Etapas Clave de la Transición Española a la Democracia

Transición política (1975-1982): Primeros pasos hacia la democracia (1975-1977)

El plan de participación de 1973 y sus consecuencias

Tras la muerte de Carrero Blanco en 1973, la continuidad del régimen franquista se llenó de interrogantes. Después del fallecimiento de Franco en 1975, se hizo evidente que los proyectos de Arias Navarro no conducirían a una verdadera apertura, haciendo imposible la perpetuación del régimen.

  • El sistema se basaba en las consecuencias de la muerte del dictador Franco.
  • Según la Ley Orgánica del Estado, el poder político de Franco debía pasar a las Cortes. Tras la muerte del dictador, el poder recayó en el Presidente de las Cortes y en el Rey. Sin embargo, el Rey, a diferencia de Franco, no poseía un poder absoluto. Todo esto se hizo más evidente tras la muerte de Carrero Blanco.
  • Crisis económica internacional.
  • Falta de cohesión entre las fuerzas políticas franquistas.
  • La oposición luchaba por la libertad y contra la dictadura, buscando una reforma a través de una serie de medidas que, durante la vida de Franco, eran difíciles de implementar.

La continuidad del esfuerzo: El primer gobierno de Carlos Arias Navarro

Carlos Arias Navarro anunció una serie de medidas para la apertura en su primer gobierno (enero 1974 – noviembre 1975). El 12 de febrero, se proclamó el llamado «espíritu del 12 de febrero», pero solo se llevaron a cabo pequeños cambios que no alteraban la unidad del estado:

  • A nivel municipal, la ley del 19 de noviembre de 1975 pretendía facilitar el proceso electoral, pero los representantes seguían siendo designados por el gobierno, y los alcaldes de Madrid y Barcelona no se elegían directamente.
  • Los diputados tampoco eran elegidos democráticamente.
  • No se aceptó la libertad de asociación ni la libertad sindical.

Los desacuerdos internos y la oposición

  • Estas medidas no satisficieron a los miembros reformistas del gobierno de Arias Navarro, que las consideraban insuficientes, lo que provocó dimisiones y evidenció las discrepancias internas.
  • Los sectores inmovilistas del Movimiento, contrarios a cualquier cambio, tampoco apoyaron las medidas.
  • La oposición, cada vez más organizada, rechazó por completo estos cambios, considerándolos insuficientes. En los últimos meses, se intensificó la lucha contra el régimen.

La represión política

El régimen respondió con una violenta represión política contra la oposición. En septiembre de 1975, se fusiló a cinco antifranquistas. Se reprimieron duramente las demandas políticas y laborales, y se persiguió a las organizaciones políticas, sindicales y profesionales de la oposición.

Segundo gobierno de Carlos Arias Navarro

El 22 de noviembre de 1975, el Rey Juan Carlos I fue proclamado Rey de España. Arias Navarro, leal a Franco y contrario a los cambios profundos, continuó como Presidente del Gobierno, convirtiéndose en un obstáculo para la reforma. Sin embargo, dentro del gobierno existían partidarios de la reforma. El régimen se enfrentaba a la oposición interna de los sectores inmovilistas y a la creciente presión de la oposición externa.

La dimisión de Arias Navarro y el nombramiento de Torcuato Fernández-Miranda

Se puso en marcha la reforma de las Cortes, y el Rey nombró a Torcuato Fernández-Miranda, su antiguo profesor y hombre de confianza, como Presidente de las Cortes. El Rey no podía destituir a Arias Navarro, pero se esforzó para que presentara su dimisión. Carlos Arias Navarro dimitió en julio de 1976.

La Reforma Política y las negociaciones con la oposición

Adolfo Suárez, un ex falangista y ex ministro Secretario General del Movimiento, fue nombrado Presidente del Gobierno. Este nombramiento no fue bien recibido por los sectores franquistas más inmovilistas. El nuevo gobierno inició un proceso de negociación con las fuerzas de la oposición, buscando una reforma legal que atrajera a la oposición. Se concedió una amnistía a 400 presos políticos, se nombró Vicepresidente al General Gutiérrez Mellado, buscando la neutralidad del ejército, etc.

Como resultado de estas negociaciones, y con el acuerdo del Rey, el Parlamento y el Presidente del Gobierno, se preparó la Ley para la Reforma Política. El 15 de noviembre de 1976 fue aprobada por las Cortes, y el 15 de diciembre de 1976, fue ratificada por el pueblo en referéndum. Los sectores franquistas y de extrema derecha pidieron el voto negativo, mientras que los nacionalistas vascos se abstuvieron.

A partir de entonces, las Cortes serían bicamerales:

  • Congreso: Aplicación de la ley y selección de una lista cerrada de candidatos.
  • Senado: Lista abierta y elección por mayoría simple.

Para completar las elecciones, era necesario legalizar los partidos políticos. Más de 150 partidos fueron legalizados inmediatamente. El PCE, sin embargo, permaneció ilegal, debido a la oposición de la monarquía y del ejército. Se inició un proceso de negociación con las principales fuerzas de la oposición, logrando que aceptaran la reforma y participaran en el referéndum. Las negociaciones culminaron con la convocatoria de elecciones generales en junio de 1977.

Otras medidas incluyeron:

  • La disolución del Tribunal de Orden Público (TOP).
  • Se abrió el derecho de asociación: se legalizaron todos los partidos de extrema izquierda, excepto el PCE y el Partido Carlista. Posteriormente, estas organizaciones también fueron legalizadas.
  • Se suavizaron los términos de la amnistía, permitiendo la liberación de casi todos los presos políticos.
  • Se legalizó la ikurriña.
  • Se pusieron en marcha, de forma provisional, algunas de las antiguas instituciones (Generalitat de Cataluña, Juntas Generales de Bizkaia y Gipuzkoa, por ejemplo).

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