Desamortización de Mendizábal: Contexto, Desarrollo y Consecuencias

Clasificación

Se trata de una selección del articulado del Real Decreto redactado por Juan de Dios Álvarez de Mendizábal, ministro de Hacienda en esas fechas del gobierno progresista de José Mª Calatrava. Se trata del preámbulo y de dos artículos del Decreto de Desamortización, declarando la venta de los bienes del clero. Es una fuente histórica directa y primaria, de carácter público, de naturaleza político-jurídica y marcado carácter económico, dada su finalidad, que es la de dar a conocer las medidas desamortizadoras. El destinatario de este texto es el pueblo, y su autor, es la Reina regente María Cristina, aunque el articulado está escrito por el ministro de Hacienda, como ya hemos señalado.

Contexto Histórico

El decreto se enmarca en la regencia de María Cristina (1833-1840), y más concretamente al final de la Primera Guerra Carlista (1833-1839). María Cristina, garante de las prerrogativas sucesorias que confirmarían años más tarde a su hija Isabel como reina de España, se vio obligada a alcanzar un acuerdo con la fracción liberal del ejército para hacer frente a las aspiraciones de Carlos María Isidro al trono.

Las reformas iniciales resultaron insuficientes para los liberales, muchos de los cuales habían vuelto del exilio tras la amnistía decretada por María Cristina. Por ello, se vio obligada a llamar al gobierno a Martínez de la Rosa, cuyo principal objetivo era realizar una transición hacia el liberalismo con la promulgación del Estatuto Real en 1834.

Tras el breve gobierno del conde de Toreno (junio-septiembre de 1835), los exaltados o progresistas, a pesar de la victoria en Mendigorría (Navarra) sobre los carlistas, se decantaron por una estrategia de movilización dirigida por las Juntas que originó el nombramiento de Mendizábal como primer ministro el 14 de septiembre de 1835. Sus principales retos eran evitar la quiebra de la Hacienda y hacer frente al carlismo, poniendo en práctica un proyecto de amplia repercusión histórica: la desamortización de los bienes eclesiásticos y su posterior venta.

Previo a este Decreto-Ley de Desamortización de Mendizábal, se produjeron varias desamortizaciones en España: la de Godoy (1798), la de la Guerra de la Independencia (1808-1814), y la del Trienio Liberal (1820-1823). La desamortización de esos bienes permitiría al Estado enjugar su déficit y amortizar la deuda pública.

Fases del Proceso de Desamortización

El proceso de desamortización se dividió en dos fases:

  1. El Estado se adueñaba de los bienes, que dejaban de ser “manos muertas” para convertirse en bienes nacionales.
  2. Los bienes se ponían a la venta mediante pública subasta.

De esta forma, quedaron en manos del Estado y se subastaron no solamente tierras, sino casas, monasterios y conventos con todos sus enseres. Al año siguiente, en 1837, otra ley amplió la acción al poner en venta los bienes del clero secular.

Para lograr el establecimiento del nuevo régimen en 1836 era condición necesaria ganar la guerra carlista, y para ello se necesitaban los recursos económicos que proporcionara la desamortización y el apoyo social de la burguesía al régimen liberal. Además, al amortizar la deuda pública, el Estado saneaba la Hacienda y aparecía como más solvente, con lo que podría suscribir nuevos empréstitos en el extranjero en mejores condiciones.

La desamortización de Mendizábal fue criticada por economistas de la época, que advirtieron de las consecuencias sociales de la misma. Se alzaron planteamientos como el de Flórez Estrada, que abogaba por el repartimiento de tierras a los campesinos.

Se nombró sucesor en la presidencia del Consejo de Ministros a Istúriz, de tendencia moderada, pero tras los sucesos de La Granja de San Ildefonso, la reina se vio obligada a jurar la Constitución de 1812 hasta que se elaborara otro texto constitucional y a instaurar un gobierno progresista a cuyo frente se situó José María Calatrava. Su tarea principal consistió en concluir la obra iniciada por Mendizábal, nombrado ministro de Hacienda, para derribar los vestigios del Antiguo Régimen. Los progresistas, tras las elecciones, dieron paso a la configuración de su obra paradigmática: la Constitución de 1837.

Tras la victoria de los moderados en las elecciones de 1838 se sucedieron varios gobiernos, cuya escasa duración en el poder revela la inestabilidad del periodo. A ello se unió el papel de María Cristina que, haciendo uso de las facultades constitucionales, se mostró favorable hacia los moderados, lo que provocó que los progresistas buscaran apartarla de la Regencia.

Objetivos de la Desamortización

En el preámbulo del decreto se exponen los objetivos que se proponía el gobierno con la desamortización:

  • Sanear la Hacienda Pública: fuertemente endeudada, entregando esos bienes a cambio de los títulos de deuda (art. 1).
  • Fomentar la riqueza: al convertir esos bienes en propiedad privada y plena, se abriría un proceso de creación de riqueza, permitiendo que los bienes inmuebles salieran al mercado, fueran capitalizados y aumentara su productividad.
  • Excepciones: se hace una mención especial a los bienes que quedarían excluidos en la aplicación de este Decreto, como los edificios que sirvieran a los intereses públicos o considerados parte del legado cultural y artístico del patrimonio nacional (art. 2).

Consecuencias de la Desamortización

Las desamortizaciones, tanto la de Mendizábal como la de Madoz (1855), tuvieron importantes consecuencias:

  • La burguesía compradora se convirtió en terrateniente.
  • No se produjo una reforma agraria que repartiera la tierra entre los campesinos, sino que se buscó obtener recursos para el Estado.
  • A medio y largo plazo, aumentó el volumen general de la producción agrícola al trabajarse tierras que hasta entonces no habían sido labradas.
  • Se generó una gran masa de campesinos sin tierra, un proletariado agrícola que a mediados de siglo superaba los dos millones de personas.
  • Se produjo una gran pérdida y expolio de bienes culturales de los antiguos monasterios.

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