El bienio progresista la revuelta de 1854 y el nuevo gobierno progresista

CONCORDATO CON LA SANTA SEDE:


En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede, en el se establecia la suspension de la venta de los bienes eclesiasticos desamortiizados y el retorno de los no vendidos. A cambio, la Santa Sede reconocia a Isabel II y aceptaba la obra desamortizdora, mientras el Estado se compremetia al sostenimiento de la Iglesia española, al restablecimiento de las órdenes regulares, a la concesion a la Iglesia de amplias competencias en materia de educacion y al reconocimiento del catolicismo como religion oficial del pais. A partir de ese momento, la postura oficial de la jerarquia de la Iglesia católica fue la de respaldar el trono de Isabel II.

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL ESTADO LIBERAL

El moderantismo pretendió consolidar la estructura del nuevo
Estado liberal bajo los principios del centralismo, la uniformidad y la jerarquización. Por un lado, el gobierno emprendió a la necesaria reforma fiscal(Ley Mon-Santillán) para aumentar los ingresos de la Hacienda pública. También se abordó la unificación de códigos, se aprobó el Código Penal y se elaboró un proyecto de Código Civil, que recopilaba y racionalizaba el conjunto de leyes anteriores. Por otro lado, se abordó la reforma de la Administración pública. Se estableció un sistema nacional de instrucción pública. También se adoptó un único sistema de pesos y medidas, el sistema métrico decimal. Por último, se disolvió la antigua Milicia Nacional y se creó la Guardia Civil.

LA CRISIS DEL GOBIERNO MODERADO

Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al estado. El autoritarismo se agudizó durante el gobierno de Bravo Murillo, que propuso una reforma constitucional que transformaba el Estado en una dictadura tecnocrática./La propuesta fracasó x la oposición de un sector del propio moderantismo, que consiguió desplazar a Bravo Murillo del poder. De este modo, una nueva revolución en 1854 permitió que los progresistas regresarán al poder y puso fin a diez años de gobierno moderado.

BIENIO PROGRESISTA(1854-1856)


LA REVUELTA DE 1854 Y EL NUEVO GOBIERNO PROGRESISTA:


La unión de progresistas, demócratas y de algunos sectores moderados desembocó en el pronunciamiento de Vicálvaro a cuyo frente se colocó un moderado descontento, el general O’Donnell, que fundó un nuevo partido, la Unión Liberal. Los sublevados elaboraron el llamado Manifiesto de Manzanares en demanda del cumplimiento de la constitución de 1845./La presidencia recayó de nuevo en Espartero, y O’Donnell fue nombrado ministro de la Guerra. Las elecciones fueron convocadas según la legislación de 1837, lo que permitió una mayoría progresista.
El nuevo gobierno intentó restaurar los principios del progresismo e inmediatamente restauró la Milicia y la Ley Municipal que permitía la elección directa de los alcaldes./La actuación de mayor trascendencia para el futuro, emprendida por el gobierno del bienio, fue un ambicioso plan de reformas económicas.

LA LEGISLACION ECONOMICA:


La nueva Ley Desamortizadora, a cargo del ministro Madoz, afectó a los bienios del Estado, de la Iglesia, de las órdenes militares, de las instituciones benéficas y sobre todo de los ayuntamientos. Igual que en 1837, con la eliminación de la propiedad vinculada se pretendía conseguir recursos para la Hacienda. Una buena parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles./La construcción de la línea del ferrocarril se inició en 1855 con la Ley General de Ferrocarriles.


LA CRISIS DEL BIENIO PROGRESISTA:


Las medidas reformistas del bienio no remediaron la crisis de subsistencias, que movilizó al pueblo, generando un clima de grave conflictividad social. En Cataluña, la situación produjo huelgas obreras./El gobierno acabó presentando la Ley de Trabajo, pero la situación había provocado una grave crisis. La creciente conflictividad social retrajo y atemorizó a las clases conservadoras. Además, las discrepancias dentro de la coalición gubernamental se agudizaron. Espartero dimitió y la reina confió el gobierno a O’Donnell.

LA UNION LIBERAL(1856-1863)


El nuevo gobierno unionista liderado por O’Donnell intentó un equilibrio político combinando los elementos fundamentales del proyecto moderado con algunas propuestas progresistas./De este modo se consiguió una relativa estabilidad política interior. Se intentó revitalizar el parlamentarismo y ejercer una política más tolerante con la oposición. Aunque las elecciones eran amañadas desde el Ministro de la Gobernación para asegurar la mayoría parlamentaria, también fijaban una minoría opositora en el Congreso para evitar una marginación que les abocase hacía prácticas insurreccionales./ Una de las actuaciones más relevantes del gobierno fue su política exterior activa, que buscaba recuperar el prestigio internacional. De este modo, se llevaron a cabo tres campañas de carácter internacional:

-la expedición a Indochina./ -la intervención en México./ -las campañas militares en Marruecos.

El unionismo fue incapaz de afrontar la oposición de los moderados y de la propia Corona. O’Donnell presentó su dimisión y la reina entregó el poder a los moderados.

LOS GOBIERNOS MODERADOS(1863-1868)


Los años que transcurrieron entre 1863 y 1868 supusieron el retorno de Narváez al poder y la reposición de los antiguos principios del moderantismo./El moderantismo impuso de nuevo la forma autoritaria de gobierno y ejerció una fuerte represión sobre sus opositores. Los progresistas acusaron a la Corona de entorpecer el funcionamiento de las instituciones y promover formas de gobierno dictatoriales. De este modo, los progresistas pasaron de nuevo a la insurrección con el apoyo de los demócratas./La situación del gobierno empeoró a raíz de la crisis de subsistencias, que provocó el aumento de los precios y el descontento popular.

PACTO DE OSTENDE

Ante la imposibilidad acceder al poder por los mecanismos constitucionales, el Partido Progresista, dirigido por Prim, practicó una política de retraimiento. En la misma posición se situaba el Partido Demócrata, de modo que ambos partidos firmaron el Pacto Ostende en 1867, con la voluntad de unificar sus actuaciones para acabar con el moderantismo en el poder. El compromiso proponía el fin de la monarquía isabelina y dejaba la decisión sobre la nueva forma de gobierno en manos de unas Cortes constituyentes, elegidas por sufragio universal

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