El Régimen de la Restauración: Sistema Canovista y su Funcionamiento

El Régimen de la Restauración: Características y Funcionamiento del Sistema Canovista

Introducción

El golpe de estado del general Pavía supuso el fin del gobierno republicano de Castelar. La I República había fracasado, por las divisiones políticas de sus partidarios y por la incapacidad de mantener el orden en el país, acelerando los pasos de Cánovas del Castillo para preparar la Restauración de la monarquía borbónica con la llegada del nuevo monarca, Alfonso XII.

La Restauración se dividió en dos períodos: el régimen constitucional, en vigor hasta 1923 y la dictadura de Primo de Rivera, que llevó a la caída de la monarquía en 1931. El rey nombró presidente del gobierno a Cánovas del Castillo, que organizó y estabilizó la situación política.

Monarquía de Alfonso XII (1874-1886). Instauración del Sistema Canovista

El pronunciamiento en Sagunto por parte del general Martínez Campos, supuso el acto inicial de la Restauración en la figura del Alfonso XII, ya que desde la abdicación de Isabel II en su hijo, Cánovas, fue preparando el terreno para que el país reconociera al joven príncipe como rey. Intentó ganarse la adhesión de las clases populares, de la prensa y del ejército. Un momento crucial de ese planificado encuentro del príncipe con su pueblo fue a través del llamado Manifiesto de Sandhurst el 1 de diciembre de 1874, redactado por el propio Cánovas del Castillo (jefe del partido Alfonsino), en el que el futuro rey expresaba al pueblo español su fe en la monarquía liberal y sus deseos de conciliación y de paz, superando los problemas surgidos en el pasado. La proclamación de Alfonso XII como nuevo rey se realiza el 29 de diciembre de 1874. El Manifiesto de Sandhurst sentó las bases del sistema político de la Restauración. El principio monárquico se definía en virtud de la legitimidad histórica, arraigado por tanto en la tradición, y no como simple fruto de una asamblea política. Se defendía, así, una monarquía constitucional y liberal.

Principios Ideológicos de Cánovas del Castillo

El principio ideológico básico, se concreta, como anteriormente se ha destacado, en la monarquía. El nuevo rey, al no haber participado, por su juventud, en las intrigas políticas de etapas anteriores, atrajo incluso a monárquicos desencantados.

Tres son los aspectos fundamentales que se pueden destacar de los principios ideológicos de Cánovas:

  • La teoría de la Constitución interna o histórica, que hacía recaer la soberanía en el Rey y las Cortes, dos instituciones avaladas por la historia.
  • El sistema de poder, que se articulaba en dos pares de fuerzas: las que encarnaban la soberanía, es decir, el Rey, que detenta la autoridad, y las Cortes, depositarias pacíficamente en el poder.
  • La Constitución escrita, que organizaría el funcionamiento del sistema.

Para lograr restaurar la monarquía borbónica, Cánovas introdujo las siguientes modificaciones en el viejo sistema liberal:

  • Alfonso XII reemplazaría a Isabel, pues la conducta personal y política de la reina estaba bajo sospecha.
  • El partido Conservador, fundado y dirigido por Cánovas, sustituiría al partido liberal moderado, y el Partido Liberal, dirigido por Mateo Sagasta, al partido liberal progresista.
  • Se terminarían las intervenciones del ejército en política.
  • La Constitución de 1876.

Constitución de 1876

Manifiesta claramente el propósito de conciliación, al reunir a políticos de períodos anteriores y de diversas tendencias políticas. A medio camino entre la Constitución de 1845 y de la de 1869, consta de 89 artículos divididos en trece títulos. Se trata de una Constitución pactada, donde “la persona del rey es sagrada e inviolable”, constituye Cortes bicamerales (Congreso y Senado), en la que la potestad de hacer leyes reside en las Cortes con el rey, el ejecutivo en el rey y sus ministros y las provincias americanas gobernadas por leyes especiales. Fue la formulación legal del sistema político Canovista. En lo fundamental, suponía un retorno a la Constitución del 45. Es la Constitución de más larga vigencia en la historia española, y su inspirador fue Cánovas.

Sus características más destacadas son: Soberanía Compartida por las Cortes con el Rey, cortes bicamerales, congreso de los diputados elegido por sufragio restringido hasta 1890, y desde entonces por sufragio universal masculino, Senado, compuesto por tres categorías de miembros y controlado por los grupos sociales más poderosos, ampliación del poder del Rey, designación de ministros, poder legislativo compartido con las cámaras y derecho de veto absoluto, capacidad para convocar o disolver las Cortes, mando supremo del ejército, reconocimiento formal de los derechos y libertades individuales y recorte de la libertad religiosa y reconocimiento de la religión católica como religión oficial del Estado.

El nuevo sistema político tuvo en el turno de partidos y en el caciquismo sus características más esenciales.

Bipartidismo y Turnismo

Se va imponiendo el modelo bipartidista. La consolidación de Cánovas se ve reforzada por la adhesión a su partido de los moderados históricos, con la incorporación de la Unión Católica. El partido pasará a llamarse “liberal-conservador”, mientras que la oposición política caerá en manos de Sagasta, que consiguió agruparse a progresistas de derechas y unionistas de izquierdas, e incluso republicanos, en su partido “fusionista-liberal”. El turnismo se hace efectivo en 1881, y consistía en los siguientes aspectos a destacar:

  • Los dos grupos políticos existentes se turnarían ordenadamente en el poder, actuando alternativamente y de manera pactada como gobierno y oposición. Entre estos partidos había escasas diferencias, ambos eran monárquicos y defendían el capitalismo. Mediante el turnismo ninguno de los dos partidos quedaba excluido del poder, por lo que no recurrieron al apoyo del Ejército o a golpes de Estado.
  • El Turnismo fue un engaño, una falsificación permanente, una manipulación continua de los resultados electorales. El objetivo era impedir que los partidos obreros y republicanos alcanzaran el poder. El sistema parlamentario y las elecciones eran pura ficción.

El creador del sistema fue Antonio Cánovas del Castillo. Sólo gobernaron dos partidos políticos, leales a la Corona, llamados partidos dinásticos, ambos liberales y apenas diferenciados en la ideología: el conservador y el liberal. Están de acuerdo en no elaborar leyes que uno de los dos partidos pueda derogar cuando llegue al gobierno.

Bipartidismo

Todos los otros partidos políticos quedan fuera del sistema político, al que se oponen: carlistas, republicanos, regionalistas, nacionalistas, y el movimiento obrero socialista y anarquista.

Turnismo

Alternancia entre 1875-1902.

AñosGobierno (Presidente)
1875-1881Conservador (Cánovas)
1881-1884Liberal (Sagasta)
1884-1885Conservador (Cánovas)
1885-1890Liberal (Sagasta)
1890-1892Conservador (Cánovas)
1892-1895Liberal (Sagasta)
1895-1897Conservador (Cánovas)
1897-1902Liberal (Sagasta)
1902-1903Conservador (Silvela)

Turnismo: los dos partidos dinásticos se turnan en el poder con los mecanismos propios de un sistema parlamentario. En la práctica, esta alternancia se construyó sobre el fraude electoral y el caciquismo.

Trayectoria Política Durante el Reinado de Alfonso XII

El partido conservador se mantendrá en el poder hasta 1881. Con la proclamación de Alfonso XII, se favoreció la decadencia del carlismo que se había activado desde 1868. La Restauración se tiene que enfrentar a un nuevo problema, la Guerra de los Diez Años en Cuba, sellada con la Paz de Zanjón, en la que se acordaron los siguientes acuerdos: mismas condiciones políticas, económicas y administrativas que Puerto Rico, indulto a los insurrectos y abolición de la esclavitud. No todas las estipulaciones se van a cumplir con la firma de esta paz, ni tampoco finalizará el proceso revolucionario, que continuará en la llamada “guerra chiquita” hasta la definitiva en 1895.

Con respecto al aspecto económico, España, se instalará en el proteccionismo, conjugando buenas relaciones exteriores con las potencias europeas. Pero a partir de 1881, el partido liberal de Sagasta, sustituye a Cánovas, que ya llevaba cinco años en el poder, era notorio la sensación de cansancio en los conservadores. El turno siempre es pacífico, abriéndose una etapa algo más liberal, pero siempre dentro del marco de la legalidad constitucional.

En esta nueva etapa se aprobaran ciertas reformas legislativas en lo referente a la libertad de expresión y de imprenta, la implantación del sufragio universal, libertad de cátedra en las universidades o reformas económicas más librecambistas. En 1884 los conservadores vuelven al poder, pero los sucesos producidos a partir de 1885 como fueron los alborotos estudiantiles del día de Santa Isabel, pidiendo libertad de enseñanza, derrota de los conservadores en las elecciones municipales y el enfrentamiento entre España y Alemania por la situación en el archipiélago de Las Carolinas, la epidemia de cólera que puso en entredicho la política sanitaria del gobierno a declararse contrario a la vacunación del doctor Ferrán, a lo que hay que sumar la muerte repentina de Alfonso XII, provocó el desgaste y caída del gobierno conservador. De nuevo el turno pasaría a Sagasta mediante el traspaso de poder el cual quedó reflejado con la firma del Pacto del Pardo, abriéndose un período de regencia en la figura de la reina Mª Cristina hasta que Alfonso XIII accediera al trono en 1902.

Conclusión

La Restauración de nuevo de la monarquía constitucional en la figura de Alfonso XII después del período del Sexenio, fue el gran éxito político de Cánovas del Castillo, consolidando su preferencia por el sistema bipartidista mediante el turno de los dos partidos monárquicos, destacando como aspecto negativo el fomento del fraude electoral y del caciquismo sobre todo en las áreas rurales. Cánovas consideraba este sistema la base primordial para el restablecimiento monárquico, el cual se mantuvo vigente hasta la proclamación de la II República en 1931.

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