De la Dictadura a la Democracia: Adolfo Suárez, la Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías

La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

Ante esta situación, el Rey Juan Carlos I fuerza la dimisión de Arias Navarro y nombra a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno en 1976. Suárez desempeña un papel fundamental en la transición hacia la democracia, ya que impulsa la Ley de Reforma Política, la cual permite la legalización de partidos políticos, la convocatoria de elecciones libres y la elaboración de una nueva constitución que refleja la voluntad popular.

Primeras Elecciones Democráticas y Amenazas a la Estabilidad

En 1977, se celebran las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República, que se saldan con el triunfo de la UCD, liderada por Adolfo Suárez. Tras las elecciones, Suárez nombra al teniente general Gutiérrez Mellado como vicepresidente del gobierno para controlar el peligro golpista en el Ejército. No obstante, la amenaza golpista no es la única preocupación durante el proceso de reformas. Los ataques terroristas de grupos como ETA y GRAPO también representan una seria amenaza a la estabilidad política del país.

La Crisis Económica y los Pactos de la Moncloa

Por otra parte, en este contexto histórico, la economía española se ve fuertemente afectada por la crisis del petróleo de 1973, la cual provoca un aumento del desempleo y la inflación y, como resultado, impulsa el crecimiento de la conflictividad social.

Para estabilizar la situación, en 1977 se firman los Pactos de la Moncloa, un conjunto de medidas acordadas entre los diferentes partidos políticos y agentes sociales para hacer frente a las dificultades económicas y procurar la estabilización del proceso de transición al sistema democrático. Entre los asuntos acordados destacan la suspensión de la censura y la aprobación de los derechos de reunión, de asociación política y la libertad de expresión.

La Constitución de 1978: Pilares de la Democracia Española

Paralelamente, tras las elecciones de 1977, las Cortes constituyentes comienzan a trabajar en la elaboración de una Constitución. Para ello, se crea una Comisión Constitucional que elige a 7 diputados, conocidos como “Padres de la Constitución”, que serán los encargados de redactar un proyecto constitucional. Finalmente, el proyecto se aprueba en el Congreso de los Diputados y, tras ser sometido a referéndum, la nueva Constitución se ratifica en 1978.

Principios Fundamentales de la Constitución

La Constitución de 1978 convierte a España en un Estado social y democrático de derecho, con la soberanía nacional en manos del pueblo y una forma política de Monarquía parlamentaria. Además, reconoce el derecho a la autonomía de las regiones, a la vez que mantiene la unidad de la nación, lo cual permite que se formen Comunidades Autónomas con sus propios Estatutos de Autonomía.

Asimismo, esta Constitución establece una serie de derechos y libertades como el derecho a la vida, la libertad ideológica, religiosa y de culto, la libertad de expresión y el derecho a la educación, y recoge el principio de solidaridad y el equilibrio económico entre las regiones.

División de Poderes y Tribunal Constitucional

Por otra parte, establece una división de poderes que otorga el poder legislativo a unas Cortes constituidas bicameralmente por el Congreso de los Diputados y el Senado y elegidas mediante sufragio universal; concede el poder ejecutivo al Gobierno, que dirige la política interior y exterior del Estado, y asigna el poder judicial a los jueces y magistrados. Por último, se crea un Tribunal Constitucional, encargado de evitar cualquier violación de la Constitución y de proteger los derechos y libertades fundamentales.

El Desarrollo Autonómico: El Caso del País Vasco

Aprobada la Constitución, se forman 17 Comunidades Autónomas y 2 Ciudades Autónomas, cada una de ellas con su propio Gobierno y Asamblea Legislativa.

Sin embargo, antes de la aprobación de la Constitución, el gobierno de Suárez decide iniciar el proceso preautonómico ante el deseo de autogobierno del País Vasco y Cataluña.

El Proceso Preautonómico en el País Vasco

En el País Vasco, en 1977, la Asamblea de Parlamentarios Vascos aprueba la elaboración de un proyecto de Estatuto de Autonomía que no incluiría a Navarra, por la oposición de la mayoría de los partidos políticos navarros. Posteriormente, se crea el Consejo General Vasco, como régimen preautonómico para la región. Finalmente, en 1978, se redactó un anteproyecto de Estatuto de Autonomía que, tras su aprobación por la Asamblea de Parlamentarios Vascos, es enviado al gobierno central.

El Estatuto de Gernika y los Derechos Históricos

De acuerdo con las disposiciones transitorias de la Constitución de 1978, el País Vasco, como comunidad histórica, puede acceder a la autonomía plena y cuenta con una serie de derechos históricos que serán añadidos a su régimen autonómico, como el derecho a un Concierto Económico, el cual será aprobado en 1981, o el derecho a la formación de una policía local.

El Estatuto de Gernika, aprobado en referéndum en 1979, establece un sistema de gobierno parlamentario, en el que el lehendakari debe recibir la confianza del Parlamento Vasco, el cual es elegido por sufragio universal. Las primeras elecciones se celebraron en 1980.

El Golpe de Estado del 23-F

Estos factores impulsan la dimisión de Suárez en 1981. Calvo Sotelo, dirigente de UCD, es elegido como candidato a la presidencia, pero no logra obtener mayoría suficiente en la primera votación. Por lo tanto, se fija para el 23 de febrero la segunda votación para su investidura. Sin embargo, ese día, durante las elecciones, se produce un golpe de Estado liderado por el teniente coronel Tejero, que tiene como elemento el asalto a las Cortes y el secuestro del gobierno y el cuerpo legislativo. Afortunadamente, el golpe fracasa y se evita una mayor crisis política.

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