Impacto de la Crisis de 1929 en Argentina: Comercio, Agricultura e Industria

Las políticas comerciales de Argentina durante la década de 1930 estuvieron marcadas por la búsqueda de acuerdos que favorecieran la economía nacional en un contexto de crisis global. Inicialmente, se firmó un tratado con Estados Unidos que, si bien buscaba mejorar las relaciones comerciales, no eliminó aranceles e impuestos para muchos productos agropecuarios argentinos. Esto resultó en una mayor facilidad para la importación de productos norteamericanos.

En contraste, las negociaciones con Brasil fueron más fructíferas. En 1935, se estableció un convenio de cooperación para mejorar las condiciones sanitarias y un tratado de comercio y navegación que garantizaba la libertad de comercio y la protección de los ciudadanos de ambos países. A partir de 1939, se aceleró la preparación de una unión aduanera, donde Argentina se comprometió a asegurar permisos previos al tipo de cambio oficial para las mercaderías brasileñas, protegiendo así la industria nacional. Ambos países se otorgaron el tratamiento de nación más favorecida en derechos de aduana. El 21 de noviembre de 1941, se firmó un tratado de libre cambio progresivo, considerado un antecedente histórico del Mercosur.

Sector Agrícola

¿Qué consecuencias produjo la crisis de 1929 en el sector agrícola?

La caída de los precios de los cereales en los años 30 no redujo la superficie sembrada. El trigo alcanzó su máxima extensión en 1938/39, el maíz en 1935/36 y el lino en 1936/37. A pesar de las dificultades económicas mundiales, la agricultura y la ganadería siguieron siendo sectores clave en la economía argentina. Los cereales fueron los cultivos preferidos, con el trigo a la cabeza, a pesar de las dificultades para su venta en el mercado mundial.

Los productores agrícolas consideraban la baja de precios como algo temporal y continuaron su actividad. Las exportaciones de trigo cayeron drásticamente después de 1929, reduciéndose a un tercio entre ese año y 1930. En 1933, se intentó regular el comercio triguero a nivel mundial, pero Argentina no cumplió con lo acordado. En 1937/38, una nueva superproducción causó otra caída de precios. El mercado internacional del maíz se expandió hasta la Segunda Guerra Mundial, aunque los clientes cambiaron. Francia dejó de importar maíz argentino en 1932, pero otros países como Gran Bretaña, Bélgica, Estados Unidos, Holanda y Alemania continuaron comprándolo para forraje. El mercado del lino también creció en los años 30, con exportaciones en aumento hasta 1938, impulsadas por la demanda industrial. Los principales compradores fueron Francia, Alemania, Holanda y Gran Bretaña.

Sector Industrial

¿Qué características favorables impulsaron al sector industrial?

El sector industrial se vio favorecido por un mercado de buen tamaño, concentración urbana, oferta de trabajo y medidas para solucionar problemas de balanza comercial. El aumento de aranceles y aforos, la devaluación cambiaria y la oficina de control de cambios generaron mayor protección frente a la competencia externa y estimularon el ingreso de capitales. La política de “comprar a quien nos compra” afectó las exportaciones norteamericanas, incentivando a las empresas estadounidenses a trasladar parte de su producción a Argentina.

La evolución de los precios relativos del sector industrial, la estabilidad del salario real y la migración del campo a la ciudad también contribuyeron a una tasa de rentabilidad atractiva. El Estado impulsó la construcción de caminos, lo que favoreció al sector de la construcción y a las industrias proveedoras de insumos. El crecimiento del empleo y la urbanización incrementaron la demanda, que se volcó a la producción local debido a las dificultades para importar, estimulando así el crecimiento industrial.

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