Ascenso y Caída de la Segunda República Española: Un Recorrido Político y Social (1931-1936)

La Proclamación de la Segunda República y sus Primeros Desafíos

La tarde del 14 de abril de 1931, tras conocerse los resultados electorales, se reunía el último gobierno de Alfonso XIII. La Cierva proponía resistir, incluso con violencia, pero el Rey optó por no continuar. Mientras tanto, se reunían los componentes del futuro Gobierno Provisional, se nombraban los altos cargos y se aprobaba el Estatuto Jurídico de la República, por el cual el Gobierno se comprometía a convocar Cortes Constituyentes.

El Gobierno se componía de republicanos, catalanes y socialistas. Eran intelectuales provenientes de la pequeña burguesía, con tres representantes de un partido obrero. El sistema político y económico anterior se había roto o desequilibrado al perder el poder los sectores que lo detentaban secularmente, aunque sin perder los centros de control económico y de riqueza del país.

Los retos eran múltiples: la economía, el Ejército, la Iglesia, el centralismo, el atraso en la enseñanza y la maquinaria estatal. Además, existía el peligro de fuga de capitales y resistencias desde el primer momento.

Los Primeros Decretos del Gobierno Provisional

Aunque se convocaron Cortes Constituyentes, hubo materias inaplazables que requirieron la emisión de decretos urgentes, principalmente en las áreas de trabajo en el campo, Ejército y Educación.

  • Campo: Se estableció la obligatoriedad para los patronos agrícolas de dar trabajo preferentemente a braceros del mismo término municipal. Se crearon Jurados Mixtos para regular el trabajo rural, se instauró la jornada de 8 horas, se prohibió desahuciar a pequeños arrendatarios y se emitió un decreto (transformado en Ley en septiembre) que obligaba al laboreo forzoso. Estas medidas reformistas irritaron a propietarios y patronos. Los propietarios de tipo medio, sin medios para soportar gastos ni inversiones, vieron su situación utilizada por los grandes terratenientes, quienes comenzaron a organizarse en asociaciones muy activas y opuestas a la República.
  • Ejército: Azaña generó un profundo malestar en las filas del Ejército al obligar a jurar fidelidad republicana o pasar a la reserva con el sueldo íntegro. Suprimió la Academia General Militar, dirigida por Franco, y transformó las Capitanías Generales en divisiones orgánicas. Anuló ascensos por méritos de guerra con carácter retroactivo, retrocediendo en el escalafón a varios generales.
  • Educación: Los decretos crearon 6.570 escuelas y 7.000 puestos de maestros, cuyos sueldos aumentaban entre un 20 y un 40%. Se crearon las Misiones Pedagógicas, presididas por Manuel B. Cossío, y 5.000 bibliotecas rurales.

Los Primeros Conflictos

El enfrentamiento más importante fue con la Iglesia. La Acción Católica Nacional Propagandística (ACNP), presidida por Herrera Oria, coincidía con las instrucciones que desde Roma enviaba el Secretario de Estado del Vaticano, el futuro Pío XII, monseñor Pacelli. Se creó Acción Nacional para presentarse a las elecciones a Cortes Constituyentes.

Otra línea, más integrista y vinculada a la extrema derecha, estaba representada por Pedro Segura, cuya Pastoral del 1 de mayo hacía apología del anterior régimen monárquico. En este contexto, irrumpió el anticlericalismo. Se expulsó al obispo de Vitoria y luego al propio cardenal Segura. Tuvo lugar la “quema de los conventos”, episodio que fue más virulento en algunos lugares, como Málaga.

Los mineros asturianos se pusieron en huelga para conseguir la jornada de siete horas.

Las Cortes Constituyentes y la Constitución de 1931

En junio se celebraron elecciones, donde la conjunción republicano-socialista obtuvo mayoría. Solo hubo un monárquico electo, Romanones, frente a 116 socialistas, 56 radical-socialistas, 26 de Acción Republicana, 36 de Ezquerra y 90 radicales.

El proyecto de la Comisión Constitucional proponía disolver las órdenes religiosas y expropiar sus bienes. Azaña intervino, convenciendo a los diputados de actuar solamente sobre la Compañía de Jesús.

La Constitución fue aprobada en diciembre de 1931, y Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la República.

La Crisis del Gobierno Reformista del Primer Bienio (1931-1933)

  • Se promulgó una legislación reformista que preveía la ocupación de propiedades.
  • Se aprobó una ley de divorcio, aunque con escasos efectos.
  • La Ley de Congregaciones de mayo de 1933, votada mayoritariamente, provocó una pastoral colectiva y el apoyo del Papa, sentando las bases de una activísima oposición.
  • La crisis internacional tocó fondo en cuanto a sus efectos, y en España había 600.000 parados (de los que la mitad conseguían trabajos esporádicos).
  • Los sucesos de Casas Viejas dejaron al Gobierno muy debilitado. Parte del PSOE quería abandonar el Gobierno, y los radicales de Lerroux lo atacaban constantemente.
  • La derecha se fortaleció. En marzo de 1933 se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), defensora del catolicismo, que condenaba la reforma agraria, pedía protección arancelaria y la revisión de la Constitución.
  • Radicalización del PSOE. Largo Caballero declaraba: “Ya es hora de que luchemos para convertir el régimen actual en una república socialista, pues hemos cancelado nuestros compromisos con el Gobierno republicano”.

En este ambiente se celebraron las elecciones de 1933, en las que votaban las mujeres, en medio de una fuerte confrontación.

Las Elecciones de 1933 y el «Bienio Negro»

Las elecciones se celebraron el 19 de noviembre, con una participación del 67,5%. Las derechas se presentaron unidas.

El programa de la DERECHA se centraba en:

  1. Revisión de la legislación, incluso de la Constitución.
  2. Defensa en el Parlamento de los intereses económicos del país, reconociendo la agricultura como base de la riqueza nacional.
  3. Amnistía para los delitos políticos (Sanjurjo).

La CNT, el PCE e incluso parte del PSOE amenazaron con la insurrección si la CEDA accedía al poder. Y así ocurrió. Comenzó el segundo bienio, conocido como el “bienio negro”, que intentó frenar o borrar la obra reformista del primer bienio.

Octubre de 1934: La Revolución de Asturias y sus Consecuencias

Gil Robles, en la gruta de Covadonga, en un multitudinario acto, pedía todo el poder. En Asturias, donde las organizaciones obreras habían formado alianzas, se organizaba la huelga general. El 4 de octubre se formó un nuevo Gobierno, presidido por Lerroux, y las consignas de huelga e insurrección se extendieron.

En Madrid se luchaba en los barrios obreros. Los grupos de izquierda armados eran pocos, pero tenían apoyo en las barriadas. Sin embargo, no se consiguieron ocupar los puntos estratégicos: Gobernación y la Central Telefónica.

En Asturias, 40 cuartelillos de la Guardia Civil fueron ocupados por los mineros en diferentes pueblos, y la Unión de Hermanos Proletarios (UHP) se instaló. Dos columnas mineras se adueñaron de Oviedo. Los comités obreros organizaron los servicios para la marcha de la vida: abastecimientos, sanidad, etc. En las principales localidades asturianas se puso en marcha una verdadera revolución social.

En Cataluña, el presidente de la Generalitat proclamó el Estado catalán dentro de una República Federal española, pidiendo que se formara un gobierno paralelo al de Lerroux. En Bilbao, Aragón y otras localidades también hubo levantamientos.

Ante esta situación, el Gobierno, presionado por Gil Robles, entregó a Franco la dirección de la represión. Franco ordenó el traslado de unidades del Tercio y Regulares del norte de África.

La huelga general duró una semana en Madrid, País Vasco y diversas localidades, destacando las cuencas mineras españolas: León, Puertollano, Riotinto, etc. Fue el más vasto movimiento revolucionario conocido hasta entonces en la historia de España.

Se detuvo a la dirección central socialista, e incluso Azaña, que estaba en contra del movimiento revolucionario, fue detenido. En Gijón desembarcaron 2.000 legionarios y regulares para ocupar Asturias. Varios comités revolucionarios cayeron bajo la fuerte represión, que finalizó el 19 de octubre.

Consecuencias de la Revolución de Octubre

  • La derrota acrecentó las posibilidades de un régimen dictatorial. Se produjo la vuelta a los centros de poder de buena parte de la oligarquía desplazada en 1931.
  • La extrema derecha política creó el Bloque Nacional, en el que estaba Calvo Sotelo. El Gobierno radical-cedista permitió que los agentes de ese Bloque penetraran en los centros de poder (Franco como Jefe del Estado Mayor Central, Fanjul y Mola en puestos importantes).
  • Los patronos pasaron a la ofensiva: seleccionaban el personal a contratar, rebajaban los salarios y acababan con otros derechos adquiridos. El Ministro de Trabajo decretó el aumento de la jornada laboral de los metalúrgicos.
  • La represión se saldó con condenas a muerte.
  • La CEDA amenazó al Gobierno si no ejecutaba a los condenados a muerte. La mayoría de los ministros radicales apoyaban el indulto, por lo que la CEDA abandonó el poder, negociando su vuelta a cambio de obtener más ministerios.

La hegemonía del nuevo Gobierno correspondía a las fuerzas de la oligarquía más clásica. La extrema derecha del Ejército se instalaba en los altos mandos, y el acercamiento a la Alemania hitleriana, con la compra de armas, era una realidad.

Mientras, los partidos republicanos captaban el estado de opinión popular y tendían al entendimiento entre las diferentes organizaciones republicanas, entendimiento en el que empezaban a entrar los socialistas y, más tarde, los comunistas. Azaña, ya liberado, participaba en mítines y expresaba la necesidad de unión de las izquierdas. José Díaz, dirigente comunista, estableció la estrategia de los “Frentes Populares” contra el fascismo.

El escándalo del “Estraperlo” desacreditó al gobierno. Dos extranjeros, Daniel Strauss y otro de apellido Perle, habían llegado a España con un juego de ruleta inventado por ellos, cuando el juego estaba prohibido. Cuando las autoridades cerraron el negocio, Strauss escribió al presidente de la República, mostrándole las sumas de dinero que había dado a varios miembros del Gobierno, radicales, incluido el hijo de Lerroux. Este escándalo mostró la corrupción de los radicales. El Presidente Alcalá Zamora les pidió la dimisión, y se formó un nuevo Gobierno de centro, sin base en la que apoyarse.

El Frente Popular y las Elecciones de 1936

En 1936 se convocaron elecciones. Tanto las derechas como las izquierdas elaboraron programas mínimos para unir fuerzas para el 16 de febrero, fecha de las elecciones.

Programa del Frente Popular

El 15 de enero se llegó al Pacto del Frente Popular, con un programa que consistía en:

  • Amnistía para los presos revolucionarios.
  • Reintegración de los presos a sus puestos de trabajo.
  • Puesta en vigor de la Reforma Agraria.
  • Restablecimiento del Estatuto de Cataluña.
  • Ley de Orden Público.
  • Rectificación de las leyes laborales del “bienio negro”.

Firmaban organizaciones republicanas, socialistas y comunistas.

Elecciones de Febrero de 1936

Las izquierdas iban unidas en candidaturas de Frente Popular. Las derechas formaban sus frentes, “frente contra la revolución y sus cómplices”, encabezados por la CEDA, el Bloque Nacional y, en ciertos lugares, con la Lliga, radicales y centristas. Falange no entraba en esos frentes porque pedían demasiados candidatos. En el País Vasco, la lucha era a tres: Frente Popular, Derecha y Partido Nacionalista.

Participó el 72% del electorado. El Frente Popular ganaba en las grandes ciudades. Hubo intentos por parte de Gil Robles y de Franco para que se declarase el estado de guerra.

El Frente Popular triunfó en las aglomeraciones urbanas e industriales, y en zonas de latifundio andaluz y extremeño. La derecha, en ambas Castillas.

Evolución del Gobierno del Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil

Se aplicaron las reformas del “primer bienio”: se liberaron los presos, se abrió el Parlamento catalán y se restableció su autonomía, se reeligió a Companys, y se propuso elaborar el Estatuto Vasco. Se suspendieron los juicios de desahucio contra aparceros y arrendatarios. Un decreto permitió que los yunteros extremeños volvieran a utilizar las tierras como antes. El Instituto de Reforma Agraria fue autorizado a expropiar cualquier finca “de utilidad social”.

La violencia callejera a manos de grupos de extrema derecha, particularmente de Falange, era una realidad. Militares como Mola, Varela, Franco o Saliquet acordaban un alzamiento que restableciera el orden y el prestigio internacional.

En el ámbito laboral, UGT trataba de apoyar al Gobierno y evitar enfrentamientos sociales. Pero la CNT, con sus reivindicaciones en cada fábrica o taller, desbordaba la acción de UGT.

La conflictividad agraria crecía: presión de los trabajadores y resistencias de los patronos. El Parlamento destituyó al presidente Alcalá Zamora y se nombró a Azaña.

Se preparaba un golpe de Estado militar para abril, que se pospuso. Desde finales de abril, Mola, trasladado a Pamplona, se dedicó a preparar el golpe definitivo.

El clima de violencia se agravaba. Cuando el Estatuto Vasco casi estaba aprobado y se planteaba el Gallego, a finales de junio, ya se organizaban los detalles del golpe. El 12 de julio, un grupo de extrema derecha mató al teniente de Asalto José del Castillo. Como respuesta, un grupo de guardias de Asalto, con un capitán de la Guardia Civil, asesinaron a Calvo Sotelo. Este acontecimiento parece adelantar el golpe del 18 de julio, dando comienzo la Guerra Civil.

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