Crisis de 1909: La Semana Trágica
El origen de la crisis de 1909 se encuentra en la derrota española en la batalla de Gurugú y la posterior emboscada en el Barranco del Lobo, donde murieron más de 1000 soldados españoles. Las consecuencias de este desastre en España tuvieron como principales protagonistas a grupos armados que se hicieron con el control de varios núcleos urbanos, desafiando a las fuerzas del orden. El gobierno reprimió con fuerza estas protestas y, como consecuencia, el presidente Maura dimitió. Los sucesos de 1909 son conocidos como la Semana Trágica de Barcelona.
Crisis de 1917: Triple Conflicto
La crisis de 1917 se desarrolló en tres ámbitos: el militar, el político y el social. En un ambiente de malestar y hastío con el sistema, los primeros en actuar fueron los militares. En junio presentaron al gobierno el Manifiesto de las Juntas, en el que se mostraban contrarios al proyecto de reforma militar que incluía una reducción del número de oficiales para hacer frente a la macrocefalia (cabeza del ejército demasiado grande). Además, los firmantes de este documento también protestaban contra el sistema de promoción que favorecía a los militares que luchaban en África.
En 1917 se produjo una crisis política protagonizada por los grupos de oposición. Estos, intuyendo la situación de crisis del régimen de la Restauración, trataron de forzar una apertura democrática del sistema. Se formó así la Asamblea de Parlamentarios que preveía una reforma constitucional y la concesión de un régimen de autonomía a Cataluña. Sin embargo, la falta de acuerdo entre los miembros de la asamblea y la negativa de las juntas a la apertura democrática, acabaron por abortar el proyecto.
Durante el verano de 1917, se produjeron numerosos desórdenes de origen obrero. La huelga general promovida por CNT y UGT, influida por las oleadas revolucionarias de corte socialista y comunista que asolaron Europa, produjo 100 muertos y 200 detenidos. Estos sucesos contribuyeron a aumentar el nivel de crispación social y a la quiebra de la estructura del régimen.
Crisis de 1921: El Desastre de Annual
Como consecuencia del desastre de los ejércitos españoles en Annual, se dio la crisis de 1921. La conmoción que produjeron en la opinión pública, así como la posterior investigación y la redacción del Informe Picasso, contribuyeron al colapso del régimen de la Restauración. Se iniciaba así la dictadura de Primo de Rivera.
Reforma del Ejército en la Segunda República
El gobierno republicano se encontró con un ejército mayoritariamente monárquico, enemigo de los republicanos de izquierdas. Azaña creó la Guardia de Asalto, con hombres adictos a la República.
Coyuntura Económica Poco Propicia
La II República nació en un mal momento de la economía mundial. La caída de la bolsa de Nueva York provocó una profunda depresión. La quiebra de Wall Street repercutió menos en España, pero planteó una serie de problemas: la reducción de las inversiones de capitales extranjeros, el descenso de las exportaciones y la interrupción de la emigración. Los problemas internos eran un alto paro en el campo andaluz y una enorme deuda pública. Los propios gobiernos de izquierdas propiciaron un aumento de los salarios de los obreros, bajada de los precios de los productos y reducción de los beneficios. Esto afectó negativamente tanto a la industria como a la banca.
Reforma Religiosa
Las relaciones con la Iglesia fueron uno de los problemas más graves. La Constitución establecía un estado no confesional y proclamaba la libertad de cultos. Se establecía el matrimonio civil, el divorcio y se suprimía el presupuesto del clero que pagaba el Estado a la Iglesia como reparación por la desamortización de Mendizábal.
Política Social y Reforma Agraria
La República no pudo evitar que aumentara el desempleo. El malestar de los trabajadores provocó huelgas dirigidas por la CNT. Entre las reformas laborales del gobierno reformista destacan: la jornada de 8 horas, la regulación del derecho a la huelga, la formación de jurados mixtos y la regulación de la contratación laboral. Los primeros decretos del gobierno reformista procuraron proteger a los campesinos y se decretaron mejoras para los jornaleros. En lugar de crear una sólida base de campesinos-propietarios adictos a la República, provocaron dos tendencias: las derechas mostraban su oposición y los campesinos la calificaban de insuficiente. En el campo se produjeron serios enfrentamientos entre los campesinos y las fuerzas de orden público. Campesinos enfurecidos dieron muerte a varios miembros de la Guardia Civil. Ante este hecho, la Benemérita reaccionó provocando la muerte de varios campesinos. La tensión y los desórdenes en el campo desgastaron el prestigio del gobierno de Manuel Azaña. El presidente de la República convocó nuevas elecciones para noviembre de 1933.
El Frente Popular (1936)
Para detener el avance de los partidos de derechas, las izquierdas decidieron formar una alianza. La campaña electoral fue muy dura. Las elecciones dejaron patente que el país se polarizaba hacia dos extremos: el fascismo de la ultraderecha y el socialismo-comunismo de la izquierda. Después del triunfo del Frente Popular, los socialistas no quisieron formar gobierno con Azaña. El parlamento decidió destituir a Alcalá Zamora, Manuel Azaña aceptó el cargo y se nombró primer ministro a Casares Quiroga. Por otra parte, se aceleraba la tensión social. Los campesinos ocupaban tierras sin esperar la reanudación de la ley de reforma agraria. Las huelgas aumentaron. Desde el mismo momento del triunfo del Frente Popular, un grupo de militares, dirigidos por Mola, preparaban un pronunciamiento.