LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
La Expansión de la Agricultura
A mediados del siglo XVIII, la agricultura británica experimentó una revolución agraria que provocó un importante aumento de su productividad. Las razones fueron la sustitución del barbecho por la rotación de cultivos, las enclosures (cercamientos) y el aumento de rendimientos (empleo de abonos, selección de semillas y de ganado). Cuando Inglaterra, y más tarde otros países, comenzaron el despegue demográfico, los niveles de producción fueron suficientes para alimentar a una población creciente, estimulando a los sectores industriales. El incremento de beneficios agrícolas permitió invertir estos capitales de origen agrícola en el sector industrial.
El Crecimiento Demográfico
El crecimiento de la población se debió a las mejoras en higiene y medicina, que provocaron un descenso de la mortalidad, mientras que la natalidad seguía siendo elevada. El crecimiento en Gran Bretaña fue espectacular y favoreció un aumento del consumo y de la mano de obra, satisfaciendo las necesidades de una economía en expansión.
La Existencia de Mercados
Dos elementos fueron clave: la facilidad en los transportes (en el interior, Inglaterra tenía una extensa red de caminos sin aduanas interiores, canales y el ferrocarril. En el exterior, una amplia hegemonía naval-comercio ultramarino internacional); y las necesidades de consumo (Gran Bretaña encontraba en América y Europa Occidental un amplio mercado en el que vender sus productos, a lo que se unía el comercio de esclavos africanos, incrementando la demanda).
Disponibilidad de Capitales
La industrialización requería grandes inversiones de capital, suministradas por un sistema financiero consolidado (el Banco de Inglaterra y la Bolsa de Londres), y la libra esterlina era el medio de pago internacional.
Los Cambios en las Teorías Económicas
El Librecambismo
El pensamiento económico había evolucionado desde el proteccionismo mercantilista hasta el agrarismo fisiócrata. A finales del siglo XVIII, sufrió un cambio basado en el librecambismo, propuesto por Adam Smith en su ensayo sobre la naturaleza y las causas de las riquezas de las naciones. Sus principios fueron: libre comercio y no intervención del estado; defensa de la propiedad privada; autorregulación del mercado (precio justo); laissez faire, laissez passer (el juego de la oferta y la demanda); y la acumulación de capital (beneficio limitado). Otros autores importantes fueron David Ricardo (teoría del valor y ley de bronce de los salarios) y Thomas Malthus (crecimiento de la población a un ritmo geométrico, y los alimentos de forma aritmética).
Características de la Producción Industrial
- Mecanización del trabajo (las máquinas sustituyen la mano de obra).
- La producción en serie mediante la división del trabajo (fabricar más y más barato).
- La aparición de las fábricas que concentraban gran número de trabajadores sometidos a la disciplina laboral y a un ritmo productivo.
- Innovaciones técnicas y nuevas fuentes de energía.
Innovaciones Tecnológicas
Incrementaron la producción. Las mejoras en el sistema productivo se aplicaron a la industria textil algodonera. Máquinas de tejer (lanzadera volante de Kay), máquinas de hilar (spinning Jenny de Hargreaves y la waterframe) y la difusión de la máquina de vapor de James Watt.
El Carbón: La Energía de la Revolución Industrial
Se pasó del carbón vegetal al carbón mineral, lo que provocó una expansión de la minería. Era el pan de la industria, la energía para los nuevos métodos de producción. Durante todo el siglo XX, Gran Bretaña fue el primer productor mundial de carbón.
Los Comienzos de la Industria Moderna
El Sector Textil
La industria textil algodonera fue el primer sector que adoptó los nuevos métodos de producción (sustitución de la lana por el algodón). La creciente demanda de productos textiles, el comercio ultramarino y la falta de competidores, la convirtieron en la principal abastecedora de los mercados americanos e indio. Las exportaciones británicas de algodón aumentaron.
La Siderometalúrgica: La Clave de la Revolución Industrial
La demanda de hierro llevó al nacimiento de la industria siderúrgica. El hierro se convirtió en uno de los pilares sobre los que la Revolución Industrial siguió su expansión. Cort descubrió el método de la pudelación, que permitió utilizar este material no solo en el ferrocarril, sino también para construir barcos y puentes.
El Ferrocarril
Comenzó a difundirse a partir de que Stephenson inventase la locomotora de vapor. Con el funcionamiento de la línea Manchester-Liverpool, el ferrocarril inició su expansión por Europa y EEUU. Provocó un gran impacto en el proceso de industrialización: ofreció empleo; permitió distribuir rápidamente productos a gran distancia con costes bajos; atrajo grandes inversiones y permitió reivindicar los excedentes de capital; y, al incrementar de forma notable la demanda, fue un estímulo para las industrias de minería, metalúrgica y siderúrgica.
La Navegación a Vapor
Empezó a comienzos del siglo XIX gracias a Fulton, que puso en marcha una primera línea de navegación fluvial entre Nueva York y Albany. Eran barcos que, manteniendo el velamen, incorporaban una rueda de palas, pero la introducción de la hélice terminó por sustituir la navegación a vela. Se mejoraron los puertos y se construyó el canal de Suez. Los barcos a vapor incrementaron su capacidad de transporte de mercancías, pasajeros y velocidad de navegación.
La Emigración Europea a Ultramar
La mejora en la navegación ultramarina fue un estímulo para el desplazamiento de individuos de unas zonas a otras (emigración de europeos a otros territorios). Los bajos salarios, la falta de empleo o precariedad provocaron la emigración hacia el exterior de Europa. Buscaban en las colonias ultramarinas y en otros continentes una mejor situación. La mayor parte fueron a EEUU, a las colonias británicas de África, la India y Oceanía. Al norte de África llegaron inmigrantes franceses.
El Régimen Demográfico Antiguo
Se caracterizaba por: elevada tasa de mortalidad (enfermedades, la subalimentación y el atraso de la medicina); elevada tasa de natalidad (población joven); y crecimiento demográfico reducido, ya que la natalidad era contrarrestada por la mortalidad (guerras, epidemias o malas cosechas).
La Revolución Demográfica
La Revolución Industrial tuvo un crecimiento demográfico llamado revolución demográfica. Se pasa del régimen demográfico antiguo al régimen demográfico moderno. Las transformaciones fueron: reducción de la mortalidad (mejora en la sanidad); elevada natalidad; envejecimiento demográfico (aumento de la esperanza de vida). El crecimiento tan importante de la población estuvo acompañado de una movilidad de la población (revolución de las comunicaciones) provocando el éxodo rural hacia las ciudades, abandonando el campo. Europa comenzó a urbanizarse, y en su periferia surgieron barrios obreros.
Las Duras Condiciones de Vida
Alrededor de las fábricas se edificaron barrios insalubres; graves problemas laborales (horarios excesivos, mano de obra infantil y escasos salarios); e insuficiente alimentación (aparición de enfermedades). El trabajador no tenía derecho a vacaciones, a huelga o a un seguro de enfermedad. No existió una legislación que protegiese los derechos de los trabajadores, y cuando empezaba a haberla, la incumplían. Comenzó el movimiento obrero, donde los trabajadores reclamaban sus derechos, y se constituyó el proletariado.
Los Comienzos del Movimiento Obrero
Las primeras manifestaciones obreras estuvieron protagonizadas por el movimiento ludita (destrozaron máquinas textiles); el asociacionismo obrero, dando lugar a las primeras organizaciones de trabajadores, y en Gran Bretaña se crearon los sindicatos (trade unions) que reclamaban sus derechos; el primer movimiento obrero verdaderamente organizado fue el cartismo (Carta del Pueblo), que pedía el derecho al voto.