Los Reyes Católicos: Construcción del Estado Moderno
5.1. Los Reyes Católicos: La Unidad Dinástica
En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón, donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara. Tras morir Enrique IV, estalló la guerra civil en Castilla. La hermana, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y la presunta hija, Juana «la Beltraneja», apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la batalla de Toro en 1476 y la paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. Isabel I era reconocida como reina de Castilla. Ese mismo año de 1479, Fernando I era coronado rey de Aragón. Culminaba la unión dinástica entre los dos reinos más poderosos de la península.
Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona. En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada. Acababa así la Reconquista y la presencia musulmana en la península. Con Portugal, los ya conocidos como Reyes Católicos, intentaron infructuosamente la unión matrimonial. Finalmente, tras morir Isabel, Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512. En 1515 se declaró la unidad de Navarra a Castilla. Anteriormente, con la firma del tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia los territorios ultrapirenaicos del Rosellón y la Cerdaña, y Castilla había concluido en 1496 la conquista de Canarias. Había concluido el proceso de unificación de España.
La unión era, sin embargo, una unión dinástica. Bajo los mismos monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones.
5.2. Conquista de Granada e Incorporación de Navarra
Tras la victoria en la guerra civil se reanuda la guerra con el reino nazarí de Granada. La guerra fue larga: en 1487 se conquistó Málaga y en 1489 la localidad de Baza. Para conquistar Granada se construyó la fortaleza de Santa Fe y se entablaron negociaciones con Boabdil. Finalmente a comienzos de 1492 se conquistó Granada poniendo fin a esa empresa multisecular que fue la Reconquista. Con el fin de la guerra se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe: los granadinos conservan su religión, su libertad, propiedades, armas y derecho tradicional. Sin embargo, la tolerancia duró poco, ya que en 1499 el cardenal Cisneros acabó con ella, a la vez que se implantaba la Inquisición.
Los musulmanes se sublevaron, fueron sofocados y obligados a elegir entre conversión o exilio. La misma medida se aplicó a los mudéjares de Castilla. Los conversos serán llamados moriscos. Para lograr la unidad de toda la península faltaban Portugal y Navarra:
- Con Portugal se intenta la unión mediante enlaces matrimoniales, aunque de momento se fracasó.
- En Navarra, tras la muerte de Isabel en 1504, Fernando conquistó el reino en 1512 en nombre de Castilla: en 1515 declaró la unión de Navarra al reino de Castilla.
5.3. Política Internacional
Fernando retoma la política tradicional aragonesa de expansión en el Mediterráneo. Alfonso V tras su muerte en 1458, deja Nápoles en manos de su hijo bastardo Ferrante I, al que sucede Fernando II y Nápoles fue invadida por el rey francés Carlos VIII. Fernando aprovechó este hecho para intervenir en Italia. La campaña fue dirigida por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, gran estratega que sustituyó la caballería pesada de carácter medieval por tropas de infantería mercenaria armada con largas picas y arcabuces. En 1503 el Gran Capitán derrota a las tropas francesas en las batallas de Ceriñola y Garellano forzando su retirada. Nápoles se incorporó a la monarquía española en 1504, siendo gobernada desde ese momento por un virrey (el Gran Capitán fue obligado a regresar a España por temor a que su enorme prestigio y ascendente sobre las tropas le llevaran a proclamarse rey de Nápoles).
Además, los condados catalanes de Rosellón y Cerdaña fueron devueltos por Francia en 1493 en un intento de apartar a Fernando el Católico de Italia. La política norteafricana respondía a los intereses de Castilla que siempre había pretendido la conquista de Marruecos y también un intento de acabar con los piratas berberiscos (apoyados por los turcos) asentados en el litoral y que realizaban frecuentes expediciones en las costas peninsulares. Los intereses de Fernando en Italia retrasaron el proyecto y solo se tomó el puerto de Melilla (1497). Tras la muerte de Isabel (1504), el impulsor del proyecto, fue Cisneros (regente de Castilla hasta la llegada de Juana y Felipe el Hermoso) que prosiguió esta política mandando una expedición en 1509 que permitió la toma de Orán. Los enfrentamientos entre Cisneros y Fernando acabaron con el abandono de la política norte africana y la ocupación española quedó limitada a un número reducido de plazas fuertes en la costa (Melilla, Orán, Bugía, Trípoli) cuya eficacia contra la piratería fue prácticamente nula.
5.4. Organización Política e Instituciones
El reinado de los Reyes Católicos presenta rasgos medievales al tiempo que se establecen las bases para un estado moderno que irán desarrollando sus sucesores. Al aumentar su poder y las competencias del estado la administración se fue haciendo más compleja y especializada y requería mayor número de juristas y letrados en su mayoría pertenecientes a la pequeña nobleza. En Aragón, existía un virrey o delegado real en cada uno de los reinos con poderes ejecutivos y judiciales. El Consejo de Aragón era un organismo consultivo y a veces actuaba como tribunal supremo. En el gobierno de las ciudades Fernando introdujo el sistema de sorteo para la elección de cargos municipales, en un intento de limitar el poder oligárquico.
En Castilla el Consejo Real se convirtió en el órgano más importante y acabó denominándose Consejo de Castilla. Sus miembros se reunían primero en diversos comités que fueron convirtiéndose en consejos especializados: el de la Inquisición, el de las Órdenes, el de la Hermandad, el de Hacienda y el de Indias. En las ciudades castellanas el representante de la monarquía era el corregidor que tenía competencias en materias diversas: políticas, administrativas, financieras… En el ámbito de la justicia se desarrollaron las instituciones creadas por sus predecesores. En Castilla existían dos chancillerías con función de tribunales superiores: una en Valladolid y otra en Granada. Y dos audiencias: una en Santiago y otra en Sevilla. En la Corona de Aragón, Fernando creó una audiencia en cada uno de los reinos. Sin embargo, la administración de justicia se vio dificultada por la existencia de señoríos que quedaban fuera de la jurisdicción real y por la gran diversidad de fueros y normas locales confusas y a veces contradictorias entre sí. El único órgano común en los dos reinos era la Inquisición, encargada de velar por la ortodoxia católica, que en ocasiones se convirtió en un instrumento político de la monarquía.