La Conquista Musulmana y la Evolución Política de Al-Ándalus (711-1492)
Los musulmanes llegaron a la península ibérica en el año 711, victoriosos en la batalla de Guadalete, aprovechando la inestabilidad política del reino visigodo. La conquista fue rápida gracias a una serie de pactos de sumisión y al concepto de guerra santa. En solo cuatro años, controlaron casi toda la Península. La evolución política de Al-Ándalus se divide en varias etapas:
- Emirato dependiente de Damasco (711-756): Primera etapa caracterizada por la expansión frenada por los francos en la batalla de Poitiers (732).
- Emirato independiente (756-929): Abd-al-Rahman I se proclama emir independiente, estableciendo la capital en Córdoba. Independencia política, pero no religiosa.
- Califato de Córdoba (929-1031): Edad de oro de Al-Ándalus. Abd-al-Rahman III se proclama califa, uniendo poder político y religioso. La crisis del califato llegó con la sucesión de Al Hakan II y las victorias militares de Almanzor.
- Reinos Taifas (1031-1090): Debilidad política que facilitó la conquista cristiana de Toledo (1085). La supervivencia de estos reinos dependía del pago de parias. Tras la pérdida de Toledo, solicitaron ayuda a los almorávides.
- Imperio Almorávide y Almohade: Los almorávides frenaron temporalmente el avance cristiano, pero su poder fue efímero. Los almohades los sucedieron.
- Reino Nazarí de Granada (1238-1492): Tras la derrota almohade en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), resistieron en Granada hasta su conquista por los Reyes Católicos.
Economía, Sociedad y Cultura en Al-Ándalus
La economía andalusí se basaba en la agricultura, con mejoras en el regadío y la introducción de nuevos cultivos como el arroz. El comercio, monetizado y desarrollado en las ciudades, era la actividad más lucrativa. La sociedad se dividía según criterios religiosos:
- Musulmanes: Árabes (altos puestos), bereberes (cargos militares) y muladíes (marginados).
- No musulmanes: Judíos y mozárabes, sujetos al pago de un atributo personal.
La cultura andalusí fue rica, destacando el desarrollo científico y cultural, y la creación de obras de arte como la Alhambra y la Mezquita de Córdoba. Los judíos, aunque minoría, dejaron un legado importante, incluyendo las juderías, sinagogas (como la del Tránsito en Toledo), su participación en la Escuela de Traductores de Toledo y la introducción de los números indoarábigos.
Los Núcleos Cristianos y la Reconquista (Siglos VIII-XV)
Se distinguen cuatro núcleos principales de resistencia cristiana. La Reconquista se divide en tres fases principales:
Primera Fase (722-1031)
Desde Covadonga, los núcleos cristianos consolidaron su territorio y avanzaron, ocupando territorios como la cuenca del Duero. La repoblación se realizó mediante la presura.
Segunda Fase (1031-1340)
Con el fin del Califato, los reinos cristianos tomaron la iniciativa militar. Alfonso VI de Castilla y León conquistó Toledo (1085). Los almorávides frenaron temporalmente el avance cristiano. La batalla de las Navas de Tolosa (1212) marcó el fin del Imperio almohade. Se formaron los condados catalanes y aragoneses tras la muerte de Carlomagno.
Tercera Fase (1340-1492)
Solo sobrevivió el Reino Nazarí de Granada, vasallo de Castilla, hasta su conquista en 1492 por los Reyes Católicos.
Organización Política de los Reinos Cristianos
El Rey tenía una corte itinerante. Las Cortes, originarias de León en 1188, se consolidaron en Castilla tras la unificación con León en 1230. Eran convocadas por estamentos (nobleza, clero y ciudades). Se trataba de una monarquía feudal, donde el rey compartía el poder con la nobleza y el clero. Los condados catalanes fueron el único territorio con relaciones feudo-vasalláticas similares a las de la Europa feudal.
La Repoblación Cristiana: Modelos y Consecuencias
La repoblación cristiana comenzó en el norte del Duero. El crecimiento demográfico cristiano y el aporte de población mozárabe impulsaron la repoblación entre los siglos IX y X, basada en la figura de la presura o aprisio: trabajar la tierra abandonada confería la propiedad. Esto dio lugar a pequeñas propiedades (alodios) y grandes parcelas de nobles y monasterios.
- Siglo XI y XII: Repoblación concejil. Los reyes creaban concejos y les otorgaban cartas pueblas o fueros.
- Siglo XIII: Repoblación por órdenes militares (Santiago, Alcántara, Calatrava), que recibían grandes feudos.
- Siglos XIV y XV: Repartimiento. Una comisión real dividía casas y tierras entre los participantes en la Reconquista, según su condición social y mérito. Los grandes latifundios del sur de España se originaron en este sistema.
Los reinos cristianos peninsulares eran sociedades estamentales: nobleza y clero (privilegiados) y estado llano (sin privilegios). El rey, en la cúspide de la monarquía feudal, tenía una concepción patrimonial del estado. Era un primus inter pares, asesorado por la Curia Real (alta nobleza y clero). La incorporación de representantes de las ciudades dio origen a las Cortes (primeras en León, 1188), que eran consultivas y aprobaban impuestos especiales. Los nobles poseían feudos (señoríos territoriales) con campesinos libres o siervos. Si el noble tenía poder de juzgar, se denominaban señoríos jurisdiccionales.