Transición a la Edad Contemporánea: Génesis y Evolución del Liberalismo

El tránsito a la Edad Contemporánea

1. Génesis y evolución del proceso liberal. La evolución liberal burguesa

Algunos grupos sociales eran muy críticos con algunas ideas del Antiguo Régimen, como la desigualdad y la soberanía absoluta. En Francia, a ello se sumaron acontecimientos como crisis económicas y sociales. En EEUU, la revolución se centró en la lucha por la independencia y la libertad. La «Toma de la Bastilla», símbolo de la destrucción del Antiguo Régimen, ocurrió el 14 de julio de 1789 y marca el inicio de la revolución.

Características de la Revolución Francesa:

  • Violencia desmedida.
  • Destrucción del feudalismo y de la nobleza.
  • Fin de la monarquía absoluta.

En Francia, se produjo la destrucción del modelo religioso y social. En España, el rompimiento con el modelo anterior fue menor. La revolución también tuvo una labor constructora, creando un nuevo modelo de estado más igualitario, iniciador del capitalismo y con grandes avances en derechos como la soberanía nacional y la división de poderes. En España, la revolución se retrasó en comparación con Francia. En 1808, las tropas de Napoleón invadieron España, lo que supuso la abdicación del monarca Fernando VII, quien nombró a su hermano como rey. Ante esto, los españoles lucharon contra la invasión, aprovechando para crear un nuevo sistema social por medio de la Constitución de 1812.

Esta Constitución se vio afectada por muchas dificultades, como la guerra contra los franceses y la independencia de las colonias americanas. En marzo de 1814, los franceses fueron expulsados de España y Fernando VII volvió al poder, restaurando el Antiguo Régimen. En 1820, un levantamiento liberal devolvió la importancia a la Constitución y a las antiguas Cortes. En 1823, las tropas europeas restauraron el absolutismo de Fernando VII, que duró hasta su muerte en 1833. Más tarde, gobernó María Cristina hasta que su hija pudo acceder al trono en 1843. A partir de ahí, comenzó un liberalismo moderado, hasta que entre 1868 y 1874 una nueva revolución, con grandes revueltas y manifestaciones, reivindicó un mayor liberalismo.

3.2 Las bases de la nueva sociedad y su reflejo en lo jurídico político

Todo lo que sucedió después de la revolución liberal burguesa se transcribe en el liberalismo. La idea principal era la libertad, de la cual surge la idea de seguridad, propiedad, igualdad y control del poder. La libertad suponía la desaparición del Antiguo Régimen, que se caracterizaba por la ausencia de libertad y la opresión. La idea de igualdad era contraria a lo establecido en el Antiguo Régimen, por lo que se pretendía llevar la igualdad a todos los ámbitos de la vida, aunque solo se llevó a cabo en el terreno económico. Se pasó de un derecho inseguro del Antiguo Régimen a un nuevo sistema jurídico donde el ciudadano puede y debe conocer las normas.

El liberalismo doctrinario surge en Francia en 1830 y se sitúa a medio camino entre el liberalismo radical y la vuelta al Antiguo Régimen, pretendiendo disfrutar de las nuevas libertades sin los aspectos negativos de la revolución. En España hubo una revolución burguesa, aunque no siguió las pautas del modelo francés ni el «tipo ideal» de la revolución burguesa. La revolución que hubo fue acorde a las circunstancias de la sociedad española. Tuvo sus fases, fue un proceso discontinuo e intermitente, pero gracias a ello se produjeron bruscas mutaciones estructurales, cambios profundos que acabaron con la transición entre el Antiguo Régimen y el nuevo modelo de organización social.

Este cambio consistió en la eliminación de las bases del Antiguo Régimen y en la creación de nuevos fundamentos de la organización social, de las bases de un nuevo sistema jurídico y político. Este proceso se divide en las siguientes etapas:

1º fase:

Iniciado en 1808 y prolongado hasta la muerte de Fernando VII en 1833. Durante esta fase, la ideología revolucionaria se manifiesta en textos legales, tales como los Decretos de las Cortes de Cádiz o la Constitución de 1812. Esta fase fue eliminada por Fernando VII, quien impuso la monarquía absolutista y la organización social del Antiguo Régimen.

2º fase:

Es la más revolucionaria y comprende los años 1836 y 1843. Se instala el Estado Constitucional, se realiza la transformación del régimen jurídico de la propiedad de la tierra, se destruye la organización estamental de la sociedad, quitándole a la iglesia su posición tradicional y forzando la conversión de la nobleza en un grupo poderoso pero cuyas bases económicas y jurídicas quedaron aburguesadas. Se establecieron las primeras leyes permisivas de la introducción de capitales extranjeros para la construcción de la red ferroviaria.

3º fase:

Se agrupan en los años que transcurrieron desde la revolución de septiembre de 1868 hasta la restauración histórica de 1874. En ese momento se crean vínculos provisionales entre la burguesía y las clases populares. Se promulgó una Constitución protectora de los derechos individuales y se proclamó el sufragio universal por primera vez. Es ya en este entonces cuando la burguesía da por acabada la faceta revolucionaria y se transforma en una clase conservadora.

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