1. El Conflicto Dinástico y el Reinado de Isabel II
1.1 Conflicto Dinástico
El reinado de Isabel II comenzó con un problema dinástico en España. La ley sálica impedía reinar a las mujeres, pero en 1830 la esposa de Fernando VII, María Cristina, se quedó embarazada. Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción de 1789, derogando la ley sálica. De esta manera, cuando Isabel nació, fue proclamada heredera al trono.
Carlos María de Isidro, hermano de Fernando VII, no aceptó la Pragmática Sanción y contó con el apoyo de los defensores del Antiguo Régimen, conocidos como carlistas. Para hacerles frente, Fernando VII se apoyó en los monárquicos más moderados y desterró a su hermano a Portugal.
En 1832, Fernando VII enfermó y María Cristina asumió la regencia. En 1833, tras morir Fernando VII, Carlos María reclamó el trono de España, comenzando así la Primera Guerra Carlista.
1.2 La Oposición al Liberalismo: Carlismo y Guerra Civil
Lo que comenzó como un pleito dinástico se convirtió en una guerra civil entre absolutistas y liberales.
El carlismo era un movimiento tradicionalista que defendía:
- La monarquía de origen divino y legitimista.
- Solo los varones podían reinar.
- Una sociedad estamental.
- Principios religiosos.
El carlismo tuvo gran importancia en las áreas rurales del País Vasco, Navarra y Cataluña. Al morir Fernando VII, se formaron las primeras partidas de guerrilleros y comenzó la Primera Guerra Carlista (1833-1839), que tuvo tres etapas:
- 1833-1835: Los partidarios carlistas se hacen con el control del País Vasco, Navarra y Cataluña, excepto las ciudades, siendo Zumalacárregui el general carlista al mando. Este fracasó en Bilbao, donde murió.
- 1835-1837: Los partidarios carlistas emprenden varias expediciones desde el norte que fracasan.
- 1837-1839: La imposibilidad de vencer provocó la división de los carlistas en «transaccionistas», partidarios de firmar la paz, y los «exaltados», que no querían la paz.
El general Espartero y el general carlista Maroto (líder de los transaccionistas) firmaron la paz por el Convenio de Vergara, pero los exaltados no aceptaron la paz y continuaron la lucha. Durante la guerra, ambos bandos contaron con apoyo internacional.
1.3 La Cuestión Foral
Los carlistas añadieron a sus reivindicaciones iniciales la defensa del mantenimiento de los fueros en el País Vasco y Navarra, así como su recuperación en Cataluña, Aragón y Valencia, ya que dichos fueros otorgaban privilegios. La defensa de la cuestión foral dio un gran apoyo popular al carlismo en dichas regiones.
2. La Regencia de María Cristina (1833-1840)
Su primera decisión fue confirmar a Cea Bermúdez como jefe de Gobierno. Proclamó la amnistía para los liberales más progresistas con el fin de ganarse su apoyo. Los liberales progresistas vieron en María Cristina la mejor forma para acabar con el Antiguo Régimen. Cea Bermúdez emprendió algunas reformas para implantar el liberalismo moderado, una de las cuales fue dividir el territorio español en provincias. Cea Bermúdez fue criticado por su moderación. Para asegurarse el apoyo de los liberales progresistas, María Cristina nombró jefe de Gobierno a Martínez de la Rosa. Bajo su gobierno se promulgó el Estatuto Real (1834), contra el cual se movilizaron los liberales progresistas, por lo que María Cristina nombró jefe de Gobierno a Juan Álvarez Mendizábal, que impulsó la ley de desamortización eclesiástica y la reforma del ejército. Como consecuencia, la Iglesia y el ejército atacaron a Mendizábal y, como los progresistas se movilizaron a favor de Mendizábal, María Cristina nombró jefe de Gobierno al progresista José María Calatrava, que restauró la Constitución de 1812.
2.1 Regencia de Baldomero Espartero
Espartero se convirtió en el nuevo regente, inaugurando la tendencia de los militares a dirigir la política liberal. Durante casi tres años gobernó con el apoyo progresista y otros jefes militares. Puso en marcha una política progresista, aunque fue una etapa de grandes crisis, provocadas en gran medida por la política autoritaria del regente. Entre las medidas que tomó destaca la desamortización eclesiástica, el recorte de los fueros vasco-navarros y la economía librecambista.
3. Características Generales del Reinado Efectivo de Isabel II (1843-1868)
Los 25 años de su reinado estuvieron marcados por la alternancia de los partidos liberales burgueses en el poder, llamados «dinásticos» y encabezados por militares: Partido Moderado (Narváez) y Partido Progresista (Espartero). Debido a la preferencia de Isabel II por los moderados, hubo predominio de gobierno moderado durante todo su reinado. Aunque posteriormente ocurrió un golpe de Estado que obligó a Isabel II a adoptar el sistema progresista.
3.1 La Década Moderada
Desde el nombramiento de Narváez como presidente, los moderados gobernaron ininterrumpidamente desde 1844 hasta 1854. Durante su mandato se elaboró la Constitución de 1845, que suprimió los aspectos progresistas de la anterior. Esta década se caracterizó por la elaboración de multitud de leyes para establecer un sistema político liberal de carácter conservador y garantizar el orden público. Sus principales medios legislativos fueron la limitación de los derechos individuales, la salvaguarda del orden público y el mantenimiento de la influencia de la Iglesia.
El Partido Moderado también llevó a cabo una profunda labor de centralización y unificación del sistema legal español. Dichas medidas centralizadoras, que atentaban contra los privilegios forales, así como el fracaso de las negociaciones de casar a Carlos VI con Isabel II, dieron lugar a la Segunda Guerra Carlista (1846-1849). Con los años, el modelo político moderado dio señales de agotamiento. Así, en 1849, los miembros más radicales del Partido Progresista se escindieron formando el Partido Demócrata, que defendía el sufragio universal.
3.2 El Bienio Progresista
- Conflicto social por el alza de los precios y el nacimiento del movimiento obrero.
- El gobierno se vio acosado por el Partido Demócrata al no cumplir la promesa de implantar el sufragio universal.
- Diferencias entre O’Donnell y Espartero.
3.3 La Vuelta al Moderantismo
O’Donnell encabezó el gobierno largo (1856-1863), caracterizado por la estabilidad social y el crecimiento económico. Entre 1863 y 1868 se sucedieron gobiernos moderados y unionistas, pero ni Narváez ni O’Donnell fueron capaces de solucionar los problemas de España, como la crisis política por el descrédito de la Corona, la crisis económica y la crisis social, con la que se incrementaron las protestas urbanas.
La situación política se deterioró. Los progresistas intentaron acceder al poder mediante el pronunciamiento encabezado por el general Prim, que fracasó. En el exilio, Prim firmó con los demócratas el Pacto de Ostende (1866) con el objetivo de destronar a Isabel II. A la muerte de O’Donnell (1867), el general Serrano se adhirió al pacto.
4. La Revolución Gloriosa, el Reinado de Amadeo I y la Primera República
4.1 La Revolución Gloriosa
Comenzó en septiembre de 1868 con el pronunciamiento de la flota al mando del almirante Topete en Cádiz, secundado por Prim y Serrano, para derrocar a Isabel II. El pronunciamiento militar se convirtió en una revolución de carácter popular. Isabel II se exilió a Francia.
Tras la huida de Isabel II, se formó un gobierno provisional de coalición formado por progresistas, unionistas y demócratas, presidido por Serrano. Se convocaron elecciones a Cortes constituyentes mediante sufragio universal masculino, ganando la coalición gobernante. Las Cortes elaboraron la Constitución de 1869, que estableció el régimen democrático con soberanía nacional.
4.2 El Reinado de Amadeo I
Tras la aprobación de la Constitución, Serrano fue nombrado regente hasta que el gobierno de Prim encontrase un rey. Tras más de un año, Prim y los progresistas lograron que las Cortes votaran a Amadeo de Saboya, perteneciente a la monarquía italiana.
Pocos días antes de que el rey jurase la Constitución como Amadeo I, Prim fue asesinado. Durante sus dos años de reinado, acató fielmente la Constitución. Sin embargo, el reinado de Amadeo fracasó por:
- Falta de apoyos políticos.
- Oposición política.
- Enfrentamientos armados.
- El movimiento obrero.
Ante la falta de apoyos, Amadeo I abdicó y abandonó España en 1873.
4.3 La Primera República
Su proclamación fue una solución de urgencia votada en las Cortes ante el vacío político dejado por la abdicación de Amadeo I. En las Cortes votaron a favor de la República los republicanos y los radicales de Ruiz Zorrilla. Ambos eran grupos minoritarios y sin experiencia. Durante el corto periodo que duró la República, se sucedieron cuatro gobiernos: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall (durante su gobierno se redactó la Constitución de 1873), Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. En 1874 se restauró la monarquía con Alfonso XII.
1. El Sistema Canovista
1.2 Sistema Canovista
El creador del régimen de la Restauración fue Cánovas del Castillo, político conservador admirador del modelo inglés de alternancia pacífica entre grandes partidos.
1.3 La Constitución de 1876
El modelo político de Cánovas del Castillo se concretó en la Constitución de 1876. Era una constitución de carácter integrador. La Constitución de 1876 ha sido la más duradera de la historia de España, vigente hasta 1923.
- Declaración de derechos individuales.
- Reforzamiento del poder del monarca a través de la soberanía compartida.
- Bicameralismo: Congreso elegido por Senado y por sufragio universal.
2. La Regencia de María Cristina de Habsburgo
2.1 La Regencia de María Cristina de Habsburgo
En 1885, el sistema constitucional experimentaba una clara adulteración.
El rey Alfonso XII enfermó cuando el sistema canovista aún no estaba consolidado, haciendo temer por su continuidad. Cánovas del Castillo y Sagasta llegaron a un acuerdo en el llamado Pacto de El Pardo (1885): ambos se comprometían a respetar el turno de partidos y a conservar las medidas legislativas aprobadas por los respectivos gobiernos, como garantía de estabilidad política.
Tras la muerte de Alfonso XII, Cánovas dimitió y la regente María Cristina de Habsburgo, esposa de Alfonso XII, nombró presidente del Consejo a Mateo Sagasta. Durante los cinco años de gobierno de Sagasta (1885-90), los liberales llevaron a cabo una importante labor reformista. La vuelta de los conservadores al poder en 1890 supuso el retorno a una política económica proteccionista. Sagasta y los liberales volvieron a gobernar (1892-95), donde aplicaron el proyecto de reforma de la administración de Cuba, que fracasó, dando lugar a la Guerra de Cuba. En 1895 vuelve a gobernar Cánovas del Castillo, que fue asesinado en 1897. Fue Sagasta quien afrontó el desastre del 98. En 1902, Alfonso XIII fue proclamado rey de España.
3. Las Guerras Coloniales
3.1 Las Guerras Coloniales
- Guerra de Cuba: La primera guerra de Cuba terminó con el Convenio de Zanjón (1868-1878).
- Guerra de Filipinas: En 1896 se produjo la insurrección en Filipinas. La respuesta española fue la represión (fusilamiento del líder independentista José Rizal). Consiguieron la independencia gracias a EE. UU.
- La Paz de París: La firmó España en 1898. Reconocía la independencia de Cuba, así como el protectorado estadounidense sobre Puerto Rico y Filipinas.