TEMA 13 : EL RÉGIMEN FRANQUISTA (1959-1975)
La consolidación del régimen
La España de los años 60 experimenta profundos cambios económicos y sociales. La filosofía del desarrollo y del bienestar, propiciada por los tecnócratas, apoyados por Carrero Blanco, se convirtió en el eje central de la legitimación del franquismo.
En enero de 1967 se promulgó la Ley Orgánica del Estado, una norma que culminaba el proceso de institucionalización del régimen.
Con ella el poder personal de Franco se transformaba en una monarquía del Movimiento Nacional, continuadora de las instituciones creadas por el franquismo. El retorno a la monarquía se presenta no como una restauración (ya que esto hubiese supuesto volver a la situación anterior a abril de 1931), sino como la instauración de una nueva monarquía basada en los principios del Movimiento.
Como consecuencia se designa al príncipe Juan Carlos como sucesor de Franco, prestando juramento el 22 de julio de 1969 ante las Cortes como heredero de la corona española. Al mismo tiempo, en los años 60 se plantea la cuestión de la liberalización del régimen, porque aunque los tecnócratas habían creído que el desarrollo económico adormecería a los españoles, el efecto fue el contrario. La liberalización del franquismo consistió en la sustitución del monolitismo ideológico de la falange por el respeto a un cierto pluralismo, pero siempre dentro del más estricto acatamiento de los principios fundamentales del Movimiento, basados en tres pilares: el sindicalismo vertical, los municipios y la familia.
Los márgenes en los que se movió esta liberalización fueron siempre muy estrechos, ya que el régimen siempre reaccionó con mucha dureza ante cualquier tipo de protesta. El único avance real en sentido liberalizador de estos años fue la promulgación de Fraga de la Ley de Prensa del año
1966 en la que se eliminaba la censura previa, lo que permitió una mayor circulación dentro de la sociedad española.
El desarrollismo: Crecimiento económico y transformaciones sociales
La economía española va a sufrir una decisiva transformación gracias al Plan de Estabilización de 1959. Los objetivos marcados por este plan son:
- Acabar con la ineficaz política autárquica elaborando un planteamiento realista de la grave situación económica española.
- Evitar la bancarrota a la que podría dar lugar la inflación y la elevada deuda externa.
- Liberalizar la economía suprimiendo todo tipo de trabas burocráticas con vistas a crear las bases de un posterior crecimiento económico.
Para alcanzar estos objetivos se proponen las siguientes medidas:
- Limitar el gasto público subiendo el precio de los servicios públicos.
- La subida de los tipos de interés para limitar la inflación.
- Supresión de organismos burocráticos.
- La liberalización de las inversiones extranjeras (medida más importante).
- Fijación de una paridad realista de la peseta con el dólar.
Las consecuencias de las medidas adoptadas fueron:
- La caída inicial de precios, salarios y consumo.
- La fuerte emigración tanto a las ciudades como al extranjero.
- La entrada masiva de capitales extranjeros.
- Un altísimo crecimiento económico gracias a la existencia de una balanza de pagos equilibrada debido a los ingresos procedentes del turismo, las remesas de divisas enviadas por los emigrantes y las inversiones extranjeras. También se empieza a constituir como consecuencia de una numerosa clase media.
Después del Plan de Estabilización se van a poner en marcha los Planes de Desarrollo (1963-1973). Sus objetivos son: crear polos de desarrollo en algunas zonas que se pretende industrializar (Galicia-Vigo; Castilla y León-Valladolid, Zaragoza, Burgos).
El aspecto más positivo del crecimiento económico español fue que se mantuvo constante entre 1960 y 1973. Al mismo tiempo se produce el crecimiento y modernización del sector industrial y del sector servicios a costa de la reducción del sector agrario. En cambio, los aspectos negativos más importantes del desarrollismo son el acentuamiento de los desequilibrios geográficos por el despoblamiento de muchas zonas del interior y la dependencia energética y tecnológica del exterior. La economía española se configura como una economía periférica de la europea, cuyas industrias son menos competitivas que las de otros países.
Con respecto a la evolución social hay que destacar un fuerte aumento demográfico durante los años 60 (baby boom). Otro aspecto demográfico destacado son las migraciones, tanto interiores (éxodo rural: 3 millones de personas se desplazan del campo a la ciudad) como exteriores (al existir una fuerte migración a Europa). Con respecto a las transformaciones sociales, lo más destacado es el paso de una sociedad agraria a una sociedad industrial, lo que conllevo la duplicación de la clase media, el mayor papel de la mujer en la sociedad, la aparición de nuevos hábitos sociales como el consumismo, la mayor importancia del laicismo y el surgimiento de una mentalidad reformista y moderada.
Las oposiciones al sistema
La oposición a Franco se desarrolla en los años 60 a partir del llamado Contubernio de Munich: es una reunión de opositores a Franco en el año 1962, en la cual se exige una democratización del país. En este mismo año se producen las Huelgas de la Minería Asturiana.
A lo largo de la década, la oposición al franquismo no dejará de incrementarse, especialmente en cuatro ámbitos:
- En el ámbito laboral: Aparecen los sindicatos USO y, sobre todo, CCOO, organización con mucha implantación entre la clase obrera que será infiltrada por el Partido Comunista.
- En el ámbito universitario: Surge el SDE (Sindicato Democrático de Estudiantes), que lidera la oposición estudiantil al franquismo desde 1966.
- En el ámbito religioso: Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) una parte de la iglesia va a posicionarse en contra del régimen franquista.
- En el ámbito naciacionalista: Desde 1959 aparece una escisión del PNV denominada ETA, que en 1968 comete su primer asesinato. También se configura en esta época un nacionalismo catalán, contrario al franquismo, de postura más moderada.
La crisis del régimen autoritario
Con el nombramiento de Juan Carlos como sucesor de la Jefatura del Estado, la labor del gobierno se centró en sentar las bases hacia una transición política dirigida a implantar la Monarquía del 18 de julio. Para ello se trazó un amplio programa político de forma que al principio de los años 70 el régimen dio unos tímidos pasos hacia una mayor apertura. Sin embargo, el atentado en el que ETA asesina a Carrero Blanco frena cualquier tipo de apertura. Este atentado es considerado como el golpe más efectivo para impedir la supervivencia del franquismo.
Tras la muerte de Carrero Blanco se forma un nuevo gobierno dirigido por Arias Navarro, un franquista puro que sin embargo inicia una tímida liberalización llamada Espíritu del 12 de febrero (1974), que es frenada por un atentado terrorista en Madrid, en la cafetería Rolando. Ante el inmovilismo del régimen algunas de sus personalidades, como Manuel Fraga, empiezan a reclamar reformas que incluyen la creación de un congreso elegido por sufragio universal.
Entre tanto, la oposición en el exterior se va organizando, creándose dos organismos: la Junta Democrática, organizada entorno al partido comunista, y la Plataforma Democrática, compuesta fundamentalmente por demócrata-cristianos y socialistas. La situación política se deteriora rápidamente durante el año 1975 debido tanto a la crisis económica como a la fuerte actividad terrorista. Además se produce la Marcha Verte, un intento de Marruecos de anexionarse el Sahara español- el 12 de octubre de 1975 Franco hace su última intervención pública y el 20 de noviembre, tras una larga agonía, muere.