Manifiesto de Primo de Rivera de 1923
Contexto Histórico
El 14 de septiembre de 1923, el diario ABC de Madrid, dirigido por Torcuato Luca de Tena, publicó el Manifiesto de Primo de Rivera, también conocido como el Manifiesto del 13 de septiembre. Este documento se enmarca durante el reinado de Alfonso XIII y el fin del sistema canovista. Se trata de un texto de naturaleza circunstancial con contenido político. Fue elaborado por el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, quien estaba vinculado al grupo de militares africanistas y conocía de cerca los graves problemas políticos y sociales de la Península Ibérica. Primo de Rivera, que había sido capitán general de Valencia, Madrid y Barcelona, dio un golpe de Estado que lo convirtió en jefe de Gobierno. El manifiesto está destinado a una colectividad, tiene carácter público y un ámbito nacional. Se considera una fuente primaria.
Idea Fundamental
La idea fundamental del texto es exponer el conjunto de causas que motivan el golpe de Estado: el deterioro del orden público, la política arancelaria del anterior gobierno y la corrupción de la clase política, entre otras.
Estructura del Manifiesto
El texto se puede dividir en tres partes:
- Presentación [Españoles: …, … de la política…]: En esta primera parte, se justifica el golpe de Estado como la salvación de la Patria. Primo de Rivera argumenta que se vio obligado a tomar medidas extremas y a violar la Constitución de 1876.
- Exposición de Problemas [No tenemos…, …responsabilidades…]: Aquí se explican los problemas que se han presentado, como los asesinatos de prelados, la indisciplina social y la impune propaganda comunista.
- Objetivos [En virtud…, …condenamos…]: En la última parte, se manifiestan los objetivos del golpe, como la creación de un directorio político militar, una solución para el problema de Marruecos y la exigencia de responsabilidades a los partidos políticos.
El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del Sistema
El reinado de Alfonso XIII estuvo marcado por el espíritu regeneracionista surgido tras la crisis de 1898. Sin embargo, el corto alcance de las reformas no fue suficiente para impedir que el sistema se siguiera hundiendo. La Primera Guerra Mundial trajo una fase de neutralidad que permitió a España desempeñar un papel económico importante en Europa. No obstante, la euforia de las exportaciones solo benefició a unos pocos, y el descontento social desencadenó la crisis general de 1917. A partir de ese momento, el declive fue imparable: contestación política al régimen, conflictividad social y el desastre militar en Marruecos, conocido como el Desastre de Annual. El golpe militar de Primo de Rivera impuso la dictadura, con la aprobación del rey.
La Dictadura de Primo de Rivera
La crítica situación del orden público justificó la implantación del estado de guerra durante casi dos años. La política de represión se concretó en la merma de las libertades públicas y la censura de la prensa. La medida más contundente fue la persecución de los anarquistas, cuyos locales y órganos de prensa fueron clausurados. Con el objetivo de liquidar el caciquismo, se disolvieron los ayuntamientos, que fueron sustituidos por juntas de vocales asociados, integradas por los mayores contribuyentes de cada localidad y nombradas a través de los gobernadores civiles. La prometida regeneración quedó en una gran farsa, ya que la renovación política se limitó a sustituir a los caciques.
A finales de 1925, Primo de Rivera se propuso renovar su régimen dictatorial mediante la sustitución del directorio militar por un directorio civil. Esta renovación del equipo de gobierno demostraba la intención del dictador de perpetuarse en el poder. Para ello, necesitaba transformar la dictadura en un nuevo régimen a su medida, cuyas bases principales fue estableciendo de forma escalonada en el tiempo.
Economía durante la Dictadura
Uno de los factores que explican el aparente éxito de la dictadura de Primo de Rivera fue la coyuntura mundial favorable, que permitió el desarrollo industrial y el crecimiento económico. La dictadura ambicionaba un alto grado de autarquía y defendía la producción nacional frente a la extranjera. De este modo, el Estado intervino en la economía, protegiendo la actividad privada, concediendo monopolios e incluso actuando directamente en obras públicas.
Conclusión
La dictadura de Primo de Rivera no era fascista y procedía en gran parte del regeneracionismo. Justificó su acción por la necesidad de combatir los viejos males de la Restauración, en especial la política caciquil y oligárquica. Sin embargo, cuando la dictadura se prolongó en el tiempo, Primo de Rivera perdió los apoyos iniciales y la oposición creció. Finalmente, el rey retiró su apoyo a Primo de Rivera. Las elecciones del 12 de abril de 1931 dieron la victoria a las fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades. Ante esta situación, el rey Alfonso XIII abandonó España y se proclamó la Segunda República el 14 de abril.