nacionalistas.
- Se produjo además el crecimiento de un antimilitarismo popular. El reclutamiento para la Guerra de Cuba afectó a los que no tenían recursos, ya que la incorporación a filas podía evitarse pagando una cantidad en metálico, incrementó el rechazo al ejército entre las clases populares. El movimiento obrero hizo campaña contra este reclutamiento injusto, lo que provocó la animadversión de los militares hacia el pueblo y las organizaciones obreras.