Elecciones, Crisis Política y Golpe Militar
En 1961 y 1962, se celebraron elecciones en Argentina. Frondizi (F) permitió la participación de listas peronistas, convencido de su posible éxito, como ocurrió en Santa Fe en 1961. Sin embargo, en 1962, la campaña se caracterizó por la violencia de algunos sectores peronistas. Los justicialistas triunfaron en nueve provincias, imponiéndose con el 32% de los votos. Presionado por las Fuerzas Armadas (FFAA), Frondizi anuló las elecciones donde había ganado el peronismo y, días después, los jefes de las FFAA exigieron su renuncia, persiguiéndolo y deteniéndolo. Se produjo un golpe militar.
Frondizi contaba con el apoyo de sectores antiperonistas. Las FFAA designaron a José María Guido como presidente provisional. Este período se caracterizó por el enfrentamiento entre dos facciones militares: Azules y Colorados.
Azules y Colorados: La Lucha por el Poder
Las Fuerzas Armadas, tras la caída de Frondizi, impulsaron un proyecto de democracia restringida, vigilada por los jefes militares, o incluso una dictadura directa. Dentro de las FFAA, surgió una facción «legalista», los «Azules», liderados por Juan Carlos Onganía, que buscaban convocar a nuevas elecciones. La facción opuesta, los «Colorados», se oponía a esta salida electoral. A los Azules se les sumó la Fuerza Aérea. Finalmente, lograron su objetivo de convocar a elecciones en las que pudieran votar todos los ciudadanos.
Elecciones de 1963: El Gobierno de Illia
En las elecciones de 1963, Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), asumió la presidencia. Formó un gabinete con miembros de la UCRP, a pesar de la necesidad de acuerdos políticos más amplios. Illia apoyaba a los «Colorados».
Una de sus medidas más significativas fue la anulación de los contratos petroleros firmados durante el gobierno de Frondizi. Implementó medidas keynesianas a corto plazo para reactivar la economía y evitar el déficit de la balanza comercial. Restableció el control de cambios. Como resultado, el Producto Bruto Interno (PBI) creció y aumentaron las exportaciones.
Deterioro de las Relaciones con las FFAA
Las relaciones con las Fuerzas Armadas se deterioraron. Dentro del radicalismo, existían sectores que no aceptaban a los jefes militares. Onganía insistía en el carácter apolítico de las FFAA, pero al mismo tiempo afirmaba que la obediencia cesaba si se producía un «desborde de la autoridad» o la influencia de «ideologías exóticas». Insistía en la preservación de los valores «cristianos y occidentales».
El Peronismo y la Caída de Illia
El liderazgo del peronismo se encontraba debilitado. Los radicales no aprovecharon la oportunidad para desarrollar una política de alianzas y vencer al justicialismo en elecciones sin proscripciones. Los sindicatos, ante el intento de acabar con el peronismo, pusieron en marcha el «Plan de Lucha», que incluyó la ocupación de fábricas. Este fue el punto más alto en la carrera de Augusto Vandor, quien buscaba presionar al gobierno y a Perón para su regreso. Vandor promovía un «peronismo sin Perón», pero Perón seguía siendo el líder.
En 1965, Perón ordenó votar por la Unión Popular, lo que marcó un triunfo parcial del peronismo. Se intensificaron las campañas contra el gobierno de Illia. En 1966, las FFAA anunciaron la «Revolución Argentina» y derrocaron a Illia. Juan Carlos Onganía asumió el poder.
La Guerra Fría: Contexto Internacional
Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos (EEUU) y la Unión Soviética (URSS) se consolidaron como potencias hegemónicas. El fin de la guerra marcó el fin del sistema de equilibrio entre las potencias europeas y el surgimiento de un nuevo orden internacional. Los países europeos pasaron a depender de las relaciones entre la URSS y EEUU, y su desarrollo estaría condicionado por su importancia estratégica para estas dos potencias.
Ambas superpotencias estaban interesadas en la estabilización económica de una Europa devastada por la guerra. Era necesario atender urgentes problemas sociales. Estados Unidos enfrentaba una nueva crisis de sobreproducción al perder el mercado europeo, mientras que la URSS temía que Europa cayera bajo la dependencia estadounidense. Europa se convirtió en el centro de temores y planes.
División de Europa y el Plan Marshall
Los partidos conservadores europeos fueron desprestigiados por su apoyo al fascismo. Creció el prestigio de la izquierda, especialmente del Partido Comunista, respaldado por el triunfo de la URSS sobre Alemania. Europa Oriental adhirió al comunismo, separándose de Europa Occidental, lo que se conoció como el «Telón de Acero».
Estados Unidos consideraba que el comunismo se alimentaba de la pobreza y la desesperación. Para frenar su avance, implementó el Plan Marshall en 1948, ofreciendo ayuda financiera para acelerar la recuperación económica europea. La URSS interpretó esto como una intromisión en los asuntos internos de Europa, dando inicio a la Guerra Fría.
La Guerra Fría: Alemania y la Carrera Armamentista
El conflicto se intensificó en torno a Alemania, que había sido dividida en cuatro zonas y repartida entre los vencedores de la guerra. La URSS estableció un gobierno títere en Alemania Oriental, que se constituyó como la República Democrática Alemana. Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos se encaminaron a la unificación, formando la República Federal de Alemania.
Berlín también fue dividida. En 1948, la URSS, en un intento fallido de expulsar a los aliados, bloqueó los accesos a la ciudad. En 1961, se inició la construcción del Muro de Berlín.
Estados Unidos desarrolló la bomba atómica, y poco después, la URSS hizo lo mismo. Ambas potencias alegaron que sus objetivos eran únicamente defensivos. Se estableció el peligro de una guerra nuclear, dando inicio a la carrera armamentista. Estados Unidos presentó al comunismo como un bloque en expansión que debía ser contrarrestado mediante un programa de «contención». La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) se convirtió en un ejército de defensa. La Guerra de Corea provocó un rechazo al anticomunismo y generó temor a la expansión soviética. En respuesta, la URSS impulsó el Pacto de Varsovia.
La Guerra Fría como Fenómeno Autoreproducido
Según el historiador Eric Hobsbawm (aunque la pregunta original cita erróneamente a «Thomson»), la Guerra Fría fue un «negocio» que se independizó de sus orígenes, convirtiéndose en un fenómeno que se autoreproducía. La Guerra Fría impulsó la carrera armamentista en ambos bloques, que con el tiempo desarrollaron sus propias estructuras: personal entrenado en el desarrollo y mejora de armamento. El mantenimiento de estas estructuras dependía de la continuidad de la Guerra Fría.
La existencia de un «nosotros» se definía por la existencia del «otro», y si ese «otro» era percibido como amenazante, el «nosotros» se fortalecía. Ambos bloques se veían homogeneizados por la Guerra Fría, que se integró en la cultura de la gente. La Guerra Fría cumplió una función de cohesión de las distintas nacionalidades dentro de cada bloque.