Últimos Años del Franquismo y el Camino hacia la Democracia (1969-1975)
1. Elementos de Cambio en la Etapa Final del Franquismo (1969-1975)
En 1969, Franco (1939-1975) designó a Juan Carlos como su sucesor en la Jefatura del Estado ante las Cortes. Tras el escándalo de Matesa, Franco formó en octubre de ese mismo año un nuevo gobierno con una gran mayoría de ministros tecnócratas, con Carrero Blanco como vicepresidente. Este gobierno, conocido como el «gobierno monocolor» del Opus Dei, se benefició de una buena coyuntura económica hasta 1973. Carrero Blanco asumió las riendas del poder debido a la enfermedad de Franco.
Dentro del régimen, se desarrollaban dos posturas enfrentadas: los aperturistas, que buscaban una evolución hacia formas políticas más liberales (como Ruiz Jiménez), y los inmovilistas, la ultraderecha militar y falangista, que creían que cualquier cambio acabaría con el franquismo. Carrero Blanco evitó cualquier tipo de reforma por miedo a que impulsara el crecimiento de la oposición democrática.
En junio de 1973, Franco renunció a sus funciones de Jefe de Gobierno y eligió a Carrero Blanco como su sucesor. El nuevo gobierno continuó con la línea «dura» de sofocar las reformas, frenando el asociacionismo por miedo a que derivase en partidos políticos, e intensificando la represión contra la oposición.
El mismo día que iba a celebrarse un juicio contra miembros de CCOO, acusados de asociación ilícita (Proceso 1001), Carrero Blanco murió víctima de un atentado de ETA.
El nuevo gobierno de Arias Navarro se formó en enero de 1974. En sus comienzos, parecía orientarse hacia la apertura con el llamado «espíritu del 12 de febrero».
Por entonces, en España se empezaban a notar los primeros síntomas de la crisis mundial provocada por el alza del coste del petróleo. El índice de precios al consumo se disparó (17% de incremento sobre el año anterior), reduciendo el salario real. En 1974 y 1975 no hubo crecimiento económico, la inflación fue muy aguda, el paro alcanzó un volumen alarmante, la Bolsa caía de forma vertiginosa y la inversión se retraía. La conflictividad laboral fue muy intensa, generalizándose las huelgas y protestas obreras. En octubre de 1974, Arias Navarro dio marcha atrás en sus promesas de apertura, tras una enfermedad de Franco durante los meses de verano. A lo largo de 1975, el régimen se fue endureciendo y a finales de agosto fue aprobada una ley antiterrorista.
En octubre se agravó la enfermedad de Franco. Esta circunstancia fue aprovechada por Hassan II de Marruecos para organizar la Marcha Verde, en la que varios cientos de miles de marroquíes desarmados se presentaron ante la frontera del Sáhara con el objetivo de forzar su anexión. El gobierno de Arias Navarro, eludiendo sus compromisos favorables a la autodeterminación del territorio, lo abandonó precipitadamente y permitió su partición entre Marruecos y Mauritania.
Franco murió el 20 de noviembre de 1975 y dos días más tarde Juan Carlos I juró su cargo como rey de España.
2. La Oposición al Régimen Franquista
Desde 1970, crecieron en intensidad los conflictos laborales, mientras que la oposición pedía el restablecimiento de la democracia y la ruptura con el autoritarismo. Al mismo tiempo, fueron tomando fuerza los nacionalismos catalán, vasco y gallego, así como los regionalismos.
La oposición al régimen se acentuó en el verano de 1974, como consecuencia de la primera enfermedad de Franco oficialmente reconocida. El Partido Comunista (PCE) celebró en Ginebra un acto público al que acudieron 20.000 españoles del exilio y la emigración, y en el que expuso la idea de ir hacia la ruptura democrática mediante una gran alianza de fuerzas políticas y sociales. Poco después, se formaba la Junta Democrática, integrada por independientes y el Partido Comunista.
Influenciados por el ejemplo de los militares portugueses de la «Revolución de los Claveles», ochenta oficiales del ejército se constituyeron en asamblea y crearon en diciembre la Unión Militar Democrática (UMD), también con el objetivo de alcanzar la ruptura democrática.
En junio de 1975, el PSOE creó la Plataforma de Convergencia Democrática, a la que se sumó la Izquierda Democrática de Ruiz Jiménez, antiguo ministro de Franco.
El PSOE, que había renovado su cúpula dirigente en el Congreso de Suresnes (Francia) en 1974, no tenía por entonces más allá de tres mil militantes y escasa implantación sindical y social. Sin embargo, su prestigio histórico y sus relaciones internacionales a través de la Segunda Internacional lo convertían en una fuerza política decisiva.
La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática se unieron en 1976 y formaron Coordinación Democrática, popularmente conocida como la Platajunta, un organismo que concentró a casi todas las fuerzas políticas y sindicales de la oposición.
ETA siguió con sus acciones terroristas y apareció el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico), grupo también terrorista, escindido del movimiento comunista.
Como respuesta, el Gobierno endureció la represión con un decreto-ley que preveía la pena de muerte para los implicados en delitos de terrorismo. En septiembre de 1975, no hubo indulto para dos activistas de ETA y tres del FRAP que fueron ejecutados, en medio de una gran protesta internacional, tras responsabilizarlos del asesinato de varios policías. Trece países retiraron sus embajadores, colocando al franquismo en una situación de aislamiento político y moral como no había vivido desde finales de los años cuarenta. Los seguidores del régimen volvieron a llenar la Plaza de Oriente para manifestar su adhesión al caudillo, que en su última aparición pública no hizo sino repetir sus viejos mensajes sobre la responsabilidad de la masonería y el marxismo en las desgracias de España.
3. Evolución de las Mentalidades y la Cultura en España
Se estaba gestando una nueva sociedad, más instalada en la cultura del bienestar y la tolerancia. Con ella, nacía una nueva mentalidad con una pérdida de los valores tradicionales. Poco a poco, la concepción cristiana y tradicional de la existencia fue siendo reemplazada por una idea más materialista basada en el placer, la permisividad y el consumismo. La sociedad española se encontraba inmersa en la llamada cultura de evasión, cuyo principal instrumento era Televisión Española.
Desde la Ley General de Educación de 1970, impulsada por Villar Palasí, el presupuesto dedicado a la enseñanza superó al de las Fuerzas Armadas. La nueva Ley decretaba la escolarización obligatoria hasta los 14 años y el nacimiento del BUP.
A pesar de la rígida censura y la manipulación sistemática de las pantallas y los periódicos, el Gobierno no pudo impedir cierta apertura intelectual. Diarios como Informaciones y revistas como Cambio 16, Triunfo o Cuadernos para el Diálogo fueron aumentando notablemente sus tiradas.