La Evolución Histórica de España: Desde la Prehistoria hasta el Siglo XVIII
La Prehistoria en la Península Ibérica
El Proceso de Hominización y los Nuevos Hallazgos
La hominización es el proceso evolutivo mediante el cual los homínidos adquieren rasgos biológicos y culturales hasta llegar al hombre moderno. Comienza hace más de 1 millón de años con el Homo Antecessor y su cultura de los cantos rodados. Esta especie fue encontrada en la Gran Dolina y la Sima de los Huesos de Atapuerca. De hace 300.000 años aparecen restos en el mismo yacimiento del Homo Heidelbergensis, asociado a los bifaces achelenses.
A partir del 100.000 a.C. aparece el Homo Neanderthalensis con la cultura musteriense, con alto grado de especialización (raederas, puntas…) y un protolenguaje. Además, practica ritos funerarios y cuida de sus heridos. A partir del 35.000 a.C. llega el Homo Sapiens Sapiens que, al igual que los anteriores, es cazador, recolector y carroñero, pero usa una gama de materiales todavía más amplia (hueso, asta), así como útiles variados (arpones, agujas) y crea el arte rupestre (Altamira) y mobiliar representando animales policromos con fines rituales.
La Edad Antigua en la Península Ibérica
Pueblos Prerromanos y Colonizaciones Históricas
En el I milenio a.C. la Península está formada por pueblos prerromanos. Destaca Tartessos (hasta el s.VI a.C.), que tienen una cultura orientalizante y escritura. Comercian con los pueblos colonizadores, al igual que los íberos (edetanos, turdetanos), que florecen a mediados del milenio; tienen una lengua común, se organizan en oppida (ciudades) y en una sociedad jerarquizada dominada por terratenientes y la importancia del jefe guerrero (devotio ibérica). En el Norte se asientan pueblos de influencia céltica (vascones, astures) organizados en castros con una estructura tribal y matriarcal. Los celtíberos (arévacos, lusitanos) dominan el hierro y se organizan en clanes. Algunos desarrollan la cultura de los verracos ligada a ritos ganaderos.
Entre los siglos IX y VI a.C. los fenicios de Tiro y los griegos de Focea establecen factorías y emporios en la Península y dan un fuerte impulso civilizador (alfabeto, moneda, formas políticas). En el s.V a.C. los cartagineses ocupan, desplazan y someten a estos pueblos.
Conquista y Romanización de la Península Ibérica
Roma conquista la Península en tres fases:
- Entre 218 y 197 a.C. (Segunda Guerra Púnica) Escipión se apodera de los valles del Ebro, del Guadalquivir y la zona mediterránea.
- Entre 154 y 133 a.C. se conquista la Meseta a pesar de las guerrillas lideradas por Viriato en la Guerra Lusitana y la resistencia numantina en la Celtibérica.
- Hispania participa en las Guerras Civiles romanas y en el 19 a.C. Augusto y Agripa finalizan la conquista del Norte.
En este tiempo, y especialmente durante la pax romana (s. I a.C.), ocurre la romanización, que es un proceso de aculturación en el que se adoptan las estructuras sociales y económicas de Roma. Se crean instituciones públicas gracias al derecho romano, que dará un marco legal a las relaciones entre ciudadanos y con el Estado. El latín, siendo Séneca uno de sus máximos exponentes, se convierte en lengua común. Se promueve la vida urbana y se realizan obras públicas para el desarrollo socioeconómico y de las comunicaciones (vía Augusta, el teatro de Mérida). Se favorece la tolerancia a todas las religiones (Edicto de Milán en 313) hasta el 380 cuando Teodosio dicta la persecución del paganismo.
El Arte Hispano-Musulmán
La Mezquita y el Palacio
El arte andalusí es ecléctico (elementos romanos, visigodos y bizantinos). La decoración se basa en motivos geométricos, vegetales o caligráficos sobre estuco, piedra y ladrillo. Prima la arquitectura ya que permite realzar el poder religioso y político mediante mezquitas y palacios. Destacan las ciudades palatinas como la de Medina Azahara, organizada en terrazas y donde estaba «El Salón Rico» de Abderrahmán III. En Zaragoza se encuentra el Palacio de la Alfajería, una estructura fortificada con torreones que protegen unos patios de exuberante decoración. En la Alhambra, construida por Yusuf I y Mohamed V, una alcazaba protege los palacios con patios centrales como El Patio de los Leones o el de los Arrayanes, frente al torreón de Comares.
Las mezquitas también tienen un patio (de abluciones) y una torre (minarete) para llamar a la oración. Al fondo de la sala de la oración está el muro de la quibla con el Mihrab. Destaca la de Córdoba construida por Abderramán I y ampliada por Al-Hakem II (sala de oración de cubierta plana sostenida por dobles hiladas de arcos de herradura y medio punto sobre columnas y de dovelas rojas y blancas), en Toledo la de Bib-al-Mardúm (prodigio en la confección de cúpulas) y en Sevilla queda la Giralda (almohade) y el Patio de los Naranjos.
La Edad Media: Los Reinos Cristianos y la Reconquista
Principales Etapas de la Reconquista
En el s.XI los musulmanes se dividen en reinos de taifas, y los cristianos, a la muerte de Sancho III en 1035, se separan en los reinos de Navarra, Aragón, León y los Condados Catalanes. En la segunda mitad del siglo se toma gran parte del valle del Tajo y del Ebro, así como la ciudad de Toledo en 1085, provocando la llegada de los almorávides que frenan un poco su avance. Los cristianos se rehacen y toman Zaragoza y Lisboa y forman los tres grandes reinos peninsulares: Portugal (1139), Aragón y los condados catalanes (1137) y Castilla y León (no se unieron definitivamente hasta 1230). La llegada de los almohades detiene la ofensiva cristiana a finales del s.XII, pero a principios del s.XIII se inicia una gran expansión por los valles del Guadiana y el Guadalquivir tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Extremadura y Murcia caen con Fernando III y Alfonso X mientras que Jaime I el Conquistador toma Valencia y Baleares. Portugal conquista Faro a mediados de siglo y el reino nazarí de Granada queda como único reducto musulmán hasta 1492. Los ataques cristianos son liderados por reyes o nobles y sus mesnadas y por órdenes militares.
Crisis Demográfica, Económica y Política en la Baja Edad Media
En el s.XIV las malas cosechas y el aumento de los cultivos especulativos provocaron una crisis de subsistencia, facilitando así la expansión de la peste a mediados de siglo. El despoblamiento urbano y la emigración a las ciudades por la enfermedad redujo los cultivos, bajó los precios y aumentó los salarios. Esto provocó la caída de las rentas señoriales, que volvieron a los «malos usos» y aumentaron los derechos jurisdiccionales. Los abusos de la nobleza frente a campesinos (apropiación de realengos, mayorazgos…) y frente a los burgueses en las ciudades provocaron diversos conflictos como los de agricultores y ganaderos por la Mesta (privilegios por la producción ganadera), villanos contra hidalgos rurales, nobles contra campesinos («payeses de remensa», «hirmandiños»), progromos contra judíos o los nobles contra los reyes. Se producen guerras civiles en Castilla (XIV-XV) y Cataluña (XV).
En el s.XV mejoran las condiciones de vida, aumentan los cultivos alimentarios y el ganado, así como el comercio de lana castellana con Flandes, del hierro del Norte o de los tejidos catalanes gracias a la inserción de la Península en circuitos internacionales, que provocaron el desarrollo de ciudades como Burgos o Barcelona.
Rutas Atlánticas y la Importancia de las Islas Canarias
Tras la guerra dinástica castellana, los Trastámara apoyan a Francia en la Guerra de los Cien Años, lo que les permite ventajas militares y comerciales pudiendo acceder a los puertos de la Liga Hanseática, del Mediterráneo (Italia), al Estrecho de Gibraltar y las Canarias. A lo largo de todo el siglo Castilla intenta anexionar Portugal, pero es derrotada definitivamente en Aljubarrota (1385). Los portugueses compiten con ellos por el control del Estrecho y del Norte de África (conquista portuguesa de Ceuta en 1412). En 1402, Jean de Bethencourt y otros nobles franceses se ofrecen a conquistar las Canarias a cambio de vasallaje y ayuda de Enrique III. Las islas mayores provocan una larga y dura guerra de ocupación, que acaba con el exterminio de los guanches y sus menceyes. Entre 1420 y 1440 Portugal conquista las islas Azores y Madeira y, a finales de siglo, descubre la ruta a la India bordeando África. El enfrentamiento entre los dos reinos les obliga a pactar, renunciando Portugal a la expansión por el Atlántico y Castilla hacia el Sur. En 1486 los Reyes Católicos finalizan la conquista de las Canarias y en 1492 llegan sus primeros barcos a América.
La Edad Moderna en España
Los Reyes Católicos y la Unión Dinástica
El reinado de los Reyes Católicos supuso una unión personal, así como territorial e ideológica para los reinos de Castilla y Aragón. Se casaron a escondidas en 1469 y no llegaron a reinar hasta 1479 ya que en Castilla se produjo una guerra civil por la sucesión de Enrique IV. A la muerte de éste, Isabel se proclamó reina, en oposición a los derechos de Juana, hija de Enrique IV. Isabel, apoyada por la nobleza y las ciudades, firmó la paz con Portugal (aliado de Juana, al igual que Francia y la alta nobleza) en Alcaçobas (1479) tras la batalla de Toro. En 1475 se fija el sistema de gobierno en la Concordia de Segovia y se establecieron como reyes consorte.
Los objetivos de ambos reinos eran los mismos: unidad religiosa (frente a judíos y musulmanes), sometimiento de la nobleza, modernización del Estado (renovación institucional, aumento de recursos), mayor proyección exterior y mantenimiento de la sociedad estamental. A pesar de eso, no fue una unificación, tan solo una unión dinástica por lo que ambos reinos mantuvieron su independencia y sus fueros, teniendo Castilla mayor peso en la acción de gobierno por su riqueza económica y social.
Conquista del Reino Nazarí de Granada
La política de unificación territorial y religiosa y el deterioro de las relaciones, llevaron a los Reyes Católicos a conquistar el reino de Granada en una de las primeras guerras modernas (guerra continua con un ejército profesional, artillería y un cuerpo de ingenieros que queman cosechas, ciegan pozos, sitian y saquean ciudades). Las luchas entre Abencerrajes y Zegríes así como entre Boabdil y Muley Hacem (guerra generacional) fueron instigadas por los cristianos, provocando una guerra civil que facilita la conquista tomando primero Antequera en 1410 y, a partir de que empezase una guerra sistemática en 1481, saqueando y esclavizando Málaga en 1487 y firmando las capitulaciones de Santa Fe en 1492 con Granada.
Según estos acuerdos se respetaría la libertad, bienes, costumbres y religión de los vencidos; pero en 1499 el inquisidor general Cisneros endurece las capitulaciones recluyendo a los musulmanes en el Albaicín y las Alpujarras y exigiendo su conversión. La revuelta que provoca es aplastada, se suspenden los acuerdos y fuerza la conversión (moriscos) y el exilio de miles de personas. En cuanto a Navarra, Castilla y Francia mantenían acuerdos para que fuera independiente y como la dinastía reinante era francesa, había guarniciones castellanas. En 1512 Fernando anexiona el territorio sin mucha oposición, manteniendo instituciones, fueros e incorporando la Inquisición.
Los Reyes Católicos y la Organización del Estado
Con el fin de conseguir una monarquía centralizada y autoritaria los Reyes Católicos llevaron a cabo una renovación institucional creando un Estado moderno. El consejo de Castilla, órgano gubernamental, administrativo y judicial, cobró más importancia y se introdujeron prelados, letrados y juristas. Después se diversificó creando el Consejo de las Indias, de Aragón… Se redujo en número de convocatorias y el número de ciudades con derecho a las Cortes para conseguir un sistema de financiación más autónomo. Para controlar a los alcaldes y a los regidores se instauró el cargo de corregidor. Se consolidaron las chancillerías de Valladolid y Granada, se implantó la Santa Hermandad (policía rural) y se profesionalizó el ejército (tercios). Para recuperar parte del patrimonio real perdido en las Cortes de Toledo (1480) se revisaron las “Mercedes Enriqueñas”. De esta forma los reyes financiaron su política y minaron el poder de la nobleza y las ciudades.
En cuanto a la Iglesia, se presionó al papa para facilitar servicios del clero sin convocar cortes y bulas de cruzada. Se reformó a las órdenes religiosas, se intervino en los nombramientos de prelados (derecho de presentación) y se nacionalizó la Iglesia. La Inquisición se implantó en 1478 para controlar a las minorías políticas y religiosas. Cisneros, el que reformó la Iglesia, o Torquemada fueron inquisidores generales.
El Descubrimiento de América
La competencia entre Castilla y Portugal por encontrar rutas alternativas hacia las Indias, los avances en cartografía y construcción naval impulsan los descubrimientos geográficos en el s. XV. Entre ellos destaca Colón, cuyo proyecto es rechazado por los portugueses por el tratado de Alcaçobas y algunas inexactitudes técnicas, y posteriormente por los castellanos por el esfuerzo económico que suponía la Guerra de Granada. Tras la toma del reino Nazarí, los Reyes Católicos negocian con él las capitulaciones de Santa Fe en 1492. En ellas le concedían tierras, privilegios y un 10% del botín. Parte del puerto de Palos con las carabelas Pinta, Niña y la nao Santa María en agosto de 1492. Tras una escala en La Gomera, llegan a una isla en la Bahamas el 12 de octubre. Costean por Cuba y Santo Domingo, levantando el fuerte Navidad con los restos de la nao y dejando un retén antes de regresar. En marzo llegan a Lisboa y en abril les presenta a los reyes su botín (oro, productos exóticos y dos indígenas). En 1500 Américo Vespucci concluye que es un continente nuevo pero Colón muere en 1506 pensando que había llegado a las Indias.
Conquista y Colonización de América
A partir del segundo viaje de Colón se planifica la conquista y colonización de América y la corona acaba tomando control directo. En las Antillas los indígenas explotan el oro en lugar de trabajar la tierra, lo que ayuda a la hecatombe demográfica, igual que las enfermedades europeas y la masacre de los pueblos conquistados. La conquista es sencilla por los problemas internos de los imperios, las nuevas armas y los oráculos religiosos.
En 1519 Hernán Cortés desembarca en México gracias a las alianzas con algunas tribus (tlaxcaltecas) conquista el Imperio Azteca en 1521 tras derrotar a Moctezuma y tomar Tenochtitlán. Se convierte posteriormente en el virreinato de Nueva España, que será ampliado desde Florida hasta Yucatán y Centroamérica (Alvarado, Montejo…). En 1532 Pizarro inicia la conquista del Imperio Inca ejecutando a Atahualpa en Cajamarca, sometiendo a su pueblo y tomando Cuzco. Funda Lima, y la convierte en capital Virreinato de Perú, que se extiende desde Colombia hasta Chile. Almagro y Valdivia conquista Chile más tarde.
La colonización se hace por capitulaciones, reparto de tierras y asignación de encomiendas a los colonos. Los abusos denunciados por algunos frailes llevaron a Carlos V a prohibirlos y por la necesidad de explotar las minas, Felipe II las restablece. Con este fin se mantuvo también la mita (impuesto inca).
El Imperio de Carlos V y los Conflictos Internos
Carlos V trató de crear un Imperio Universal apoyado en mantener y acrecentar sus territorios y en defender la fe católica contra protestantes y musulmanes. En 1517 hereda los reinos de Castilla, Aragón y los territorios europeos de los Habsburgo. En 1519 es nombrado emperador del Sacro Imperio Romano-Germano gracias a los servicios pedidos en las cortes castellanas. El uso de recursos, la ausencia del rey, la rapiña de cargos por los flamencos (Adriano de Utrecht), que se primen los intereses de Flandes en la industria lanera y las pretensiones nobiliarias que por el patrimonio real provocan la Guerra de las Comunidades. En ella se ejecuta a los procuradores que han votado los servicios y se nombran regidores comuneros. Con la quema de Medina del Campo por los realistas se extiende la rebelión por Castilla y al campo, donde se radicaliza contra los señoríos y se pierde el apoyo de la alta nobleza. En 1521 se derrota a los comuneros en Villalar y Padilla, Bravo y Maldonado son ejecutados.
En el Reino de Valencia también surge una revuelta en 1520 llamada las Germanías. Los pequeños comerciantes y artesanos asociados (agermanats) se oponen al poder de las oligarquías urbanas y a los señores en el campo, enfrentándose también a los moriscos por su sumisión. Aunque la Corona reacciona tarde, en 1522 se consigue reprimir lo que acaba siendo una guerra antiseñorial.
La Crisis de 1640
En 1640 los objetivos del conde-duque de Olivares llevaron al colapso del sistema de la monarquía, la quiebra económica, la decadencia del comercio americano, la disgregación política de la Península y a la derrota de España en la Guerra de los Treinta Años. La “Unión de Armas” fue un proyecto de crear un ejército entre todos los reinos, que suponía una subida de impuestos que Cataluña se negó a aceptar. En 1635 Francia entró en la Guerra de los Treinta Años, provocando que el ejército se desplazase al Rosellón donde, por los abusos cometidos y el hambre, hubo un levantamiento campesino. En 1640 un incidente entre segadores y funcionarios reales acabó en un motín (Corpus de Sangre) y, al sumarse las oligarquías urbanas, en una revolución política apoyada por Francia. Se le juró fidelidad a Luis XIII, pero la mala situación y la peste llevaron a firmar el Pacto de capitulación de Barcelona (1652). Con la Paz de los Pirineos (1659) se le entregó el Rosellón y Cerdaña a Francia.
En 1640 surge una revolución en Lisboa por la “Unión de Armas”, la presión fiscal y la desprotección ante los ataques holandeses. La Iglesia se une a la revuelta, siendo el nexo entre el pueblo y la nobleza, que eligen al duque de Braganza como rey (Juan IV) a pesar de los tardíos intentos de reconquista hispanos. En 1647 la presión fiscal, las malas cosechas y la “Unión de Armas” sublevaron a Nápoles y Sicilia. En el primer caso la revuelta es liderada por Masaniello y debe ser reprimida por las tropas. En el segundo con un alivio de la presión fiscal y la concesión de indultos se consigue la paz.
La España del Siglo XVIII
La Guerra de Sucesión y el Sistema de Utrecht
Carlos II murió sin descendientes dejando como heredero al trono a Felipe de Anjou; lo que provocó en Europa la Alianza de la Haya (Austria, Inglaterra, Holanda…) que proponían al archiduque Carlos de Austria como candidato al trono. Y en España desembocó en una guerra civil. La Guerra de Sucesión (1701-1715) en principio fue favorable a la alianza, pero Felipe V se impuso en Almansa (1707), ocupando Aragón y Valencia, eliminando sus fueros con los decretos de Nueva Planta; y en Villaviciosa (1710). El archiduque Carlos heredó el imperio austriaco (1711), precipitando el fin. En los Tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714), Felipe V era reconocido rey de España, prohibiendo la unión de Francia y España. Territorialmente, Austria se queda con Flandes y territorios italianos; Saboya con Sicilia; Países Bajos con plazas belgas; Gran Bretaña con Gibraltar y Menorca, y además se le concedió el navío de permiso y el Asiento de Negros. En el interior España se abría a una política centralista, castellanizante, absolutista de los Borbones y también a su modernización.
El Despotismo Ilustrado de Carlos III
Carlos III reinó (1759-1788) y adoptó del modelo del Despotismo Ilustrado. Esquilache lideró la reforma mediante la inclusión de más burgueses en la administración, la libertad de precios, la contribución del clero, la reforma de hacienda, contra el monopolio de “los cinco gremios”; expropió bienes de la Iglesia, reformó la corte para combatir la falta de higiene o la delincuencia. Al coincidir con la subida del precio del pan, surgen protestas (Motín de Esquilache, 1766), es desterrado y se expulsa a los jesuitas como instigadores. Continuaron con su plan el marqués de la Ensenada, Campomanes, Floridablanca o el conde de Aranda. Floridablanca creó la Junta de Estado y en 1787 Olavide reformó la administración municipal, enfrentándose a la oligarquía urbana y a los gremios.
Con nuevas leyes para América, realizó las “Nuevas Poblaciones” (Sierra Morena y valle del Guadalquivir) para asentar a colonos en la ruta Madrid-Cádiz, estratégica y amenazada por el bandolerismo y la despoblación. En economía se intervino en la propiedad de la tierra. Se impulsaron las reales fábricas con obras públicas (Canal Imperial de Aragón, mejora de caminos). La liberalización del comercio interior y con América (1778) favoreció la creación de juntas y compañías. La emisión de vales reales como deuda pública endosable supuso la aparición de los billetes. Se fundó el Banco de San Carlos, predecesor del Banco de España. Se continuó con la reorganización el ejército (reales ordenanzas) y la construcción naval («Santísima Trinidad»).
Evolución de la Política Exterior en el Siglo XVIII
Se reorientó la política exterior de los Borbones en la recuperación de lo perdido en la Guerra de Sucesión, y la defensa del imperio americano. España necesitó de la alianza con Francia frente a Inglaterra. Felipe V intentó revisar los tratados de la Paz de Utrecht y recuperar los territorios italianos, a través del secretario Alberoni y de Isabel de Farnesio. La toma de Cerdeña y Sicilia hizo que se formase una alianza (Inglaterra, Holanda, Francia y Austria) así España devolvió lo conquistado (1724). Con Francia en la Guerra de Sucesión polaca, las dos naciones firmaron el Primer Pacto de Familia “Tratado del Escorial” (1733), frente a Austria y Rusia, (y gracias al cual Francia apoyó luego a Carlos como rey de Nápoles y Sicilia). En 1743, en la Guerra de Sucesión austríaca, España y Francia firmaron el Segundo Pacto de Familia (tratado de Fointainebleau), por el cual el segundo hijo de Isabel de Farnesio, obtuvo los ducados en Italia. Fernando VI siguió una política de neutralidad. Carlos III volvió a los pactos de familia (firmando el tercero) ante la amenaza inglesa. España apoyó a Francia en la Guerra de los Siete Años. La derrota supuso la pérdida de la Florida, los caladeros de Terranova, concesiones comerciales a Inglaterra, además de la entrega de Uruguay a Portugal. Francia compensó a España con la Luisiana. Por la ayuda prestada a los colonos americanos de la independencia de Inglaterra, se recuperó la Florida y Menorca en la Paz de Versalles de 1783. En el reinado de Carlos IV se produjo la revolución francesa, por lo que se alió con Inglaterra y Portugal llegando Francia a invadir País Vasco y Cataluña, firmando posteriormente la paz de Basilea (1795) ganando Santo Domingo y concesiones comerciales. En 1796 se firmó el tratado de San Ildefonso por el que España se aliaba con Francia contra Inglaterra.