El Reino Unido en la Era Victoriana: Potencia Económica y Reformas Políticas
Una Potencia Económica y Territorial
El reinado de Victoria I, que abarcó desde 1837 hasta 1901, es conocido como la Era Victoriana. Durante este periodo, el Reino Unido alcanzó su máxima expansión territorial, consolidó su desarrollo industrial y mantuvo instituciones basadas en la monarquía parlamentaria. A diferencia de otros países europeos, no se vio afectado por las oleadas de revoluciones liberales, y los avances políticos se produjeron en un marco de estabilidad institucional.
Sin embargo, el desarrollo económico se vio afectado por una larga crisis que se extendió desde 1873 hasta 1895. Esta crisis impactó especialmente en la agricultura y, en consecuencia, favoreció a la industria. La ruina agrícola provocó que muchos agricultores se vieran obligados a emigrar a las ciudades o incluso a América. Esta crisis también generó un declive relativo del Reino Unido, permitiendo que otros países alcanzaran su nivel de industrialización. A pesar de ello, el Banco de Inglaterra seguía siendo el más importante del mundo, y la libra esterlina se mantenía como una moneda fuerte.
Apertura Política y Reformismo
Las reformas políticas se iniciaron en 1832 con la ampliación del sufragio. La política inglesa giraba en torno a dos partidos: los Tories (conservadores) y los Whigs (liberales). Disraeli, ministro conservador, llevó a cabo una reforma electoral en 1867, la primera de carácter democrático. Ambos partidos, Tories y Whigs, apoyaron la reforma, ya que defendían la monarquía y el régimen parlamentario. Con esta reforma, aproximadamente un millón de ciudadanos, entre obreros y artesanos, obtuvieron el derecho al voto.
El triunfo de los Whigs, liderados por Gladstone en 1868, permitió la aplicación de la reforma de la ley democrática de 1867, que se convirtió en el modelo político de la Inglaterra victoriana. Los valores predominantes eran el liberalismo, la eficacia, la expansión económica y el cristianismo evangélico. Se implementaron importantes reformas en áreas como las relaciones religiosas, la ley sindical y la justicia. En 1893, se fundó el Partido Laborista, que eventualmente desplazó a los Whigs.
La Cuestión Irlandesa
Irlanda constituyó uno de los principales problemas políticos británicos hasta la guerra de independencia (1919-1921). Aunque se encontraba bajo dominio inglés, se había mantenido como un reino independiente hasta 1800, cuando se aprobó el Act of Union, que unificó Irlanda y Gran Bretaña en el Reino Unido. La incorporación de Irlanda al Reino Unido fue constantemente desafiada, y la expulsión de las tierras de miles de arrendatarios irlandeses por parte de terratenientes ingleses aumentó la tensión.
Como respuesta, surgió un movimiento nacionalista liderado por Parnell, que promovió el boicot a los terratenientes. En 1885, los nacionalistas irlandeses obtuvieron representación en el parlamento británico. Un año más tarde, Gladstone presentó la Home Rule, una propuesta que buscaba convertir a Irlanda en un territorio autónomo dentro del Reino Unido. Esta propuesta dividió a los Whigs. La cuestión irlandesa no se resolvió hasta 1916 en Dublín, con la consiguiente división de la isla. Finalmente, en 1920, Irlanda alcanzó la independencia.
Francia: Del II Imperio a la III República
El II Imperio (1852-1870)
Luis Napoleón Bonaparte, inicialmente de tendencia liberal, se convirtió en emperador tras un golpe de Estado. Su gobierno se caracterizó por un periodo de crecimiento económico y estabilidad política. Sin embargo, al final de su mandato, declaró la guerra a Prusia en 1870.
La Francia de la III República (1870-1914)
La derrota francesa ante Prusia en la batalla de Sedán en 1870 precipitó la proclamación de la III República dos días después. En marzo de 1871, estalló la revuelta de la Comuna de París. Francia, buscando negociar la paz con Prusia, ordenó la intervención del ejército, lo que resultó en aproximadamente 5.000 muertos (la Semana Sangrienta) y una dura represión.
La III República se consolidó en dos periodos:
- República Conservadora (1871-1879)
- República de los Republicanos (1880-1914)
El II Reich Alemán
En 1871 se constituyó el II Reich Alemán. Dos hechos favorecieron su creación:
- La unificación alemana.
- La proclamación de Guillermo I como emperador en Versalles en 1871.
Estos eventos marcaron el surgimiento de Alemania como una gran potencia.
Expansión Económica y Organización Política
La unión aduanera de 1839, el desarrollo industrial y la expansión de la red ferroviaria contribuyeron a la unificación política alemana y sentaron las bases de la potencia económica del país. En 1869, se creó un mercado nacional, pero faltaba la unificación monetaria, que se logró con la creación del Marco y del Banco Imperial. La política ferroviaria fue fundamental para el crecimiento económico alemán. También se experimentó un gran crecimiento en los sectores textil, siderúrgico, la minería y los transportes. Alemania se convirtió en la mayor potencia industrial de Europa.
El sistema político alemán concedía amplios poderes al emperador. Los partidos políticos se agrupaban en cuatro bloques principales:
- Liberales
- Conservadores
- Socialdemócratas
- Zentrum (partido político de centro)
Las Relaciones Internacionales (1870-1914): La Europa de Bismarck (1870-1890)
La era Bismarckiana fue la etapa en la que el canciller Otto von Bismarck impuso los intereses de la política alemana al resto de los países del continente. Los objetivos de la política de Bismarck eran tres:
- Mantener a Francia en un aislamiento diplomático.
- Mediar entre Rusia y Austria-Hungría.
- Desarrollar una política de rearme bélico.
Su política se basaba en el realismo político, una forma de pragmatismo político.
Los Sistemas Bismarckianos
El objetivo principal era mantener la paz y aislar a Francia. Se formaron dos bloques: la Triple Alianza y la Triple Entente.
Primer Sistema (1871-1879)
La diplomacia bismarckiana logró la firma de dos acuerdos: uno germano-ruso y otro austro-ruso, frenando las pretensiones de ambos países. Además, Alemania, Austria-Hungría y Rusia formaron la Entente de los Tres Emperadores. Las revueltas en Bosnia-Herzegovina y Bulgaria, junto con la dura represión turca, llevaron a la creación del Tratado de San Stefano, que establecía un Estado eslavo en los Balcanes, la Gran Bulgaria, bajo influencia rusa. Bismarck convocó el Congreso de Berlín, donde se revocaron los acuerdos de San Stefano, disolviéndose la Gran Bulgaria. Austria-Hungría asumió la administración de Bosnia-Herzegovina. Rusia, sintiéndose humillada, abandonó la Entente.
Segundo Sistema (1879-1885)
Alemania reforzó su papel central en la diplomacia europea entre 1879 y 1885. En 1879, se firmó la Dúplice Alianza entre Alemania y Austria. Se renovó la Entente de los Tres Emperadores, atrayendo nuevamente a Rusia. En 1882, se creó la Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia. Este sistema se basaba en el respeto del statu quo en los Balcanes, lo que propició un largo periodo de paz en Europa. Las principales potencias llevaron a cabo un intenso rearme que desembocó en la Primera Guerra Mundial en 1914.
Tercer Sistema (1885-1893)
Este periodo marcó el final de la era Bismarckiana. En 1885, estallaron nuevas rivalidades entre Rusia y Austria por territorios y dinastías, a raíz del nombramiento de un rey proaustriaco en Bulgaria. La situación inestable llevó a la crisis del sistema. Bismarck consiguió firmar nuevos tratados que garantizaron el equilibrio en los Balcanes y aislaron a Francia. Más tarde, Francia firmó dos tratados con Rusia, uno político y otro militar. El fin del aislamiento francés y el alejamiento de Rusia marcaron el final de la era Bismarckiana.