Sectores que Apoyaron al Gobierno Dictatorial de 1966
Un amplio sector de la población era indiferente al levantamiento, ya sea por influencia del periodismo, o por ser peronistas y estar excluidos de la política.
Perón, desde España, no se pronunció a favor ni en contra de los acontecimientos y prefirió esperar para ver cómo se desenvolvían: ordenó “desensillar hasta que aclare”.
Lo mismo hicieron otros dirigentes, como los de la Democracia Cristiana, que expresaron: “El gobierno se merece un golpe, pero el país no”.
En cambio, los políticos antiperonistas que temían la victoria aplastante del peronismo en 1967 sostenían decididamente la insurrección.
Finalmente, a nivel internacional, Onganía contaba con el visto bueno de Estados Unidos, que sostenía la dictadura militar brasileña de Castelo Branco y que profundizaba su intervención en la guerra de Vietnam.
Conflictos entre las Universidades y el Gobierno Dictatorial de Onganía
En 1966, Onganía suprimió la autonomía de las universidades nacionales, que pasaban a depender del Ministerio del Interior. Profesores y alumnos protestaron por la medida, y tomaron varias facultades. En Ciencias Exactas de la UBA la policía forzó las puertas y entró con gases lacrimógenos; el decano, estudiantes y profesores fueron expulsados violentamente y apaleados por una doble fila de uniformados con cachiporras y culatas en la llamada “Noche de los Bastones Largos”. Además de golpear a los estudiantes, se atacó a destacadas autoridades académicas. En la represión muchos fueron heridos, cientos detenidos, e incluso en la Universidad de Córdoba hubo un estudiante muerto.
Ante este acontecimiento y la falta de libertad determinaron que cientos de profesores e investigadores que contaban con una excelente formación académica optaran por renunciar y exiliarse; se reubicaron en universidades e institutos de América y Europa.
Entre los que se quedaron, algunos continuaron luchando subterráneamente contra el régimen de Onganía.
Plan Económico del Gobierno de Onganía
El primer ministro de Economía de Onganía fue Jorge Salimei, bien visto por grupos católicos conservadores. Tenía un plan de “racionalización” de la economía, el cual implicaba cesantías masivas en los empleos públicos, los ferrocarriles, el puerto y otras empresas estatales.
En 1966 fue reemplazado por Adalbert Krieger Vasena. El proyecto económico de Krieger Vasena consistió en decisiones que favorecieran a las empresas más importantes, y colaboró con la concentración de capitales. La finalidad era controlar la inflación, aminorar los costos industriales y atraer capitales extranjeros.
Algunas de las medidas tomadas fueron:
- Devaluación del peso argentino en un 40 por ciento, con el fin de mantener los precios fijos un tiempo prolongado y darles estabilidad a los empresarios para programar inversiones (favoreció la desnacionalización de la economía).
- Congelamiento de salarios por 20 meses, para aumentar las ganancias de las empresas, se debía reducir el costo de la mano de obra.
- Acuerdo de precios y congelamiento de tarifas de servicios públicos y de combustibles.
- Rebaja de los aranceles aduaneros para la importación en un 50 por ciento.
- Retenciones (o impuestos) del 25 por ciento a la exportación de productos no industriales (agropecuarios).
Conflictos en la CGT durante el Gobierno de Facto
Los sindicalistas combativos ganaron el control de la CGT y se eligió como nuevo secretario general a Raimundo Ongaro, del sindicato gráfico.
Vandor y sus aliados desconocieron los resultados del congreso, y se instalaron en la sede de la calle Azopardo. A raíz de esta crisis entre el viejo y nuevo sindicalismo, la CGT quedó dividida en dos:
- CGT Azopardo: gozaba del reconocimiento del gobierno, por lo que pudo retener el local y los fondos.
- CGT de los Argentinos (funcionaba en la sede del sindicato gráfico), dirigida por Ongaro, combativa desde sus inicios pidió por la libertad de los compañeros detenidos. En el semanario donde se denunciaba la situación de pérdida de derechos, las persecuciones y torturas, e informaba sobre las protestas obreras y toda forma de resistencia al régimen militar, esta CGT expresó sus ideas y convocó a la lucha.
Los dirigentes sindicales Augusto Vandor y José Alonso, fueron asesinados después del Cordobazo.
Acontecimientos en Corrientes, Rosario y Córdoba durante el Gobierno de Onganía
Las universidades continuaron siendo golpeadas por la dictadura de Onganía. Cuando aumentaron los precios en los comedores universitarios (fundamentales para todos los estudiantes del interior) se alzó la protesta en Corrientes. Debido a la represión policial murió un estudiante. En repudio por estos sucesos, en todas las universidades del país se hicieron actos de protesta y hubo otra víctima en Rosario. El dolor y la indignación por las muertes multiplicaron las manifestaciones y se incrementó la violencia gubernamental: otro estudiante rosarino fue asesinado. El impacto en la opinión pública fue tan grande que las dos CGT se unieron declarando un paro general de 24 horas en contra de la represión y de la política económica, para el 23 de mayo de 1969.
La dictadura de Onganía había permitido a empresarios de determinadas provincias que les pagasen a los obreros salarios menores a los acordados en las convenciones colectivas de trabajo; esto se conoció como quitas zonales. El argumento para las quitas era la promoción industrial, el menor costo de vida en esa región que en Buenos Aires, y el sábado inglés que regía en varias provincias, por los cuales se pagaba por 48 horas aunque se trabajaran 44. Pero en mayo de 1969 se abolió por “ley” nacional el sábado inglés, o sea que las provincias que estaban disconformes con las quitas, pero que tenían una pequeña compensación con el sábado inglés, quedaban totalmente desfavorecidas.
El 29 de mayo se convocó una nueva huelga y manifestación en el centro de la ciudad de Córdoba. Estudiantes y obreros marcharon unidos, y la represión policial asesinó al estudiante Máximo Mena. La noticia se difundió y comenzó la lucha. Se unieron encabezando la protesta los trabajadores del transporte y los de la compañía de electricidad de Córdoba y más de 4000 obreros.
Por la noche, los trabajadores del sindicato Luz y Fuerza produjeron “un apagón” para entorpecer el desplazamiento de las tropas. Recién el día 31 el ejército pudo dominar la situación, con un saldo de 34 muertos, y aproximadamente 500 heridos y 300 detenidos.
Esa insurrección popular, conocida como el Cordobazo, tuvo la peculiaridad de que, pese a que la mayoría de los obreros eran peronistas, no se hizo en nombre de Perón.
Si bien el Correntinazo y el Rosariazo fueron muy importantes porque marcaron el comienzo de la reacción popular masiva contra el gobierno del general Onganía, el Cordobazo marcó el comienzo del fin de la dictadura de Onganía. Con la resistencia estudiantil, obrera y barrial unidas, se hizo frente al gobierno militar, repudiando su política represiva, económica y laboral.
- Desarrollar el concepto de guerrilla explicando las principales características que tuvieron estas en Argentina
El concepto guerrilla puede referirse tanto a los grupos revolucionarios armados que intentan lograr el apoyo popular para tomar el gobierno en países coloniales, semicoloniales o dependientes, como a la forma de lucha en la que estos grupos aprovechan el factor sorpresa y el conocimiento del terreno, para compensar la desigualdad numérica con un enemigo más poderoso.
Los objetivos logísticos para la revolución eran apoderarse de armas, la toma de comisarías, realizar operaciones económicas, como secuestros de importantes empresarios y asaltos de bancos para obtener fondos. Y en cuanto a las operaciones políticas, como los asesinatos de figuras políticas o militares.
Políticas Económicas Nacionalistas durante el Gobierno de Levingston
Levingston estaba más orientado al nacionalismo. Para continuar con las ideas de la “Revolución Argentina”, no autorizó a los partidos políticos ni anunció futuras elecciones. Quería fortalecer a la industria nacional. Por esto nombró ministro de Economía a Aldo Ferrer, un técnico desarrollista. Éste, sin hacer grandes reformas, introdujo la política del “Compre Argentino” mediante la cual los organismos estatales cuando adquirían bienes de uso, debían comprarlos a fábricas argentinas, siempre que se produjesen en el país. De esta forma se protegían las empresas nacionales, marcando un contraste con el excesivo liberalismo anterior. Además, se tomaron otras medidas nacionalistas, como la restricción del crédito local para las empresas extranjeras.
Pese a esta política económica, Levingston no contaba con el apoyo político de los que querían elecciones libres, ni tampoco con los medios financieros y las grandes empresas.
La «Hora del Pueblo»
La Hora del Pueblo fue un acuerdo entre los distintos representantes de los partidos políticos proscriptos, durante el gobierno de Levingston (noviembre de 1970). Constituyó la primera expresión oficial de reconciliación entre el peronismo y el radicalismo, después de 25 años de duros enfrentamientos y con el fin de presionar por la salida electoral. Por supuesto, fue repudiada por los sectores más conservadores y por los militares, ya que significó el compromiso entre los partidos de eliminar toda maniobra proscriptiva, aceptar la victoria de las mayorías y respetar a las minorías. También se pusieron de acuerdo en que, ganara quien ganara, se llevaría adelante una política económica con orientación nacional.
Negociaciones entre Lanusse y Perón
Lanusse quería llegar a un acuerdo con Perón para ser, él en persona, el candidato por el ejército y por el peronismo. Perón se rehusó a negociar, ya que el régimen en crisis sentía la presión del acuerdo entre radicales y peronistas en la Hora del Pueblo.
Pese a que la represión seguía y caían presos los dirigentes del sindicalismo combativo, la guerrilla continuaba con acciones, como tomas de pueblos y comisarías.
Lanusse consideró que para calmar a la guerrilla debía negociar con Perón y envió a su secretario, Cornicelli, a Madrid. Pretendía que Perón prohibiese la lucha armada en el peronismo, o que solicitase, si esto era imposible, que los guerrilleros no invoquen su nombre, a cambio de ofrecimientos como la devolución del cuerpo de Evita, la restitución de su grado militar o, incluso, propuestas monetarias.
Perón le respondió que él nada podía hacer a 15.000 kilómetros de distancia y no condenó a la guerrilla peronista.
Con estas propuestas quedó en evidencia que Lanusse sabía dónde se ocultaban los restos mortales de su esposa y le envió a la residencia de Perón en Madrid el cuerpo embalsamado de Evita para congraciarse con Perón.
Lo único que obtuvo Lanusse fue que el peronismo aceptara las elecciones del 11 de marzo de 1973, pese a la proscripción del presidente de facto, quien había pergeñado una ley electoral con una cláusula de residencia que impedía ser candidato a quien no estuviera en el país antes del 25 agosto de 1972.
El Regreso de Perón al Poder en 1973
Lanusse intentó desprestigiar a Perón y desalentar su retorno a la Argentina. Pero Perón lo desafió. Dispuso su regreso para el 17 de noviembre de 1972 con el objeto de organizar la campaña electoral y discutir las bases de la futura política con los sectores que habían firmado la Hora del Pueblo.
Perón comenzó a recibir numerosos grupos que se acercaron para discutir distintos aspectos políticos. Se firmó un acuerdo entre la CGT, la CGE y los principales partidos políticos nacionales y movimientos provinciales. Se fijaron las pautas para el desarrollo nacional autónomo.
Después de reuniones con distintos sectores, Perón volvió a España para preparar su regreso definitivo a la Argentina.
Para el mandato presidencial de 1973 debía regir la constitución nacional de 1853 con sus reformas posteriores, que estipulaban un período presidencial de 6 años, elección indirecta de fórmula presidencial y los requisitos establecidos para la elección de candidatos, en los que no figuraban los decretados por Lanusse. La “ley” estaba diseñada especialmente para excluir a Perón de la candidatura presidencial y para tratar de evitar que ganara el peronismo o que, si ganaba, fuera corto su mandato y tuviera asegurada la oposición en el congreso.
Para las elecciones, el peronismo se alió en el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) con otros partidos: el Conservador Popular, el MID y Demócrata Cristianos y Socialistas.
En las elecciones del 11 de marzo de 1973 el FREJULI ganó por el 49,56 por ciento de los votos.
Pero lo nombró candidato a presidente en la alianza que lo representaba a Cámpora: el FREJULI. Conciliador y de buen trato, en el momento en que subió a la presidencia Cámpora no sólo contaba con el apoyo de los peronistas “de la primera hora”, sino también con el de la izquierda peronista, de los sectores juveniles y de la guerrilla peronista.
Cámpora asumió la presidencia el 25 de mayo de 1973, y su gobierno duró apenas 49 días, porque renunció para dar lugar a la elección de Perón.