Isabel II: Reinado, Guerras Carlistas y Evolución Política en España (1833-1868)

El Reinado de Isabel II (1833-1868): Primera Guerra Carlista y Evolución Política

La muerte de Fernando VII en 1833 marcó un período de transformación en España. El reinado de Isabel II supuso el inicio del liberalismo en el país, dando lugar a las guerras carlistas.

Orígenes del Conflicto Carlista

El enfrentamiento entre liberales y carlistas se remonta al reinado de Fernando VII y comenzó por una disputa dinástica: los absolutistas radicales apoyaban a Don Carlos (hermano de Fernando). El conflicto surgió por la confusión en España en cuanto a la sucesión: las leyes de Partidas permitían reinar a las mujeres y fueron derogadas por la ley Sálica, pero Carlos IV en 1789 las puso en vigor de nuevo mediante una Pragmática Sanción, votada pero no publicada hasta más tarde por Fernando VII, desterrando a Don Carlos a Portugal. Al morir Fernando VII, le sucedió Isabel II, siendo regente su madre, María Cristina. Carlos María Isidro publicó el Manifiesto de Abrantes reclamando el trono con el nombre de Carlos V, iniciándose así una guerra civil. El carlismo pretendía una vuelta al Antiguo Régimen y reivindicaba la recuperación de los Fueros, por eso triunfó en zonas donde existía una preocupación por la cuestión foral.

Primera Guerra Carlista (1833-1839)

Características Generales

  • Se desarrolló en el norte de España y tuvo un carácter rural.
  • Ambos bandos contaron con apoyo exterior: los carlistas de Austria, Rusia y Prusia, y los isabelinos de Inglaterra, Francia y Portugal, formando la Cuádruple Alianza.

Fases de la Guerra

  1. Primera Fase (1833-35): Las tropas liberales tardaron en llegar al norte, lo que dio ventaja a Zumalacárregui. Don Carlos encargó a este la expedición del ‘sitio de Bilbao’.

  2. Segunda Fase: Tras dos años de equilibrio, en 1837, Don Carlos comenzó la ‘Expedición Real’ con objetivo en Madrid. Sin embargo, a su llegada, el pueblo no se sumó y tuvieron que retirarse.

  3. Tercera Fase: El General Baldomero Espartero (bando liberal) recibió los recursos necesarios y organizó la ‘Campaña del Norte’. El bando carlista se dividió entre transaccionistas (negociar la paz) y exaltados (seguir con la guerra hasta el final). El General Maroto inició negociaciones de paz con Espartero y el 29 de agosto de 1839 firmaron el Convenio de Vergara, que respetaba los fueros. Los absolutistas y Don Carlos no aceptaron y se originaron focos de resistencia carlista (Navarra, zona del Maestrazgo).

Consecuencias

Las consecuencias del conflicto fueron las pérdidas humanas y materiales, y el carlismo conservó fuerzas en las provincias vascas y Navarra, volviendo a resurgir en algunos momentos de crisis (Segunda y Tercera Guerras Carlistas).

Regencia de María Cristina (1833-1840) y la Transición al Liberalismo

Al morir Fernando VII, su viuda, María Cristina, ejerció la regencia, afrontando la guerra civil. Esta condicionó la inclinación de la monarquía hacia el liberalismo, pero como España contaba con una burguesía escasa y débil, la monarquía se apoyó en los ‘espadones’ (generales liberales), acomodándose en partidos políticos y recurriendo a los ‘’pronunciamientos’’. Con el nuevo sistema político, surgieron los primeros partidos:

  • Moderado: Con Cea Bermúdez y el general Narváez a la cabeza, se apoyaban en los grandes terratenientes y defendían la soberanía compartida y la limitación de los derechos individuales.

  • Progresista: Encabezado por el General Espartero (base en la pequeña y mediana burguesía), defendían la soberanía nacional.

Reformas y Constituciones Durante la Regencia

Durante la minoría de edad de Isabel II, se produjeron dos regencias: la de María Cristina, condicionada por la Guerra Carlista, nombró a Cea Bermúdez jefe de gobierno (liberal moderado), quien emprendió reformas como la división provincial de Javier de Burgos en 1833. Para asegurar el apoyo progresista, María Cristina nombró jefe de gobierno a Martínez de la Rosa, quien en 1834 creó el Estatuto Real (carta otorgada), que se centró en la reforma de las cortes:

  • Cortes bicamerales: próceres y procuradores.
  • Función consultiva.
  • El rey convoca y disuelve Cortes.
  • Ley electoral y no reconoce derechos ciudadanos.

El descontento por el Estatuto Real provocó en 1835 revueltas militares urbanas, que incitaron a la regente a un nuevo cambio de gobierno: Gobierno de J.A. Mendizábal (liberal progresista), quien impulsó más reformas con la Ley de Desamortización Eclesiástica de 1835. La Iglesia y el ejército atacaron a este y la regente nombró jefe de gobierno a Francisco Javier de Istúriz (moderado-conservador), lo que provocó el Motín de la Granja de San Ildefonso (pronunciamiento militar en 1836).

El nuevo jefe de gobierno, J.M. Calatrava (progresista), con Mendizábal como ministro de hacienda, instauraron la Constitución de 1812 y recurrieron a la Desamortización Eclesiástica de Mendizábal para promover el mercado de la tierra. Finalmente, crearon la Constitución de 1837 (de carácter progresista):

  • Soberanía nacional (como la de 1812).
  • Poder legislativo en el Senado y Congreso (sufragio censitario) como en el Estatuto Real 1834.
  • Ley electoral (sufragio masculino censitario).

En 1840, terminada la 1ª Guerra Carlista, bajo el gobierno de Pérez Castro (moderado), se aprobó una nueva Ley de ayuntamientos, suspendida por María Cristina por movimientos insurreccionales al volver al moderantismo.

Regencia de Espartero (1840-1843)

María Cristina entregó la regencia a Espartero (1840-43), quien emprendió una política progresista: nueva desamortización y recorte de fueros vasco-navarros, y una economía librecambista. Esto provocó la insurrección de Barcelona de 1842, y Espartero bombardeó la ciudad. Debido a su autoritarismo, en 1834 un pronunciamiento militar moderado, dirigido por el Gral. Narváez, derrotó a Espartero. Las Cortes, para evitar otra regencia, adelantaron la mayoría de edad, e Isabel II comenzó su reinado efectivo con 13 años.

Reinado Efectivo de Isabel II (1843-1868)

Durante su reinado efectivo, Isabel II mostró una parcialidad hacia los moderados y fue muy popular. Siguió la alternancia en el gobierno de los partidos dinásticos y surgieron otros nuevos: la Unión Liberal, el Partido Demócrata y el Republicano. El primer gobierno le correspondió al Partido Moderado con el General Narváez al frente (Década moderada 1844-64). Narváez derogó la Constitución de 1837 y creó la Constitución de 1845:

  • Soberanía compartida.
  • Más poderes a la corona.
  • Sistema bicameral (Congreso y Senado).
  • Confesionalidad católica.
  • Derechos individuales.

Además, Narváez emprendió una labor legislativa para establecer un sistema político de carácter conservador y restablecer el orden público: Ley electoral, Ley de imprenta, el Duque de Ahumada creó en 1844 la Guardia Civil, y con el Concordato de 1851 hubo una reconciliación con la Iglesia. En estos primeros años se llevaron a cabo medidas para fomentar el centralismo político-administrativo: se creó el cargo de Gobernador Provincial, una reforma tributaria del ministro Alejandro Mon y un nuevo Código Civil y Penal. Estas medidas provocaron la 2ª Guerra Carlista (guerrillas en Cataluña con victoria Isabelina).

Nuevos Partidos Políticos

En 1849 surgieron nuevos partidos:

  • Partido Demócrata: Reclamaba el sufragio universal.
  • Partido Republicano: Con una ideología federalista y socialista.

Crisis del Moderantismo y el Bienio Progresista (1854-1856)

En los últimos años de la década moderada, con Bravo Murillo de Presidente, los escándalos de corrupción, la división interna del P. Moderado… provocaron un Golpe militar de Leopoldo O’Donnell (1854), conocido como ‘La Vicalvarada’, acompañado del Manifiesto de Manzanares (firmado por Gral. O’Donnell y Gral. Serrano y redactado por Cánovas del Castillo). La reina nombró jefe de gobierno al Gral. Baldomero Espartero y a O’Donnell, iniciándose el Bienio Progresista (1854-56): vuelta a medidas radicales y se acometieron reformas legales:

  • Ley de Desamortización General de Pascal Madoz de 1855.
  • Ley de ferrocarriles.
  • Se creó el Banco de España.
  • La Constitución ‘’non nata’’ de 1856.

Vuelta al Moderantismo (1856-1868)

En 1856 había una conflictividad social (manifestaciones del movimiento obrero), una hostilidad social (la decepción del P. Demócrata) y la división dentro de la coalición de gobierno: O’Donnell fundó la Unión Liberal. Ante esto, Isabel II nombró jefe de gobierno al Gral. O’Donnell, y es la etapa conocida como vuelta al moderantismo (1856-68), pues regresó la alternancia de partidos:

  • Comenzó con un breve gobierno de O’Donnell.
  • De 1856-58 gobierno de Narváez.
  • De 1858-63 ‘’Gobierno Largo’’ De la Unión Liberal de O’Donnell: estabilidad social y crecimiento, expediciones, que por el norte de África llevaron a una guerra contra Marruecos.

Entre 1863 y 1868 se sucedieron gobiernos moderados y unionistas (Narváez, O’Donnell, González Bravo…), pero ninguno solucionó los problemas del descrédito de la corona, la crisis económica y la crisis social.

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