Reinado de Isabel II (1843-1868)
El reinado efectivo de Isabel II comenzó en 1843, tras la decisión de adelantar su mayoría de edad para evitar la inestabilidad de una nueva regencia. Este período se dividió en tres fases: la década moderada (1844-1854), el bienio progresista (1854-1856) y la vuelta al moderantismo (1856-1868), con gobiernos de la Unión Liberal y una crisis del sistema.
Década Moderada (1844-1854)
Durante la década moderada, el general Narváez dominó la escena política. Se aprobó la Constitución de 1845, que, más conservadora que la de 1837, limitaba la soberanía nacional y otorgaba gran poder a la Corona. Entre las medidas destacadas se incluyeron la creación de la Guardia Civil en 1844, la reforma de la Hacienda, y el concordato con el Vaticano en 1851, que consolidaba la influencia de la Iglesia. Además, el matrimonio de Isabel II con Francisco de Asís provocó la segunda guerra carlista (1849-1860).
Bienio Progresista (1854-1856)
La insatisfacción de progresistas y demócratas ante el autoritarismo llevó al pronunciamiento de Vicálvaro en 1854, que dio inicio al bienio progresista con el general Espartero como jefe de gobierno. Durante este período, se aprobó una nueva Ley electoral y la desamortización de Madoz. Sin embargo, la crisis económica y las tensiones internas hicieron que en 1856 Isabel II cambiara de gobierno, nombrando a O’Donnell, lo que marcó el fin del bienio progresista.
Vuelta al Moderantismo (1856-1868)
En la siguiente etapa, O’Donnell consolidó el poder con la Unión Liberal, un partido que nacía de la escisión entre moderados y progresistas. En cuanto a la política exterior, intentó recuperar el prestigio internacional de España mediante expediciones militares, aunque con resultados pobres.
Formación del Partido Demócrata
Durante las revueltas de 1848 en Europa, se formó el Partido Demócrata, integrado por republicanos, progresistas radicales y socialistas, que se oponían a la monarquía isabelina y defendían la soberanía nacional y el sufragio universal. Su programa incluía reformas sociales como la educación gratuita y universal y la intervención del Estado en asistencia social.
Crisis del Reinado y Pacto de Ostende
A partir de 1863, la situación política se deterioró: la crisis económica y social, junto con el descrédito de la Corona, alimentaron el malestar popular. Los progresistas, republicanos y demócratas, excluidos del poder, se unieron en el Pacto de Ostende (1866) para derrocar a Isabel II. La situación culminó en la Revolución Gloriosa de 1868, que puso fin al reinado de Isabel y dio inicio al Sexenio Democrático (1868-1874).
Sexenio Democrático (1868-1874)
El Sexenio Revolucionario (1868-1874) comenzó con la Revolución Gloriosa en 1868, cuando un golpe de Estado apoyado por progresistas, demócratas y la Unión Liberal, liderada por el general Serrano, derrocó a Isabel II. La corrupción, el descrédito de la monarquía y la crisis económica llevaron a la Reina al exilio en Francia.
Gobierno Provisional y Constitución de 1869
Iniciado el periodo, se formó un gobierno provisional presidido por Serrano y con figuras destacadas como Prim. Este gobierno convocó unas Cortes Constituyentes que redactaron la Constitución de 1869, considerada la primera democrática de España. Reconocía la soberanía nacional, implantaba el sufragio universal masculino, y establecía una monarquía democrática con un poder limitado del rey. Además, garantizaba derechos como la libertad de cultos y la libertad de reunión. Se designó a Serrano como regente y a Prim como presidente del gobierno, cuya principal tarea era buscar un monarca demócrata. El elegido fue Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia.
Reinado de Amadeo I (1871-1873)
Amadeo I (1871-1873) asumió el trono, pero su reinado estuvo marcado por la inestabilidad política. La coalición que le apoyaba se desmoronó rápidamente, y varios grupos, incluidos carlistas, republicanos y progresistas, se opusieron a su reinado. Además, la crisis económica y las huelgas laborales aumentaron, mientras que las tensiones internacionales, como la Guerra de los Diez Años en Cuba y la tercera guerra carlista, complicaron aún más su gobierno. Finalmente, Amadeo I abdicó en 1873, lo que llevó a la proclamación de la Primera República Española.
Primera República Española (1873-1874)
La Primera República (1873-1874) fue corta y fracasó debido a la falta de apoyo popular y las dificultades internas. Tuvo cuatro presidentes: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Emilio Castelar, con cambios radicales en su enfoque político. A pesar de los intentos de reforma, como la supresión del impuesto de consumos, la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y la creación de un ejército voluntario, la república enfrentó serios problemas. Estos incluyeron huelgas obreras, rebeliones carlistas, la guerra de Cuba y el cantonalismo, un movimiento separatista que exigía la autonomía regional.
Fin del Sexenio y Restauración Borbónica
El régimen republicano se desmoronó ante el golpe de Estado de Pavía en enero de 1874, que instauró una dictadura militar bajo Serrano. Finalmente, en diciembre de 1874, un golpe dirigido por Martínez Campos restableció la monarquía borbónica con la proclamación de Alfonso XII, dando fin al Sexenio Democrático y comenzando la Restauración Borbónica.