Transformación Social y Económica en la España del Segundo Franquismo (1959-1975)
Este texto, fragmento de «El cambio de mentalidad en el segundo franquismo» publicado en el libro «España en cambio: el segundo franquismo, 1959-1975» (Madrid, 2009), explora la transformación social y económica durante el desarrollismo en España. Su autor, Walter L. Bernecker, historiador y catedrático alemán nacido en 1947, es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Erlangen y autor de numerosas publicaciones sobre historia española, portuguesa y latinoamericana, incluyendo artículos sobre el anarquismo. El texto, dirigido a los trabajadores españoles, utiliza un lenguaje accesible, propio del ámbito histórico-económico.
Conceptos Clave
- Desarrollismo: Cambio de mentalidad que impulsó la migración de trabajadores, principalmente del campo a la ciudad, en busca de mejores condiciones de vida y educación.
- Status quo: «Estado del momento actual», la situación de una persona en un tiempo y lugar determinados.
- Analfabetismo: Incapacidad para leer y escribir.
- Boom estudiantil: Consecuencia del desarrollo económico y la mejora de las condiciones de vida, que redujo el analfabetismo e impulsó la matriculación universitaria.
Estructura del Texto
El texto se divide en dos partes:
- El primer párrafo introduce el desarrollismo como un fenómeno que transciende lo económico, implicando un cambio de actitud y mentalidad que motivó la migración de trabajadores rurales a las ciudades.
- Los párrafos segundo y tercero abordan la aspiración de familias de clase baja de mejorar la vida de sus hijos a través de la educación.
Contexto Histórico
El texto se centra en el período del desarrollismo (1959-1975) durante la dictadura de Franco. Tras la autarquía, el régimen, liderado por tecnócratas del Opus Dei, implementó una política de liberalización económica a partir de 1959. Este período, conocido como el «milagro español», se caracterizó por:
- Liberalización de la economía.
- Emigración interior (éxodo rural) y exterior.
- Expansión industrial (bienes de consumo) y desarrollo del turismo.
El Plan de Estabilización de 1959 marcó el inicio de este auge económico, buscando sustituir la política intervencionista y autárquica por una más liberal y moderna, además de legitimar el régimen a través de sus resultados económicos. Los Planes de Desarrollo Económico y Social buscaban resolver problemas estructurales de las empresas, crear polos de desarrollo y evitar desequilibrios territoriales. Se implementaron tres planes: 1964-1968, 1968-1971 y 1972-1975 (interrumpido por la crisis del petróleo de 1973 y el asesinato de Carrero Blanco). A pesar del crecimiento económico, se acentuaron los desequilibrios territoriales, el abandono del campo y el crecimiento desordenado de las ciudades. La estructura social se dinamizó, con un «baby boom» en los sesenta, la transición de una sociedad agraria a una urbana, el crecimiento de las clases medias, la incorporación de la mujer al mercado laboral y la popularización de las vacaciones. En el ámbito político, los falangistas perdieron influencia, se promulgaron nuevas leyes (Ley de Prensa, Ley Orgánica del Estado), se creó el Tribunal de Orden Público (TOP) en 1963, y se aprobó la Ley General de Educación en 1970, ampliando la escolarización obligatoria hasta los 14 años.
El Legado del Desarrollismo
El desarrollismo propició un cambio de mentalidad en la sociedad, alejándola del franquismo e impulsando una progresiva liberalización política, como la Ley de Prensa de 1966, que eliminó la censura previa. Esta modernización socioeconómica sentó las bases para la transición a la democracia tras la muerte de Franco, liderada por el rey Juan Carlos I y Adolfo Suárez.