La transición a la democracia (1975-1982)
Después de la muerte del general Franco, los proyectos continuistas preparados por el dictador y sus seguidores no se cumplieron y la monarquía de Juan Carlos I sería parlamentaria. El concepto de transición política se aplica al proceso que se desencadenó en España tras la muerte del dictador y que culminó con la consolidación de la democracia.
1. El fracaso del gobierno de Arias Navarro
El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I asumía, a título de rey, la jefatura del Estado. Carlos Arias Navarro va a ser presidente del gobierno, y su gabinete incorpora a ministros reformistas. El rey impuso a un hombre de su confianza, Torcuato Fernández Miranda, en la presidencia de las Cortes, cargo que conllevaba la del Consejo del Reino. La pretensión de los reformistas, y la vía aconsejada por Fernández Miranda, era la reforma política: un cambio político a partir de las leyes franquistas.
Sin embargo, Arias Navarro pretendía realizar una reforma mínima que respetase el legado franquista.
En el extremo contrario, la oposición democrática defendía la ruptura democrática, es decir, la formación de un gobierno provisional y la celebración de elecciones generales constituyentes para poner las bases de un nuevo sistema político. Las movilizaciones populares (manifestaciones y huelgas) se multiplican exigiendo libertad, amnistía y la autonomía de las nacionalidades históricas. Los conflictos laborales conllevaban un contenido político. Es entonces cuando la oposición se une y surge Coordinación Democrática (conocida como la «Platajunta»). El rey está descontento con su jefe de gobierno, cuya credibilidad reformista es nula. La situación es insostenible y Arias Navarro dimite el 1 de julio de 1976, en gran medida forzado por el monarca.
2. La reforma política
El nombramiento de Adolfo Suárez
Tras la dimisión de Arias Navarro, el Consejo del Reino propuso al rey la lista de candidatos de la que saldría el nuevo presidente. La elección de Adolfo Suárez decepcionó tanto a los reformistas como a los rupturistas. Sin embargo, desde un primer momento, Suárez puso de manifiesto su voluntad democrática reformista. Concedió una primera amnistía, contactó con la oposición para que abandonase las posiciones rupturistas y, sobre todo, consiguió que las Cortes franquistas aprobasen la Ley para la Reforma Política.
La Ley para la Reforma Política
La Ley para la Reforma Política, con rango de ley fundamental, fue el instrumento legal que encauzó la transición democrática. Era un texto que asumía la democracia como sistema político y unas Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal. El siguiente paso sería la celebración de elecciones (pero no constituyentes).
Las elecciones de 1977
Progresivamente se legalizan los partidos políticos y sindicatos y se desmantelan las organizaciones franquistas. La ultraderecha asesinaba a unos abogados laboralistas vinculados al PCE (Madrid) y la actividad terrorista de GRAPO y ETA aumentaba la tensión. Mientras, la legitimidad de las elecciones previstas pasaba por la participación de todas las fuerzas políticas, incluido el Partido Comunista, que sería legalizado el 9 de abril de 1977, a pesar de la feroz oposición del «búnker».
El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas en 41 años y a las que concurrieron numerosas formaciones políticas. La vencedora fue la UCD de Adolfo Suárez, la segunda fuerza política fue el PSOE de Felipe González; tanto el PCE, como Alianza Popular (AP), bajo el liderazgo de Manuel Fraga, quedaron muy lejos de sus expectativas electorales. También consiguieron representación parlamentaria, entre otros, el PSP de Tierno Galván, y el PNV de Xabier Arzalluz.
Los Pactos de la Moncloa
La transición política coincide con la crisis económica de 1973 (del petróleo). España la sufrió con extrema gravedad a partir de 1975, cuando se sumó la incertidumbre política a los problemas económicos.
En 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa, fruto del consenso entre gobierno, partidos políticos, CCOO y patronal. Esos pactos contenían una serie de medidas para afrontar la crisis económica: reducir la inflación, realizar ajustes laborales y sentar las bases de una reforma fiscal.
La Constitución de 1978
El resultado de las elecciones de 1977 forzó el inicio de un proceso constituyente. Se creó una ponencia constitucional de 7 miembros, pertenecientes a los principales partidos parlamentarios, que elaboró una constitución de consenso. Una vez aprobada por las Cortes democráticas, fue refrendada en el referéndum del 6 de diciembre de 1978. Los principios fundamentales de la Constitución de 1978 serían:
- El Estado social y democrático de derecho.
- La monarquía parlamentaria.
- El Estado de las autonomías.
3. El declive de la UCD
La dimisión de Adolfo Suárez
En las elecciones de 1979 la UCD obtuvo en las legislativas (marzo) un triunfo más ajustado que en 1977 y un relativo fracaso en las municipales (abril), al formarse ayuntamientos de izquierda en las grandes ciudades. Continuaba la violencia terrorista y se produce la segunda crisis del petróleo en 1979.
Sin embargo, serían las primeras elecciones autonómicas y las divisiones internas en el partido las que pondrían en evidencia la debilidad de UCD. En las elecciones del País Vasco y Cataluña (1980) UCD perdería la mitad de los votos conseguidos en 1979 poniendo de manifiesto la pérdida de apoyo popular de Suárez. Las divisiones dentro de UCD se acentuaron, aflorando las diferencias ideológicas entre los sectores derechistas y los de centro-izquierda. Suárez carecía de un liderazgo dentro de la UCD y en el gobierno. El 29 de enero de 1981 dimite y renuncia a la dirección de UCD.
El 23-F
El descontento militar cristaliza en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El teniente coronel Antonio Tejero ocupa el Congreso de los Diputados, interrumpe la votación parlamentaria para elegir un nuevo presidente y retiene a los diputados como rehenes. Poco después el capitán general de Valencia, Milans del Bosch, sacaba los tanques a la calle. En la madrugada del día 24 el rey comparece por televisión y desautoriza a los sublevados. Definitivamente los militares indecisos se echan atrás y el golpe fracasa.
El día 25 Leopoldo Calvo Sotelo es investido presidente del gobierno y, consigue la adhesión a la OTAN.
Las elecciones de 1982
La continuidad de UCD como formación política era insostenible. Sin agotar la legislatura Calvo Sotelo convoca elecciones para el 28 de octubre de 1982. La UCD se hunde y el PSOE consigue una victoria espectacular y la mayoría absoluta (202 diputados). El triunfo del PSOE termina con la inestabilidad de los gobiernos anteriores y cierra la transición, después de 46 años un partido de la izquierda llegaba al poder.