Reformas y Conflictos en la Segunda República Española (1931-1936)
Las primeras medidas del gobierno provisional incluyeron:
- Decreto de términos municipales: Obligaba a los patrones a contratar jornaleros residentes en el municipio.
- Decreto de labor forzoso: Obligaba a los propietarios a cultivar sus tierras.
- Implementación de la jornada de 8 horas, seguros de accidente, retiro y maternidad.
Reforma Agraria
La reforma de las estructuras agrarias fue más lenta y compleja. La Ley de bases de la reforma agraria autorizaba la expropiación, mediante indemnización, de tierras que serían dadas en usufructo a los campesinos asentados en ellas. La Ley de intensificación de cultivos permitía la cesión de tierras no cultivadas a los jornaleros.
Para aplicar estas reformas se creó el Instituto de Reforma Agraria. Sin embargo, la complejidad de la ley, la falta de recursos y la oposición de los propietarios hicieron que la reforma fuese lenta y las tierras entregadas a los campesinos escasas, lo que motivó protestas.
Reforma Educativa
La reforma educativa tenía como objetivo disminuir las elevadas tasas de analfabetismo, mejorar el nivel cultural de la población y formar ciudadanos libres y responsables. El gobierno implementó medidas ambiciosas, creando numerosas escuelas, mejorando la formación de los profesores y la calidad de la enseñanza.
Para llevar la cultura a todos los lugares de España se crearon las Misiones Pedagógicas, que llevaron teatro, cine, conferencias y libros a aldeas y pequeñas ciudades. Un ejemplo destacado fue La Barraca, de García Lorca.
Organización Territorial
La Constitución establecía un estado integral compatible con la autonomía de los municipios y regiones. Las zonas que decidiesen organizarse como regiones autónomas debían elaborar un Estatuto de Autonomía. Cataluña fue la primera en hacerlo, aprobando su estatuto en 1932, con Francesc Macià como primer presidente de la Generalitat.
Oposición a las Reformas y Conflictos Sociales
Las reformas encontraron la oposición de la oligarquía, la burguesía y la Iglesia, que apoyaron sublevaciones como el Golpe de Estado de Sanjurjo. Los campesinos, descontentos por la lentitud de la reforma agraria, protagonizaron enfrentamientos con las fuerzas de orden público, como los sucesos de Cádiz.
Estos conflictos llevaron a desacuerdos en la Alianza republicano-socialista, la dimisión del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones en noviembre de 1933.
El Bienio de Derechas (1933-1936)
En las elecciones de 1933, las derechas formaron una gran coalición, ganando las elecciones. El partido más votado fue la CEDA, con Gil Robles, seguido por el Partido Republicano Radical de Lerroux. Lerroux fue nombrado jefe de Gobierno, dando comienzo al Bienio de Derechas.
Las medidas contrarreformistas causaron impacto entre las clases trabajadoras y nacionalistas, derivando en hechos como la Revolución de Asturias y la sublevación de la Generalitat en octubre de 1934.
El Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil
La corrupción y los problemas llevaron a la dimisión de Lerroux y a la convocatoria de elecciones en febrero de 1936. Las izquierdas formaron una coalición llamada Frente Popular, que ganó las elecciones. Manuel Azaña pasó a ser presidente de la República y Casares Quiroga presidente del Gobierno.
La derrota de las derechas y el miedo a la revolución animaron a la organización de una sublevación militar. Mola preparó un golpe de estado que se produjo entre el 17 y 18 de julio de 1936, dando comienzo a la Guerra Civil.