Segunda República Española: Reformas, Bienio Conservador y Golpe de Estado

Reformas y Conflictos en la Segunda República Española (1931-1936)

El establecimiento de salarios mínimos y la obligación de los propietarios de poner en cultivo las tierras aptas para este uso fue una de las primeras medidas. El objetivo de la ley era la modernización de la agricultura y la mejora de la situación social del campesinado, pero fracasó por la complejidad de la ley, la lentitud y las dificultades burocráticas para su aplicación, la falta de presupuesto destinado a las indemnizaciones y la resistencia de los propietarios.

La cuarta reforma fue la reforma del Estado centralista. La Constitución del 31 ofreció el marco jurídico adecuado para iniciar este proceso y conceder a las nacionalidades históricas instituciones propias y estatutos de autonomía. Cataluña fue la primera en iniciar el proceso, con la creación de la Generalitat de Catalunya.

La quinta reforma era educativa y cultural, donde se dedicaron muchos recursos, sobre todo en la enseñanza. Su objetivo era promover una educación liberal y laica y hacer que el Estado garantizara el derecho a la educación extendido a toda la población. Los republicanos estaban convencidos de la necesidad de mejorar el nivel cultural de la población y de hacer que la cultura fuera un derecho. Se promovieron campañas culturales a los sectores humildes, las misiones pedagógicas.

La sexta y última reforma fue la laboral, es decir, la mejora de las condiciones laborales. Se aprobó la ley de contratos de trabajo que regulaba la negociación colectiva, la ley de jurados mixtos, que otorgaba un poder de arbitraje vinculado en caso de desacuerdo, y 7 días de vacaciones pagadas al año. Se estimuló el aumento de salarios y seguros sociales, la semana laboral de 40 horas y se reforzó el papel de los sindicatos agrícolas.

El Bienio Conservador (1933 – 1935)

En 1933, el jefe del gobierno, Manuel Azaña, dimitió y el presidente de la República, Alcalá Zamora, disolvió las Cortes y convocó elecciones en noviembre, donde las mujeres pudieron ejercer el voto. La izquierda se presentó desunida; republicanos y socialistas enfrentados por conflictos sociales. La derecha, unida y organizada, obtuvo la victoria. Dos fuerzas políticas obtuvieron mayores resultados: el Partido Radical de Lerroux y la CEDA. Alcalá Zamora, temeroso de la CEDA que amenazaba con reformar la Constitución, confió la formación de gobierno al Partido Radical.

El nuevo gobierno, presidido por Lerroux, inició su acción paralizando gran parte de la reforma agraria; fijó la devolución de las tierras a los nobles, anuló la cesión de propiedades mal cultivadas y otorgó libertades de contratación, lo que supuso una bajada de salarios de los jornaleros. Contrarrestó la reforma religiosa con la aprobación del presupuesto del culto y clero. En el ejercicio se aprobó una amnistía. La educación se dejó igual, pero con menos presupuesto. Y las Cortes paralizaron el Estatuto Vasco, ganándose la enemistad de los nacionalistas vascos. Esto tuvo como consecuencia una radicalización del PSOE y la UGT. Largo Caballero propuso dejar de colaborar con la burguesía, propugnar la revolución social y acercar las posiciones anarquistas. Como consecuencia, se produjeron huelgas y conflictos en el año 1934. El gobierno de la Generalitat continuaba con los republicanos de izquierda.

Este fin de contrarreforma del gobierno de Lerroux no era bien visto. El enfrentamiento se produjo a raíz de la cuestión rabassaire. En abril del 34, después de discusiones, el Parlamento de Cataluña aprobó la ley de contratos de cultivo, que permitía a los campesinos el acceso a la propiedad de las tierras que trabajaban, pero los propietarios se mostraron contrarios al contenido de la ley. La Generalitat de Catalunya no aceptó la anulación y aprobó una ley idéntica a la anterior. Esto puso en evidencia las grandes diferencias políticas y sociales entre derechas e izquierdas, así como entre el gobierno central y la Generalitat. Ante la movilización obrera, la CEDA reclamó al Ejecutivo una acción más contundente en materia de orden público y exigió participar directamente en el gobierno. La izquierda interpretó la entrada de la CEDA al gobierno como una deriva hacia el fascismo. Un nuevo gobierno de la UGT llevó a cabo una huelga general para impedir la consolidación del nuevo gobierno, lo que fracasó a nivel nacional por la falta de coordinación. En Asturias se protagonizó una revolución social, dispuestos a defender la revolución, pusieron cerco a la ciudad de Oviedo y se enfrentaron con las fuerzas del orden. En Cataluña, la revuelta contó con Lluís Companys, que quería evitar la entrada de la CEDA al gobierno. El 6 de octubre, Companys proclamó la República catalana dentro de la República Federal Española. El gobierno declaró el estado de guerra en Cataluña.

La CEDA aumentó su influencia en el gobierno y se mostró partidaria de aplicar las condenas con rigor. Se nombró a José María Gil Robles ministro de la guerra y a Francisco Franco jefe del Estado Mayor. En Cataluña se suspendió el estatuto de autonomías y se anuló la ley de contratos de cultivo. Pero estalló una fuerte crisis en el gobierno, que se vio afectado por escándalos de corrupción como el caso del estraperlo y de malversación de fondos. Gil Robles quería ser presidente del gobierno, pero Alcalá Zamora se negó, así que convocó elecciones legislativas.

El Frente Popular

Los partidos catalanistas de izquierda se agruparon en el Frente de Izquierdas. El programa electoral se basaba en la amnistía para los encarcelados del 34. Los partidos derechistas reaccionaron con la formación del Frente Catalán de Orden. De acuerdo con lo que se había firmado en el Frente Popular, el nuevo gobierno quedó formado exclusivamente por republicanos de izquierda. Se puso en marcha lo pactado en la coalición electoral. Un clima de violencia en España era la estrategia que favorecía a los sectores decididos a organizar un golpe de estado militar contra la República. El plan de Emilio Mola consistía en organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todas las guarniciones posibles. La conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas políticas de la derecha y con la aquiescencia de Italia fascista y Alemania nazi. El día 14 de julio se produjo en Madrid el asesinato de José Calvo Sotelo y de Castillo. Su muerte aceleró los planes golpistas y la sublevación comenzó en Marruecos el día 17 de julio, dando inicio a la Guerra Civil que duró 3 años.

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