Restauración Borbónica, Alfonso XIII e Industrialización en España: Claves y Características

La Implantación del Régimen de la Restauración y el Reinado de Alfonso XIII

El sistema de la Restauración se basó en la existencia de dos partidos burgueses que se alternaban en el poder de manera pactada y exclusiva. Estos eran el Partido Liberal Conservador de Antonio Cánovas del Castillo y el Partido Liberal Fusionista de Práxedes Mateo Sagasta. Ambos eran monárquicos y burgueses.

Características y Funcionamiento del Sistema Canovista

En la práctica, la articulación del turno de partidos se asentó en el fraude electoral, que se hizo consustancial al sistema y prácticamente se institucionalizó. La base del sistema fraudulento era el caciquismo.

El mecanismo electoral se convirtió en una farsa manipuladora, pura ficción, cuyo objetivo era impedir que otros partidos accediesen al poder. Los caciques eran individuos que, por su poder económico o por sus influencias políticas, controlaban una circunscripción electoral.

El caciquismo era un mundo plagado de favores y recomendaciones, influencias y prebendas que convertía a las elecciones en una pura ficción. En Andalucía, el caciquismo tuvo mayor arraigo, siendo propio de una sociedad mayoritariamente rural, subdesarrollada y analfabeta, con una fuerte dicotomía entre el campo y la ciudad.

En Cuba, la Paz de Zanjón (1878) puso fin a la “Guerra de los Diez Años”. La crisis de la Restauración se debió al distanciamiento entre una España oficial y la real. La España oficial se basaba en el olvido del pueblo, la corrupción electoral y el caciquismo, mientras que la España real se manifestaba a través del movimiento obrero, el laicismo, el regionalismo y los problemas exteriores.

La dictadura de Primo de Rivera puso fin a la Constitución, y tras el fracaso de la misma, se abrió el camino a la II República.

Alfonso XIII y la Regencia: Alternancia Conservadora y Liberal

Se restauró la monarquía borbónica y se volvió al liberalismo. El nuevo sistema político, ideado por Cánovas del Castillo, se fundamentó en la alternancia en el poder de dos grandes partidos, conservador y liberal. La Restauración duró más de 50 años.

En 1898, la gran crisis política y moral, conocida como el Desastre del 98, resquebrajó los fundamentos del sistema y planteó la necesidad de iniciar un proceso de reformas que modernizaran la vida social del país, conocido como el Regeneracionismo.

Restaurar se entendía como restablecer la dinastía borbónica y crear las condiciones necesarias para mantenerla, lo cual suponía la vuelta a la moderación liberal. El 1 de diciembre, el príncipe Alfonso redactó un Manifiesto a la nación, redactado por Cánovas, en el que afirmaba que la única solución para los problemas de España residía en el restablecimiento de la monarquía tradicional.

El nuevo sistema diseñado por Cánovas se caracterizó por:

  • El pensamiento conservador, que pretendía hacer compatible la libertad y el orden.
  • El pragmatismo político (la política como “arte de lo posible”).
  • La búsqueda de la estabilidad política y la finalización de las intervenciones del ejército.
  • La existencia en España de una constitución interna producto de su historia y equilibrio dinámico.

La Revolución Industrial en España

La revolución industrial en España comenzó en el siglo XIX, a partir de 1830, y adoptó un modelo parecido al de otros países mediterráneos, como Italia y Portugal, caracterizado por la existencia de discontinuidades y la dependencia (industrialización semiperiférica) de los países más avanzados europeos (Inglaterra y Francia).

Características del Modelo Mediterráneo de Industrialización

El proceso de industrialización español se engloba en lo que se ha venido denominado como “modelo mediterráneo”, que se caracteriza por:

  1. Una fuerte regionalización de los grupos industriales, con la aparición de fuertes contrastes territoriales.
  2. Dependencia de la inversión, la tecnología y las materias primas del exterior.
  3. Una excesiva dependencia de la industria con respecto a las fluctuaciones de la actividad agraria.

El proceso industrializador español se caracterizó por sus discontinuidades y dependencias, producto en gran medida de la crisis de la hacienda pública y las dependencias de los avances y retrocesos sufridos por el liberalismo.

Sin embargo, el medio natural también condicionó el desarrollo industrial por dos motivos fundamentales:

  1. El patrón tecnológico de la primera revolución industrial exigía una dotación de recursos naturales que la península no tenía o los tenía en escasa medida.
  2. La posición geográfica de España en el extremo suroccidental de Europa constituyó otro factor adverso para la expansión industrial.

España a finales del siglo XIX seguía siendo eminentemente agraria, y la participación del sector industrial en la renta nacional no superaba la quinta parte del total.

En el sector minero, España contaba con importantes yacimientos fundamentalmente de cobre, zinc y plomo, pero éstos estuvieron explotados principalmente por empresas extranjeras a cambio de préstamos e inversiones. El primer gran complejo siderúrgico se llevó a cabo en la provincia de Málaga.

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