Causas de la Segunda Guerra Mundial
La Política Expansionista de la Alemania Nazi
Tras el ascenso de Hitler al poder, Alemania abandonó la Sociedad de Naciones (SDN) en 1933, mostrando su rechazo al orden internacional establecido. Japón ya había seguido un camino similar tras su ataque a China en 1931, e Italia lo haría en 1935 tras la invasión de Abisinia (actual Etiopía). Esta actitud desafiante hacia la SDN y la promoción de la fuerza como herramienta de política exterior marcaron el preludio del conflicto.
La Alemania nazi, impulsada por la creación del Gran Reich y la conquista de su «espacio vital», impuso su voluntad en Europa mediante hechos consumados. En 1935, Alemania se anexionó el Sarre tras un plebiscito y comenzó su rearme, estableciendo el servicio militar obligatorio y creando una fuerza aérea. En marzo de 1936, remilitarizó Renania, violando el Tratado de Versalles sin que las democracias occidentales reaccionaran de forma contundente.
La Debilidad de las Democracias
La Guerra Civil Española (1936-1939) facilitó la alianza entre Hitler y Mussolini, quienes apoyaron a los sublevados contra la Segunda República Española. En octubre de 1936, se formalizó el Eje Roma-Berlín, y un mes después, Japón firmó con Alemania el Pacto Antikomintern contra la URSS. Italia, Hungría y España (tras el triunfo franquista) se unieron posteriormente a este bloque.
La política de no intervención de las democracias occidentales durante la Guerra Civil Española evidenció su temor ante el expansionismo nazi. La división política interna en Gran Bretaña y Francia, así como la política de apaciguamiento liderada por el primer ministro británico Neville Chamberlain, permitieron a Hitler avanzar en su programa expansionista. Chamberlain creía que, una vez satisfechas las aspiraciones de unificación germánica de Hitler, su política expansionista cesaría. Además, se veía a Hitler como un posible aliado contra la URSS y el comunismo. Esta política, sin embargo, fue interpretada por Hitler como una señal de debilidad y tolerancia.
El Anschluss y el Primer Expansionismo Nazi
En marzo de 1938, las tropas alemanas ocuparon Austria. Tras una intensa campaña de propaganda, Hitler forzó un referéndum que permitió la incorporación de Austria al Reich (el Anschluss). Semanas después, Alemania ocupó los Sudetes, en Checoslovaquia, alegando que en esa región vivían tres millones de alemanes. La Conferencia de Múnich (septiembre de 1938), en la que participaron Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania, aceptó la ocupación alemana de los Sudetes a cambio de garantías de no agresión. Sin embargo, la posterior ocupación de Checoslovaquia por Hitler en marzo de 1939, que provocó su desaparición como Estado, demostró la ineficacia de la política de apaciguamiento. Poco después, Hitler se anexionó Memel (Lituania), mientras Mussolini consolidaba su presencia en el Mediterráneo con la ocupación de Albania (abril de 1939). La alianza entre Alemania e Italia se fortaleció con el Pacto de Acero (mayo de 1939).
El Estallido de la Guerra en Europa
El siguiente objetivo de Hitler fue Polonia. Consciente de que la invasión de Polonia podría provocar la reacción de Francia y Gran Bretaña, Hitler buscó un acercamiento táctico a la URSS para asegurar su neutralidad. Stalin, preocupado por el avance alemán y aislado por las potencias occidentales, firmó el Pacto Germano-Soviético de no agresión (agosto de 1939), que incluía cláusulas secretas para el reparto de Polonia y el reconocimiento del control soviético sobre Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania.
La invasión de Polonia comenzó el 1 de septiembre de 1939, tras la reclamación de Hitler sobre la ciudad de Danzig y el derecho a construir una vía de comunicación a través del corredor polaco. El 3 de septiembre, Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial.
El Imperialismo Japonés en Asia
Japón, convertido en la principal potencia imperialista de Extremo Oriente, adoptó una política expansionista en Asia, impulsada por el militarismo y la necesidad de materias primas tras la crisis económica de 1929. Japón se acercó a la Alemania nazi y reforzó su alianza con el Pacto Antikomintern (1936), considerando a la URSS como su principal enemigo.
La invasión japonesa de Manchuria (China) en 1931 y la creación del estado títere de Manchukuo en 1932 marcaron el inicio de esta expansión. Japón ignoró la condena de la SDN y continuó su política de hechos consumados. En 1937, inició la invasión del norte de China y en 1938 anunció su objetivo de crear la «Gran Asia Oriental». El inicio de la guerra en Europa en 1939 debilitó el control de las potencias occidentales sobre sus colonias asiáticas, facilitando los planes japoneses. La ocupación de Indochina (1940) y otros ataques contra China prepararon el terreno para el dominio japonés en el Pacífico, donde su único competidor era Estados Unidos.
El Desarrollo de la Guerra
Las Victorias Alemanas: La Guerra Relámpago
La invasión de Polonia introdujo la «guerra relámpago» (Blitzkrieg), una táctica basada en la sorpresa y la rapidez de movimientos del ejército alemán (Wehrmacht), combinando divisiones acorazadas (Panzer) y aviación. En tres semanas, las tropas alemanas llegaron a Varsovia. Una parte del territorio polaco se incorporó al Reich, mientras que en la otra se estableció un gobierno bajo control nazi.
Paralelamente, el ejército soviético ocupó el este de Polonia y extendió su influencia a las Repúblicas Bálticas y Finlandia. Hasta la primavera de 1940, no hubo nuevas acciones bélicas significativas. Los nazis conquistaron Dinamarca y Noruega para asegurar el suministro de hierro sueco y obtener bases aéreas para atacar Gran Bretaña. La caída de Francia era el siguiente objetivo. La ofensiva se inició a través de los Países Bajos y Bélgica (mayo de 1940), y continuó a través de las Ardenas. Las tropas franco-británicas, sorprendidas, fueron evacuadas por Dunkerque. Mussolini, ante el éxito alemán, entró en guerra el 10 de junio. Los alemanes entraron en París el 14 de junio, y el mariscal Pétain solicitó el armisticio el 22 de junio. Francia quedó dividida en dos zonas: el norte, bajo dominio nazi, y el sur, un estado colaboracionista con capital en Vichy. Desde Londres, el general Charles de Gaulle llamó a la resistencia.
La Batalla de Inglaterra y la Guerra del Desierto
En el verano de 1940, solo Gran Bretaña resistía a Alemania. Hitler planeó la invasión de la isla (Operación León Marino), precedida por un ataque aéreo. En agosto, la Luftwaffe inició intensos bombardeos, pero la RAF (aviación británica) logró repeler la agresión. El cerco marítimo alemán tampoco doblegó a los británicos, que contaron con el apoyo de Estados Unidos. Hitler, frenado por primera vez, renunció a la invasión.
En el norte de África, las tropas italianas atacaron Egipto (septiembre de 1940 – febrero de 1941) para controlar el Canal de Suez. Su fracaso llevó a la intervención del Afrikakorps alemán, dirigido por Rommel, que penetró en Egipto. Una contraofensiva británica, dirigida por Montgomery, frenó a los alemanes en El Alamein (noviembre de 1942). Un ejército aliado desembarcó en el África francesa y venció a Rommel en Túnez (mayo de 1943), abriendo el camino para la invasión de Italia.
La Campaña contra la URSS
A pesar del pacto de 1939, Hitler preparó la Operación Barbarroja para invadir la URSS desde el verano de 1940. La fallida ocupación de Grecia por Mussolini retrasó los planes, pero Hitler convirtió a Hungría, Rumania y Eslovaquia en estados satélites. Tras una revuelta en Belgrado, Yugoslavia fue ocupada en abril de 1941. Desde allí, Hitler atacó Grecia y Creta.
La campaña de Rusia comenzó el 22 de junio de 1941. El objetivo era destruir el régimen bolchevique, someter a los pueblos eslavos y explotar los recursos de la URSS. El ataque se dirigió hacia Leningrado, Moscú y Ucrania. Sin embargo, la resistencia soviética frustró los planes alemanes. Las tropas alemanas no pudieron conquistar Moscú (diciembre de 1941), y Leningrado resistió un largo asedio. El avance alemán hacia el sur fue frenado en la Batalla de Stalingrado, que culminó con la rendición alemana en febrero de 1943. Esta fue la primera gran derrota de Hitler.
La Guerra del Pacífico: La Intervención de Estados Unidos
El expansionismo japonés en Asia condujo al ataque aéreo contra la base estadounidense de Pearl Harbor (Hawái) el 7 de diciembre de 1941. Estados Unidos declaró la guerra a Japón, Alemania e Italia, mundializando el conflicto. El avance japonés fue imparable hasta mediados de 1942, conquistando colonias asiáticas de Gran Bretaña, Países Bajos, Francia y Filipinas. Estados Unidos contuvo a los japoneses en las batallas del Mar del Coral y Midway (mayo-junio de 1942), marcando un punto de inflexión en la guerra del Pacífico.
La Derrota Nazi
En la primavera de 1943, la guerra cambió de rumbo. Los Aliados (Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS) se fortalecieron, mientras que el Eje (Alemania, Italia, Japón) se debilitaba. Las ofensivas aliadas obligaron a Alemania a replegarse. En julio de 1943, comenzó la campaña de Italia con el desembarco en Sicilia. La caída de Mussolini llevó a la invasión de Italia por Hitler. Italia quedó dividida en dos frentes: el norte, con Mussolini, y el sur, con una monarquía antifascista que declaró la guerra a Alemania en septiembre de 1943. Los Aliados llegaron a Roma en junio de 1944.
En el frente oriental, el Ejército Rojo hizo retroceder a los alemanes. A finales de 1944, ocuparon Rumania y Bulgaria, y liberaron Albania y Yugoslavia. En el frente occidental, el 6 de junio de 1944 (Día D), se produjo el desembarco angloestadounidense en Normandía. París fue liberada el 24 de agosto. En 1945, las tropas soviéticas liberaron Hungría y Polonia, entraron en Austria y Checoslovaquia, y llegaron a Berlín el 24 de abril. Los angloestadounidenses penetraron por el Rin. Hitler se suicidó el 30 de abril. Mussolini fue ejecutado dos días antes. Berlín se rindió el 2 de mayo, marcando el fin del III Reich.
La Derrota Japonesa
La ofensiva estadounidense en el Pacífico se desarrolló en dos direcciones: desde Australia hacia Filipinas y desde Hawái hacia Japón. El avance fue lento debido a la resistencia japonesa. Estados Unidos recuperó las Islas Marianas en julio de 1944 y Filipinas en octubre, tras la Batalla de Leyte, donde aparecieron los kamikazes. Se iniciaron bombardeos sobre Tokio y otras ciudades japonesas. Ante la negativa japonesa a rendirse, el presidente Truman ordenó el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945). El 2 de septiembre, Japón capituló, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Las Consecuencias del Conflicto
Las Conferencias de Paz
La organización de la paz se abordó en varias conferencias entre los Aliados, desde la Carta del Atlántico (1941) hasta las conferencias de Teherán (1943), Yalta (febrero de 1945) y Potsdam (julio-agosto de 1945). En Yalta, Stalin, Roosevelt y Churchill decidieron la desnazificación y partición de Alemania, y se acordó la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Conferencia de Potsdam confirmó la tutela aliada sobre Alemania y la división de Berlín en cuatro zonas. La Conferencia de París (1946) elaboró los tratados de paz con Italia, Rumania, Bulgaria, Hungría y Finlandia, firmados en 1947. Austria firmó su tratado en 1955. Las potencias aliadas firmaron la paz con Japón, pero Alemania no firmó ningún tratado de paz.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
La Conferencia de San Francisco (abril-junio de 1945) aprobó la creación de la ONU, a la que se adhirieron 46 Estados. Sus objetivos eran mantener la paz y la seguridad internacionales, y fomentar la cooperación económica y social. Establecía la igualdad soberana de todos sus miembros, el rechazo a la fuerza, la no injerencia en los asuntos internos y el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Los estados de la ONU están representados en la Asamblea General. La ONU cuenta con organismos administrativos como la Corte Internacional de Justicia, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social y la Secretaría General, encabezada por el Secretario General.