El Declive de la Civilización Occidental: Causas y Consecuencias (1914-1938)

Orden Vigente en 1914 y sus Características

En 1914, Europa ocupaba una posición central en el sistema internacional. Sin embargo, en los 30 años siguientes, la civilización occidental experimentó una erosión que afectó sus valores y su núcleo.

Hundimiento de los Valores Occidentales

La crisis provocó la quiebra de las instituciones de la democracia liberal. De 28 estados europeos, solo 12 mantenían una democracia en 1938.

Descomposición del Cuadro de Valores Liberales

Se observaron tres procesos paralelos:

  1. Aparición de nuevas ideologías antisistema: Se vivió una época de guerra ideológica.
  2. Deterioro de la legitimidad democrática: Esto respondió al efecto de las alternativas antidemocráticas en cada país.
  3. Avance de fuerzas irracionales: Las construcciones científico-filosóficas supusieron un golpe a la creencia en un orden racional del mundo. La razón dio paso a la relatividad y al vitalismo, una posición filosófica caracterizada por postular la existencia de una fuerza vital, opuesta a las explicaciones mecanicistas que presentan la vida como fruto de la organización de sistemas materiales.

Inadecuado Funcionamiento del Sistema Económico Internacional

Las distorsiones de la posguerra en los años 20 provocaron una convulsión social y económica de intensidad y duración sin precedentes. La Gran Depresión anunció el fin de la economía capitalista.

Crisis de Fundamentos y Declive de Europa

La guerra y las dificultades del proceso de recuperación frenaron la actividad económica. El conflicto fortaleció la posición de los competidores en la economía internacional, especialmente de Estados Unidos, que se convirtió en el centro de la economía internacional. Surgió un nuevo modelo a imitar: el americanismo.

Costes de la Guerra, la Paz y el Declive de Europa

La guerra transformó la realidad europea. Los niveles de producción y alimentación cayeron. Las labores de reconstrucción no acabaron hasta 1924. Los índices de renta nacional previos a la guerra se recuperaron en 1925. Se vivió una gran inestabilidad social.

  • Coste demográfico: 50-60 millones de personas, afectando a la parte productiva y a la fuerza de trabajo. La población europea en 1920 era la misma que antes de la guerra.
  • Disminución de reservas de capital: Destrucción física, desgaste de la maquinaria y freno a la inversión.
  • Endeudamiento espectacular: Los países en guerra cubrieron sus gastos con créditos bancarios. La deuda pública aumentó (x5, x12 en Gran Bretaña, x28 en Alemania). Los préstamos fueron insuficientes, lo que disparó la impresión de billetes respecto a las reservas metálicas, generando inflación y depreciación de la moneda. Se completó así la degradación financiera.
  • Contracción del producto: La guerra frenó la evolución de la renta y el producto europeo en un valor equivalente a 8 años de crecimiento.

Oleada Revolucionaria

Se desató una oleada revolucionaria que alteró la estabilidad de las estructuras sociales. Hubo factores psicológicos (cansancio, propaganda), económicos (escasez, carestía) y políticos (restricción de libertades públicas) que debilitaron el respaldo social a los gobernantes. Desde 1917, se generó un movimiento reivindicativo con huelgas y motines militares. La mayor expresión fueron las revoluciones bolcheviques.

Al desprestigio de las clases dirigentes se superpuso el protagonismo de la clase obrera, con un avance de los sindicatos (que triplicaron su número de afiliados) y el ascenso de los partidos socialistas. Se produjeron avances electorales y la entrada al poder de los obreros, que dominaron el círculo político de la posguerra. Hubo conquistas obreras salariales y reformas agrarias para redistribuir la tierra a los pequeños agricultores.

Seísmo de Fronteras

El sistema de Versalles desintegró el espacio económico de la preguerra, creando más problemas de los que resolvió. La fragmentación de los grandes imperios desmanteló grandes espacios económicos y rompió el sistema de comunicaciones y las unidades monetarias. Se produjo la balcanización de Europa centro-oriental, con unidades administrativas, comerciales y monetarias sin sentido económico. El aislamiento soviético y el cierre de fronteras, con un modelo de principios opuestos al resto del mundo, y las reparaciones de deudas enrarecieron aún más la situación.

Los gobiernos de la posguerra negociaron las deudas y fijaron la cuantía de las reparaciones alemanas en 33.000 millones. Fracasó la organización de un programa de ayuda internacional para la recuperación de los países, debido a la política aislacionista de EE. UU. La retirada americana dejó a Europa a su suerte y retardó la recuperación.

Otro problema fue que los gobiernos pretendían adaptar la economía a los tiempos de paz y retornar a la prosperidad de la guerra, lo que tuvo graves consecuencias para la economía europea.

Dos Tipos de Políticas Económicas

  • Países que consideraron prioritario el regreso a la normalidad de la preguerra: Primaron el camino de la deflación, como el mundo anglosajón, Japón y los países neutrales. Para amortizar la deuda, equilibraron el presupuesto y evitaron la inflación.
  • Naciones que no vieron factible restablecer la normalidad: Optaron por mantener un déficit presupuestario para financiar la reconstrucción, como Francia, Alemania, Austria, Hungría y Checoslovaquia. Incrementaron el déficit para costear los gastos derivados de la reconstrucción y los gastos sociales (pensiones, subsidios).

La solución deflacionaria supuso la práctica de políticas fiscales y monetarias restrictivas que terminaron con la inflación, pero dificultaron la reconstrucción y el pago de las reparaciones. Para estos países, se encarecieron los créditos y se obstaculizaron las exportaciones. Todas las políticas inflacionistas culminaron con el hundimiento del sistema monetario.

Beneficios de la Guerra y Ascenso de EE. UU.

La guerra dio tres posibilidades de crecimiento:

  1. Sustitución de importaciones de los beligerantes por producciones propias.
  2. Sustitución de la demanda de otros países en guerra.
  3. Abastecimiento de mercados internacionales y coloniales desatendidos por Europa.

Estados Unidos fue el gran beneficiario, pero también, en menor medida, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Argentina y Brasil, que tuvieron una gran expansión del sector industrial.

Estados Unidos se convirtió en la mayor economía del mundo, la principal potencia comercial y el mayor acreedor. Aprovechó la demanda en tiempos de guerra y las dificultades de los países para convertirse en la primera potencia comercial y exportadora del mundo, y en el segundo lugar en valor de importaciones. Pasó de ser deudor en 3.700 millones en 1914 a acreedor neto por una cantidad similar en 1919. El flujo de capitales generó un saldo excedente en el comercio de mercancías y en la emisión de préstamos a los aliados. La liquidación de títulos americanos en poder de extranjeros y la asunción del papel de prestamistas en la financiación de países sudamericanos explican este cambio financiero.

Americanismo

Estados Unidos se convirtió en la tierra prometida de los años 20. El PIB subió un 50%, la producción industrial un 80% y la renta media per cápita un 30%. La hegemonía de EE. UU. y el deseo de los gobiernos de restaurar el sistema económico liberal de la preguerra se asociaron a este modelo de principios. El gran crecimiento de la oferta se basó en las ganancias obtenidas de la productividad del trabajo, con un nivel de demanda suficiente para asegurar la salida de la producción y la capacidad de consumo de la población, así como la libre circulación y un orden monetario estable que regulara la circulación monetaria nacional y los pagos internacionales.

Entre 1921 y 1923 concluyó el ciclo revolucionario de la posguerra y comenzó una nueva etapa de dominio conservador. Este viraje político se vio facilitado por la debilidad obrera, el debate sobre la escisión ideológica entre comunismo y anarquismo, y la rivalidad en el movimiento sindical. La restauración también fue económica y social, intensificándose el control patronal sobre el ciclo productivo, aumentando el desempleo, el descenso de la conflictividad laboral, el aumento de los cierres patronales, los recortes salariales y el aumento de la jornada de trabajo. Los empresarios crearon sindicatos patronales y obras sociales de empresa. El sindicalismo se vio debilitado por la pugna entre socialistas y comunistas, y por el descenso de la tasa de sindicación en el mundo industrializado.

Producción en Masa

Los avances productivos se concentraron en EE. UU., en sectores como la industria química, la electricidad, el automóvil y el petróleo. La producción de automóviles se multiplicó por cuatro, con el 80% de la oferta en EE. UU. (Ford). El aumento de la productividad favoreció la producción masiva, mientras que el volumen de mano de obra permaneció constante. En 1925, se fabricaba un coche cada 10 segundos.

  • Racionalización de la producción: Mecanización, sustitución de la mano de obra por máquinas de vapor y motores eléctricos o de combustión. La producción de electricidad se multiplicó por seis, replegando el uso del carbón. Se regularizó el suministro y se electrificaron los medios de producción.
  • Petróleo: Se multiplicó por tres su uso debido al motor de combustión en la agricultura y los transportes.
  • Estandarización de la producción: Oferta reducida a un pequeño número de mercancías tipo, unificación de modelos de piezas y máquinas.
  • Organización más racional del trabajo: Taylorismo, cronometraje del proceso productivo, todo controlado. El obrero como unidad de trabajo, sin necesidad de mano de obra especializada. Producción en cadena (Fordismo).

Concentración Empresarial

La masiva inversión de capital y el control de la competencia en los mercados favorecieron el reagrupamiento empresarial (Trust, Cartel, Konzern). Estados Unidos fue la sede principal de empresas en sectores como el automóvil, la electricidad, la siderurgia, la química y la banca.

Consumo y Sociedad de Masas

Se produjo la americanización de las costumbres. Para dar salida a la producción masiva, era necesario vender, por lo que la demanda dinámica cobró gran importancia. El imparable progreso de la publicidad forzó el consumo. Creció la capacidad adquisitiva de la población. Ford aumentó los salarios para evitar una crisis de superproducción y subconsumo. Sin embargo, esta política salarial no fue habitual en otros sectores o economías. El crédito a los consumidores, que permitía gastar ingresos no percibidos, multiplicó la capacidad de consumo.

Apareció la civilización de masas, con una transformación de las condiciones de vida y trabajo, cambios en la urbanización de la población y la transformación de los medios de comunicación. Fue la época dorada del espectáculo y la cultura de masas (prensa, cine, radio). Surgió una poderosa industria del ocio. La radio pasó de ser un lujo a un bien popular. Se formaron grandes compañías que monopolizaron la producción, y la inversión empresarial se orientó a la construcción de salas de cine. La política de precios populares popularizó el cine. Esto facilitó la difusión del americanismo, con una cultura popular impregnada de influencia americana. El escapismo y la evasión de los problemas se convirtieron en entretenimiento e instrumento de movilización y educación política de los ciudadanos.

La estética personal cambió. En las mujeres, se popularizó el estilo flapper (maquillaje, cigarrillos, vestidos cortos). En los hombres, se impusieron las hombreras, los pantalones estrechos y los zapatos de punta. Los bailes y los bares americanos se pusieron de moda.

Restablecimiento del Patrón Oro

El funcionamiento del modelo económico exigía un marco institucional que aportara seguridad a las transacciones económicas internacionales. La preocupación por restaurar el sistema económico liberal de la preguerra se agravó con la inflación de los primeros años 20. La vuelta a la normalidad se abordó en la Conferencia Internacional de Génova en 1922, donde se acordó la estabilización monetaria y el restablecimiento de la convertibilidad de las monedas en oro.

En 1921, 14 países sanearon sus finanzas y se crearon nuevas monedas en los países bálticos, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Alemania. La estabilización monetaria alemana se acompañó de un arreglo de las reparaciones y una corriente de capitales procedentes de EE. UU. y Gran Bretaña (Plan Dawes).

Los participantes de la conferencia acordaron un sistema monetario internacional que revisaba el patrón oro clásico. Ante la escasez de oro, se admitió que la cobertura de las monedas pudiera estar constituida por reservas de oro y divisas convertibles en oro. El sistema se descentralizó, y el tradicional papel ejercido por Londres fue asumido por Nueva York.

La reordenación monetaria estimuló la circulación internacional de capitales. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania pasaron de prestamistas a prestatarios. Los flujos de capital tuvieron dos destinos: Europa (para restaurar monedas, resolver deudas y reparaciones, y estimular la recuperación agraria e industrial) y los países de ultramar (para fomentar la exportación de productos primarios, infraestructuras y proyectos industriales).

La regulación monetaria interior y la convertibilidad de todas las monedas nacionales mediante un nuevo patrón común hicieron efectivos los préstamos internacionales y aportaron estabilidad a las transacciones.

Los Límites de la Prosperidad y las Deficiencias del Sistema

Los años 20 fueron de prosperidad en EE. UU., pero en el resto del mundo no fue tan brillante. El crecimiento no fue homogéneo en el tiempo ni en el espacio, ni la expansión fue uniforme. La depresión de la agricultura, la inadecuada estructura industrial, las graves limitaciones de la demanda y los obstáculos a la libre circulación de hombres, mercancías y capitales fueron deficiencias en el funcionamiento del sistema económico.

Depresión de la Agricultura

La depresión de la agricultura reflejó la incapacidad del mercado internacional para absorber a precios remuneradores una producción creciente. Los esfuerzos de mecanización y la recuperación de la producción europea, junto con un menor ritmo de crecimiento demográfico y la rigidez de los productores para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado, hicieron que los años de prosperidad se presentaran para la agricultura en forma de plaga, con stocks invendibles y caída de los precios. Las economías orientadas a la exportación de granos se desequilibraron ante las oscilaciones del mercado.

Crisis de Transformación de la Estructura Productiva Europea

La crisis de transformación de la estructura productiva europea resume el comportamiento de los sectores industriales. El tejido industrial europeo se caracterizó por la lenta aparición de actividades industriales y la concentración en producciones tradicionales que presentaban una tendencia al estancamiento o al retroceso.

El problema estructural europeo consistía en un exceso de capacidad productiva en las industrias básicas, la necesidad de adaptación a los cambios en la pauta de la demanda y la incapacidad de competir con EE. UU. en mercados productivos en expansión. A esto se sumaba la falta de competitividad de la industria tradicional en mercados saturados y el efecto de la sustitución de importaciones en los países nuevos.

La Europa industrial experimentó estancamiento y lentitud en el ajuste. La capacidad de consumo conoció graves restricciones debido a la pérdida de renta de los agricultores, el volumen de desempleo y el desigual reparto social de los beneficios industriales. El descenso del precio de los productos alimenticios básicos disminuyó la capacidad de compra. Los agricultores fueron el sector social más desfavorecido. La crisis de rentabilidad de las explotaciones se originó por el aumento de los gastos y el estancamiento de los ingresos. El nivel de vida de los agricultores se resintió, agravándose en las áreas agrícolas, donde la desaparición de la renta neta incrementó el endeudamiento de los cultivadores.

Desempleo

El paro fue ocasional en la preguerra, pero en los países occidentales se registró una elevada tasa de desempleo estructural, debido a la crisis de los sectores industriales tradicionales o a los procedimientos ahorradores de mano de obra de las nuevas industrias. Mientras que en EE. UU. el desempleo retrocedió, en Europa se mantuvo. El aumento de la producción no repercutió en una mejora del nivel de vida.

Restricciones al Comercio Internacional

La restauración del orden económico internacional no estuvo libre de problemas. El más importante fue la restricción a la libre circulación de hombres y mercancías. Se interrumpieron los flujos migratorios. Estados Unidos, el primer centro de inmigración, limitó el flujo mediante la Quota Act y la National Origin Act, que fijaron un sistema de cuotas según la nación de origen y redujeron la entrada de inmigrantes anuales al 2%. El mundo se dividió a causa de las barreras proteccionistas. Las mercancías tenían derechos de aranceles muy altos. Estados Unidos aumentó la protección aduanera (arancel del 50%) y Gran Bretaña abandonó el liberalismo. Se creó una red proteccionista para defender las industrias clave, lo que frenó los flujos del comercio internacional.

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