Segunda República Española y Guerra Civil: Historia y Análisis

La Segunda República y la Guerra Civil Española

La Proclamación de la República y el Periodo Constituyente

En las elecciones municipales del 12 de abril, los monárquicos obtuvieron mayoría de concejales debido al control que los caciques ejercían en las zonas rurales. Sin embargo, el triunfo de la coalición republicano-socialista en las grandes ciudades mostró la falta de apoyo a la monarquía. En la noche del 14 de abril de 1931, Niceto Alcalá Zamora proclamó en Madrid la Segunda República Española y el rey partió al exilio. El comité revolucionario se convirtió en el gobierno provisional de la República.

El objetivo principal del gobierno era convocar Cortes Constituyentes. Pero su actuación política, en los primeros meses, también se ocupó de una serie de reformas inmediatas:

  • El debate territorial: Los nacionalismos plantearon de inmediato a la República la cuestión autonómica.
  • La miseria agraria: Para mejorar la vida del campesinado.
  • En la educación: Erradicar el analfabetismo.
  • La reforma del ejército: Un ejército moderado y eficaz.
  • La cuestión del orden público: Nuevo cuerpo de policía, la Guardia de Asalto.

El primer conflicto serio del nuevo régimen fue con la Iglesia Católica. Se publicó una pastoral del Cardenal Segura en la que elogiaba a Alfonso XIII, lo que provocó un conflicto con el gobierno y la expulsión del cardenal.

La Constitución de 1931

El 28 de junio se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, donde la coalición de republicanos y socialistas obtuvo una aplastante mayoría. Las Cortes Constituyentes aprobaron la primera constitución republicana de la historia de España, cuyo proyecto era establecer una república democrática y no confesional.

La Constitución de 1931 establecía una radical división de los poderes:

  • Congreso de los Diputados
  • La Jefatura del Estado
  • La Justicia

También se declaraba la no confesionalidad del Estado y se eliminaba la financiación estatal a la Iglesia, lo que provocó un problema que originó la dimisión de Zamora y de Maura.

El Gobierno Reformista

Una vez aprobada la Constitución de 1931, Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República. Él encargó a Azaña que formara gobierno, optando por la alianza de los republicanos de izquierda y los socialistas al considerarla más estable.

La instauración de la República coincidió con la crisis mundial de 1929, y el gobierno quería sostener un presupuesto equilibrado y una moneda fuerte. Sin embargo, las reformas aumentaron los gastos y los recursos económicos resultaron insuficientes, lo que originó conflictividad social.

El gobierno quería establecer una clara separación con la Iglesia, desarrollando una serie de leyes en cumplimiento de los principios secularizadores de la Constitución, como la ley de divorcio o la ley de confesiones y congregaciones religiosas, que establecía que el Estado dejaba de hacer aportaciones a la Iglesia. La política educativa y cultural se dirigió también a la extensión de la cultura popular. Se crearon las Misiones Pedagógicas destinadas a la extensión de la cultura en áreas alejadas.

Las reformas laborales fueron implementadas a través de tres leyes:

  • La ley de contrato de trabajo
  • La ley de jurados mixtos
  • La ley de asociaciones obreras

En cuanto a los estatutos de autonomía, la Constitución intentó resolver este problema mediante el reconocimiento del derecho a la autonomía de las regiones. Cataluña fue la primera, seguida por el País Vasco, Galicia, Andalucía, Valencia, Aragón y Baleares.

La reforma agraria fue la obra de mayor envergadura del bienio de izquierdas. El problema agrario presentaba una doble vertiente: la agricultura española tenía rasgos arcaicos y una inadecuada estructura de la propiedad con predominio de parcelas minúsculas. Estos problemas se acentuaron con la crisis económica internacional. La ley de reforma agraria de septiembre de 1932 era muy moderada; todos los propietarios expropiados por la ley debían ser indemnizados, y la propiedad de las fincas correspondía al Estado. La aplicación de la ley quedó en manos del Instituto de Reforma Agraria. La lentitud de su aplicación y el aumento del paro provocaron la frustración de los jornaleros y derivaron en protestas radicales, estallando insurrecciones anarquistas con trágicos enfrentamientos con las fuerzas armadas.

Problemas y Crisis del Bienio Reformista

La mayoría de la CNT y la FAI pretendía establecer el anarquismo libertario mediante la acción directa, la huelga general y la insurrección armada. Los anarquistas protagonizaron una intensa agitación, y el gobierno reaccionó con la ley de defensa de la República, que fue utilizada con dureza. En enero se produjo el primer conato de revolución en la cuenca minera del Alto Llobregat. En los sucesos de Casas Viejas, las fuerzas del orden acribillaron a balazos a campesinos, y tanto la prensa como la opinión pública atacaron a Azaña acusándole de ser el responsable.

Después de estos sucesos hubo una reorganización y reacción de la derecha. Los sectores de la derecha monárquicos radicalmente trataron de derribar la República por medio de la conspiración. Otro sector de la derecha católica optó por la vía pacífica para cambiar el régimen, y se fundó la CEDA, un nuevo partido político que aglutinó a distintas derechas regionales.

El gobierno de Azaña sufría el acoso de las organizaciones de los empresarios y patronos. También la CNT proseguía sus huelgas. A la crisis de coalición de republicanos de izquierdas y socialistas contribuyó la postura de acoso y derribo del partido radical. Otro gran problema fue el debate dentro del partido socialista sobre la continuidad o no de su colaboración con los republicanos en el gobierno. El avance de los radicales y de la CEDA llevó a Alcalá Zamora a forzar la dimisión de Azaña, más tarde disolvió las Cortes Constituyentes y convocó nuevas elecciones.

El Bienio de Centro Derecha

Las elecciones generales de 1933 se celebraron con una nueva ley electoral y en las que por primera vez votaron las mujeres. La campaña electoral se desarrolló en un ambiente de fuerte confrontación política y de gran despliegue de propaganda. Se creó el partido falangista por José Antonio Primo de Rivera con una ideología cercana al fascismo.

La CEDA y el partido radical ganaron, y la derrota de los republicanos se debió a varias razones:

  • Los partidos CEDA y los monárquicos antirrepublicanos se presentaron unidos en una coalición.
  • Los partidos de izquierdas se presentaron divididos.

Los resultados de las elecciones mostraron un desplazamiento del electorado a la derecha.

Una vez que ganó la derecha, hicieron reformas. Se revisó la política religiosa, se rectificó la legislación laboral y la reforma agraria sin derogar por completo las leyes anteriores, y en las Cortes se aprobó una ley de amnistía. Estas primeras medidas originaron problemas, los más importantes fueron los conflictos sociales en el campo y las tensiones autonómicas (Cataluña y País Vasco).

En enero de 1934, la UGT, que estaba bajo el control del sector revolucionario liderado por Largo Caballero, aprobó un programa revolucionario. En mayo se formó una alianza obrera. El 4 de octubre se formó un nuevo gobierno radical con tres ministros de la CEDA. Comienza la insurrección el 5 de octubre con la convocatoria de una huelga general en las principales ciudades, pero fracasaron, por ello el gobierno declaró el estado en guerra y reunió a las unidades militares, la represión fue durísima.

La CEDA exigió represiones contra los promotores y protagonistas de la revolución. Este tema produce una crisis de gobierno y desde ese momento se aceleró la rectificación de las reformas republicanas, las reformas sociales y laborales fueron desmontadas, una política de cambios en los mandos militares, que fueron ocupados por militares antiazañanistas y por último planeaba una reforma constitucional.

Pero antes de todo estalló una crisis en el partido radical por la corrupción de dos grandes cargos, pero ante la imposibilidad de gobernar sin apoyos parlamentarios, Zamora decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1936.

El Frente Popular

En febrero de 1936 se celebraron las últimas elecciones de la Segunda República. Los partidos de izquierdas constituyeron en enero una gran alianza: «El Frente Popular». Las derechas y el centro se presentaron desunidos, por ello los resultados electorales arrojaron una victoria muy ajustada al Frente Popular. Zamora encargó a Azaña la formación de gobierno compuesto solo por republicanos de la izquierda, ya que los socialistas no querían volver a hacer una coalición. Se adoptó una serie de medidas, se concedió una amnistía general, se obligó a los empresarios a readmitir a los obreros despedidos y se reanudó el periodo reformista. La insatisfacción de los conflictos sociales en el mundo rural en los primeros meses llevó a la masiva ocupación de tierras en las zonas de latifundio y también volvió al primer plano la confrontación entre la Iglesia y la República.

Se abrió una crisis que debilitó a la República. La cámara destituyó a Zamora y en mayo fue elegido presidente Azaña, encargó a Santiago Casares la formación de gobierno de republicanos de izquierda, mientras triunfaba las posiciones revolucionarias de los anarquistas y del sector más radical de la UGT. En las derechas autoritarias se afianzó el discurso de la subversión y la insurrección, ante la creciente espiral de violentos enfrentamientos callejeros entre militares de la izquierda y de la derecha, en particular la impulsada por milicias armadas falangistas, aun así la violencia y crímenes políticos seguían en aumento, el problema más grave al que se enfrentó el nuevo gobierno fue la crisis económica.

La organización de la conspiración militar partió de algunos militares de extrema derecha. El gobierno republicano trató de desarticular la trama golpista realizando cambios, el general Mola era el director del golpe de estado, el plan consistía en una serie de sublevaciones simultáneas del mayor número posible de guarniciones que deberían hacerse con el poder en sus respectivas zonas. El 17 de julio comenzó la sublevación en las guarniciones del protectorado de Marruecos, el fracaso de la rebelión militar derivó en la Guerra Civil Española que duró 3 años.

La Guerra Civil Española

De la Sublevación Militar a la Guerra Civil

Entre los días 18 y 20 de junio, el alzamiento militar se extendió al resto del territorio español con resultados muy diversos. En las grandes ciudades se abortó la sublevación militar. Desde el 20 de julio, España quedó dividida en dos zonas enfrentadas: una parte el gobierno y otra los sublevados. La superioridad naval y aérea pronto fue superada por los rebeldes gracias a la llegada de aviones italianos y alemanes mucho más modernos. La desmovilización de los soldados y la distribución de armas a los miembros de las milicias hizo que el gobierno republicano quedara desarticulado. A finales de 1936, la sublevación había derivado en una auténtica guerra civil que dividió el país en dos bandos:

  • Los sublevados justificaron su acción como único medio para acabar con la anarquía, restablecer el orden y exterminar a los enemigos de la patria.
  • Los republicanos que contaban con la legitimidad de estar defendiendo el sistema legal y la democracia frente al fascismo.

Dimensión Internacional de la Guerra Civil

La Guerra Civil estalló en un momento crítico en las relaciones internacionales. Los sectores conservadores y la mayoría de los católicos percibieron como una contienda entre la civilización occidental y el comunismo ateo, mientras que los sectores populares e intelectuales de la izquierda era una lucha por la libertad y contra el fascismo totalitario. Francia con el apoyo de Reino Unido impulsaron la política de no intervención, 26 países lo firmaron en no intervenir en España, por ello se prohibía la exportación a España, poco después se constituyó el comité de no intervención, pero en la práctica de dicho acuerdo fue una farsa, que dejó al gobierno de la república en clara desventaja frente a los militares sublevados.

La República tuvo ayuda de México, Francia y sobre todo de la URSS. De la intervención extranjera en favor a la República sobresalían las Brigadas Internacionales que estuvieron formadas por voluntarios de un amplio abanico ideológico, por último la República pudo pagar la guerra con las reservas de oro del banco de España. Razones políticas y estratégicas impulsaron a Hitler y a Mussolini a ayudar a los militares sublevados, para Hitler la guerra Española iba a ser el campo de pruebas para su material militar y para sus nuevas tácticas, Mussolini envió más refuerzos a los sublevados, la ayuda militar fue muy decisiva para la victoria del ejército de Franco, también obtuvieron financiación de capitalistas españoles y multinacionales angloamericana.

Las Operaciones Militares

La sublevación militar provocó la revolución social y la desintegración del ejército regular republicano, dejando a la República prácticamente sin tropas para defenderse.

La Batalla de Madrid

El principal objetivo de los militares rebeldes era una rápida conquista de Madrid que les permitiera consolidar la sublevación. Mola inició las primeras operaciones, pero el avance quedó detenido en la sierra de Guadarrama. En agosto de 1936, con la ayuda de aviones alemanes e italianos, comenzó el traslado del ejército de Marruecos a la Península, superó con facilidad a los milicianos sin formación militar y tomó Badajoz. Franco decidió aplazar la conquista de Madrid y liberar el Alcázar de Toledo del asedio republicano, su liberación supuso un triunfo propagandístico y político para Franco.

A finales de octubre, Franco ordenó la ofensiva sobre Madrid, por ello el gobierno el 6 de noviembre el gobierno republicano abandonó precipitadamente la capital trasladándola a Valencia, confiando la resistencia a la junta de Madrid, la superioridad de las tropas sublevadas, hacía temer la pronta caída de Madrid, el desgaste fue muy intenso pero la tropas republicanas consiguieron resistir, Franco renunció al asalto de Madrid, decidió completar el cerco de la ciudad mediante ofensivas por los blancos, con la batalla de Guadalajara y la de Jarama, la victoria del ejército republicano en Guadalajara obligó a Franco a abandonar la batalla de Madrid.

La Caída del Norte

Los fracasos en Madrid hicieron que Franco modificase su estrategia, inició una guerra de desgaste ocupando zonas estratégicas, por razones estratégicas y económicas Franco se dirigió contra el norte industrial y minero bajo el dominio republicano, la ofensiva de los sublevados contra Vizcaya con el fin de minar la resistencia, aviones lanzaron bombas incendiarias sobre la población civil indefensa de Durango y Guernica, por último se preparó una operación militar de gran envergadura en Brunete para detener la ofensiva franquista, que terminó en un fracaso de las tropas republicanas y no lograron volver a tomar Santander, para salvar Asturias los republicanos trataron de conquistar Zaragoza con una ofensiva en Belchite, sus resultados fueron desastrosos y no impidió que las tropas franquistas llegaran a Gijón, esto produjo grandes consecuencias para la República.

De la Ofensiva de Teruel a la Batalla del Ebro

Tomando el norte, Franco volvió sobre Madrid, el gobierno de Negrín llevó a cabo una ofensiva en Teruel con el propósito de salvar la capital, el ejército popular inició un ataque y en pocos días entró en Teruel, renunció de nuevo a Madrid y ordenó una contraofensiva para reconquistar la ciudad, entre enero y febrero de 1938 tuvo lugar la batalla de Teruel, una de las más crueles de la guerra, la derrota tuvo efectos desastrosos para la República, Franco optó por una ofensiva general en el frente de Aragón, las tropas de Franco alcanzaron el Mediterráneo y la España republicana quedó partida en dos zonas, aislando a Cataluña, en junio de 1938 Negrín decidió desencadenar una ofensiva en el Ebro para unir de nuevo a las dos zonas republicanas, Rojo ascendió y preparó una ofensiva que dio lugar a la batalla del Ebro, fue una batalla de desgaste que agotó definitivamente al ejército republicano.

El Fin de la Guerra

A finales de 1938 se produjo la ofensiva franquista sobre Cataluña, que fue el golpe decisivo para la República, el 26 de enero de 1939 Barcelona fue ocupada por las tropas de Franco y pocos días después Gerona. Negrín regresó de Francia en enero de 1939 e instaló su gobierno en Elda, en Madrid el coronel Casado junto a dirigentes socialistas, de la CNT, de Unión Republicana e Izquierda Republicana se sublevaron contra el gobierno de Negrín porque pretendían negociar con Franco la paz sin represalias, a finales de marzo los ejércitos franquistas reanudaron su ofensiva y entraron en Madrid prácticamente sin resistencia y después ocuparon el resto del país. La Guerra Civil había acabado.

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