Relación entre la Guerra Civil Española y el Contexto Internacional
La Preparación del Golpe de Estado
Desde las elecciones del 16 de febrero de 1936, con el triunfo del Frente Popular, se fue gestando una conspiración militar para evitar lo que las derechas consideraban una inminente revolución socialista. El gobierno del Frente Popular trató de alejar de Madrid a los militares sospechosos de conspiración. Así, envió al general Franco a Canarias, al general Goded a Baleares y al general Mola a Pamplona. El general Sanjurjo permanecía en Lisboa. José Antonio Primo de Rivera fue encarcelado, acusado de tenencia ilícita de armas. En el verano de 1936 ya estaba todo preparado para el golpe, aunque en la elección de la fecha fue clave el asesinato del dirigente derechista Calvo Sotelo, perpetrado el 13 de julio de 1936 como represalia al asesinato del teniente Castillo, miembro de la Guardia de Asalto y conocido republicano.
El Intento de Golpe de Estado
El 17 de julio de 1936, en Melilla, el coronel Yagüe, jefe militar de la Legión, se alzó en armas contra la República. La sublevación se extendió rápidamente por el resto del protectorado marroquí. Desde Marruecos, el día 18, el general Franco (que ya había asegurado el triunfo de la sublevación en Canarias) se dirigió hacia la Península al frente del ejército de África, compuesto por 41.000 hombres. El gobierno de la República tardó en reaccionar y en dos días los sublevados ya se habían hecho fuertes en Pamplona, Sevilla, Castilla la Vieja y parte de Aragón. El 19 de julio, ante el clamor popular contra los rebeldes, Casares Quiroga fue sustituido como jefe de gobierno por José Giral, quien decidió entregar armas a las milicias de los sindicatos y de los partidos del Frente Popular (anarquistas, republicanos, socialistas, comunistas, etc.). Igualmente, parte del ejército y de las fuerzas de seguridad se mantuvieron fieles al gobierno, y fue posible sofocar el levantamiento en buena parte de España.
El Fracaso del Golpe de Estado y el Origen de la Guerra Civil
La rebelión no respondió a las expectativas de los sublevados, que habían imaginado una acción rápida que les diera el inmediato control del país. En algunos lugares sí lograron su objetivo, principalmente en aquellas regiones en las que la derecha era fuerte, en las zonas agrarias con predominio de la gran propiedad trabajada por jornaleros o pequeños propietarios, la España más atrasada y conservadora: España interior, Galicia, Andalucía del Guadalquivir; ciudades como Sevilla, Zaragoza, etc. Pero en otras zonas no pudieron hacer frente a la resistencia del gobierno de la República, allí donde las fuerzas obreras y de izquierda tenían mayor peso: zonas industriales del País Vasco, Cataluña, Madrid, Asturias; ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia. En el fracaso de la sublevación, y en la imposibilidad del Gobierno para restablecer el orden, se encuentra el origen de la Guerra Civil Española.
La Internacionalización del Conflicto
El protagonismo de las potencias extranjeras resultó fundamental. Aunque la Guerra Civil debe explicarse como un conflicto interno, estuvo condicionada por la situación internacional de la época, marcada por la crisis de las democracias, el auge de los totalitarismos y la polarización ideológica. Por ello, en la «guerra de España» se escenificó la rivalidad que terminó desembocando en la Segunda Guerra Mundial.
Los Apoyos de los Sublevados
Los sublevados fueron conscientes de la importancia de la ayuda internacional para la guerra, y se mostraron mucho más rápidos en su búsqueda, lo que les permitió adquirir una superioridad en los primeros momentos del conflicto que terminó siendo decisiva. Este apoyo provino de diferentes aliados:
Italia: Los rebeldes lograron su apoyo antes de llevar a cabo el golpe de Estado. Su ayuda estuvo motivada por coincidencias ideológicas y por las aspiraciones estratégicas italianas, pues Mussolini pretendía incrementar su control en el ámbito mediterráneo. La ayuda italiana se concretó en la llegada del Corpo Truppe Volontarie (CTV), así como de la aviación, que participó en acciones concretas como la conquista de Málaga o la batalla de Guadalajara.
Alemania: El respaldo del régimen nazi respondió al inminente estallido de la guerra en España. De un lado, Hitler pretendía acceder a las minas de wolframio español, un mineral de gran importancia militar; de otro, valoraba la posibilidad de una invasión de Francia por los Pirineos, ante las dificultades que planteaban un avance por la frontera franco-alemana, donde los franceses habían trazado la línea Maginot. Por último, los campos de batalla españoles fueron un excelente laboratorio de pruebas para el nuevo armamento nazi. Alemania envió su aviación, entre la que destacó la Legión Cóndor, tristemente célebre por el bombardeo de Guernica, además de brindar un fundamental apoyo tecnológico, sobre todo en el ámbito de las telecomunicaciones.
Otros apoyos: Los sublevados recibieron ayuda de Portugal, cuyo territorio utilizaron para conseguir sus objetivos militares. De una forma indirecta, tanto el Reino Unido, como EE. UU. y el Vaticano, que llegó a calificar la guerra como una cruzada contra el comunismo, contribuyeron también al triunfo de los sublevados. Cabe citar el papel de los más de 100.000 mercenarios marroquíes.