Dictadura de Primo de Rivera: Causas, Desarrollo y Fin (1923-1930)

Causas del Golpe de Estado de Primo de Rivera

El golpe de estado del general Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, tuvo sus raíces en el auge del movimiento obrero y del nacionalismo, así como en el fracaso de los intentos de regeneración del sistema de la Restauración por parte de los partidos dinásticos. Sin embargo, el detonante fue el agravamiento de la situación militar en Marruecos y las repercusiones del desastre de Annual.

El golpe de Estado fue protagonizado por el general Primo de Rivera en Barcelona. La proclama golpista era lo suficientemente abierta como para no suscitar demasiados temores, y la población estaba agotada por la crisis permanente.

Primo de Rivera contaba con el apoyo del rey Alfonso XIII, de la mayoría del ejército y del empresariado catalán.

Objetivos y Primeras Medidas de la Dictadura

Inicialmente, la dictadura se presentó como un paréntesis que no cuestionaba el mantenimiento futuro del sistema parlamentario. Sus objetivos prioritarios eran emplear autoridad y eficacia para:

  • Acabar con el caciquismo.
  • Imponer el orden público.
  • Poner orden en Marruecos.
  • Controlar la expansión de los nacionalismos.

Para ello, se formó un directorio militar compuesto por ocho generales y un almirante, presidido por el general Primo de Rivera, un hombre imbuido de un espíritu regeneracionista ingenuo y superficial.

  • Lucha contra el caciquismo: Se disolvieron ayuntamientos y diputaciones provinciales, y se persiguió la corrupción. Sin embargo, los caciques se adaptaron a la nueva situación, alineándose con el régimen.
  • Imposición del orden social: Se implementaron medidas de fuerza, disolviendo la CNT, que estaba en profunda crisis. El PCE pasó a la clandestinidad. Se extendieron los somatenes, una milicia armada para mantener el orden.
  • Control de la agitación nacionalista: Se optó por la represión. Se prohibió el uso del catalán en actos públicos y cualquier bandera que no fuera la nacional. El PNV y los partidos nacionalistas catalanes fueron ilegalizados.
  • Marruecos: Primo de Rivera afrontó la proclamación de la «República del Rif» por Abd-el-Krim. Tras la extensión de la revuelta a la zona francesa, se acordó una respuesta conjunta. El desembarco de Alhucemas en 1925 y la rendición de Abd-el-Krim en 1926 culminaron con el fin de la guerra en 1927, el principal triunfo de la Dictadura.

Institucionalización del Régimen

En 1925, Primo de Rivera disolvió el directorio militar y nombró un gobierno civil. Este Consejo de Ministros tenía un poder casi absoluto, al estar suspendidas las garantías constitucionales y disueltos el Congreso y el Senado.

El dictador fundó la Unión Patriótica para aglutinar apoyos y proyectarse en la opinión pública. Sin embargo, no logró un programa coherente ni evitar la integración de las redes del caciquismo en su estructura.

En 1927, se creó una Asamblea Nacional Consultiva, controlada por el gobierno, con representación de la Unión Patriótica y personalidades de la vida nacional. Su cometido era redactar una nueva constitución, que no se llevó a la práctica.

Política Económica y Social

Además del éxito en Marruecos, la legitimación de la dictadura se basó en logros económicos y sociales. En 1926, se implementó un programa desarrollista, centrado en el fomento de obras públicas.

La política económica se caracterizó por el intervencionismo estatal y el nacionalismo económico.

En materia social, se logró una notable pacificación mediante la represión del anarquismo y la implementación de reformas sociales. Se contó con la colaboración de los socialistas, que participaron en el Consejo de Trabajo y el Consejo de Estado, así como en la resolución de conflictos laborales. La UGT se consolidó y se aplicaron medidas para mejorar la condición obrera.

El Declive de la Dictadura

Las principales acciones contra la dictadura fueron la intentona insurreccional en el Prat de Molló (anarquistas y catalanistas) y la «sanjuanada» (24 de junio de 1924), patrocinada por Melquiades Álvarez y el conde de Romanones, presidentes del Congreso y del Senado disueltos. Ambas fracasaron.

La insatisfacción por la prolongación de la dictadura y su intento de perpetuarse fue en aumento. Los intelectuales críticos fueron deportados. Los socialistas se negaron a participar en los proyectos institucionales, acelerando la pérdida de legitimidad del régimen.

La crisis económica de 1929 afectó los éxitos económicos de la dictadura. La agitación social y universitaria creció, y el general, cansado y enfermo, dimitió en enero de 1930, falleciendo meses después en el exilio.

Caída de la Dictadura y Transición a la República

El 28 de enero de 1930, Primo de Rivera dimitió. El rey, viendo agotada la Dictadura, encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer, con el objetivo de volver a la normalidad constitucional.

Se inició un periodo de apertura política, aunque el régimen seguía siendo formalmente dictatorial, conocido como la «Dictablanda». Sin embargo, el intento de restaurar la normalidad constitucional era inviable, lo que Ortega y Gasset denominó «el error Berenguer».

Republicanos, socialistas y regionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián y formaron un Comité revolucionario para derribar la monarquía y proclamar la República. Se planeó una sublevación mediante una huelga general con apoyo del ejército, y se nombró un gobierno provisional. En diciembre, se produjo la fallida sublevación militar de Jaca.

Berenguer fue sustituido por el almirante Aznar en febrero de 1931, quien organizó un proceso electoral escalonado. El proceso culminó con las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Dos días después, se proclamó la II República y Alfonso XIII partió al exilio.

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