La Restauración Borbónica en España: Alfonso XII y el Sistema Canovista (1874-1902)

El inicio de la Restauración

A finales de 1874, el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto contra la I República y a favor de Alfonso XII, permitió la vuelta a España del nuevo rey, que estaba estudiando en Inglaterra. Así se inaugura el período de la Restauración borbónica, que se caracteriza por: monarquía constitucional, liberalismo doctrinario, turno pacífico de los partidos políticos en el gobierno, caciquismo, fraude electoral, centralismo, conservadurismo social e ideológico, miseria de las masas populares…

Cánovas del Castillo, jefe de los alfonsinos, quería que la monarquía llegara como consecuencia de un estado de opinión, pero la Restauración llegó con un levantamiento militar clásico. Cánovas ofrece un programa de conciliación nacional a las fuerzas políticas y sociales que adopten la monarquía alfonsina, quedando excluidos carlistas y republicanos. Se constituye un gabinete de regencia presidido por Cánovas que preparó la llegada de Alfonso y lo presentó como futuro rey liberal y respetuoso con el sistema constitucional. Antes de venir a España, Alfonso presenta el Manifiesto de Sandhurst (Doc. 1) el 1 de diciembre de 1874, donde asegura que está al servicio de su pueblo y que gobernará de forma liberal y con el apoyo de las Cortes.

El Reinado de Alfonso XII (1874-1885)

El reinado de Alfonso XII se caracteriza por la pacificación, la estabilidad política, un notable desarrollo económico y una brillante actividad cultural.

Durante este reinado se elabora la Constitución de 1876 (Doc. 2), que es moderada y estará en vigor hasta el golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923.

Características de la Constitución de 1876

Los principales aspectos de esta constitución son:

  • Soberanía compartida entre la Corona y las Cortes.
  • División de poderes: las Cortes y el rey hacen las leyes, el poder ejecutivo es ejercido por la Corona, el rey elige al presidente de gobierno y el poder judicial es independiente y será ejercido por los jueces.
  • Los derechos más importantes podían ser suspendidos en circunstancias especiales.
  • El sufragio no queda fijado y será el partido gobernante el que decida si es censitario o universal.
  • Las Cortes son bicamerales.
  • La religión católica es la propia del Estado, pero se permiten otros cultos.
  • La forma de gobierno es la monarquía moderada hereditaria.

También en 1876 fue derrotado el carlismo en la 3ª guerra carlista y en 1878 finaliza la guerra de Cuba, donde se firma la Paz de Zanjón y se concede un régimen de autonomía a Cuba, pero el conflicto no se resolverá y renacerá en 1895.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

El fallecimiento de Alfonso XII en noviembre de 1885 no supuso una interrupción en el régimen de la Restauración y continuó con su segunda esposa, María Cristina, que será regente hasta 1902, año en el que alcanza la mayoría de edad Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII.

María Cristina, que esperaba un hijo, asume la regencia y designa un gobierno liberal. Cánovas y Sagasta firman el Pacto del Pardo, donde aseguran la continuidad de la Restauración.

El Turnismo Político y el Bipartidismo

En toda esta etapa de la Restauración, Cánovas, inspirándose en el modelo del bipartidismo británico, basaba la estabilidad política en la existencia de dos grandes partidos monárquicos, uno en el gobierno y otro en la oposición, que se alternarían de forma pacífica en el poder. (Doc. 3)

  • El partido conservador, formado por los antiguos moderados y parte de la Unión Liberal y presidido por Cánovas, se apoya en las clases altas y tiene gran apoyo en el sur de España.
  • El partido liberal, formado por los antiguos progresistas, demócratas, parte de la Unión Liberal y monárquicos radicales, y presidido por Sagasta. Se apoya en la burguesía industrial y comercial y en buena parte de la población urbana.

El sistema funcionaría así: cuando un gobierno tenía problemas, el rey nombraba como presidente del gobierno al jefe del partido que estaba en la oposición y concedía el decreto de disolución de Cortes. Así, el nuevo gobierno convocaba elecciones en las que ganaba siempre.

El Fraude Electoral y el Caciquismo

La necesidad que tenían los gobiernos de la Restauración de ganar las elecciones provocó su falseamiento permanente.

La oligarquía política, constituida por ministros, gobernadores, senadores, diputados… escogían los candidatos y dirigía la vida política de un país atrasado en lo económico, analfabeto en un elevado porcentaje y apático en su mayoría.

El gobernador civil colaboraba en la distribución de los candidatos de los partidos gobernantes en las diferentes circunscripciones. Los distritos unionistas, la mayoría, permitían ejercer un mayor control sobre los resultados y beneficiaban a los terratenientes, que podían influir en la voluntad de sus labriegos.

En la base del sistema estaba el cacique (Doc. 4), persona que gozaba de gran influencia sobre los vecinos de un pueblo, sobre todo rural, y que empleaba esta influencia al servicio del candidato del gobierno.

Los métodos que se utilizaban para conseguir el resultado electoral (Doc. 5) eran: desde la manipulación del censo hasta el voto de los muertos, las amenazas, la concesión de prebendas, la compra de votos, la falsificación masiva de votos o «pucherazo», que consistía en la substitución masiva de los votos emitidos en el “puchero” o urna electoral en beneficio del propio candidato.

Así, un elevado número de ciudadanos se abstenían de participar en las elecciones, mostrando un desinterés por las mismas.

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