El Plan Marshall
El Plan Marshall fue una iniciativa de Estados Unidos destinada a promover la recuperación económica de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Se implementó a través de:
- Otorgamiento de préstamos a bajo interés para la industria.
- Envío gratuito de artículos de primera necesidad desde América hacia Europa.
La asistencia de EE. UU. tuvo objetivos tanto políticos como económicos:
- Objetivo político principal: Detener el posible avance del comunismo.
- Objetivo económico: Recuperar Europa como un mercado para colocar su producción.
La “Edad de Oro” del Capitalismo
En la posguerra, la mayoría de los países capitalistas experimentaron una fuerte expansión económica. Estados Unidos mantuvo su ritmo de crecimiento, mientras que los países industrializados de Europa Occidental reconstruyeron sus economías e incrementaron los niveles de producción e inversión.
La expansión económica capitalista se basó en la consolidación de poderosas empresas transnacionales que controlaban la producción y el intercambio comercial de forma monopólica.
La actividad industrial se orientó a la “producción en gran escala” de bienes y servicios destinados al “consumo en masas”.
El Estado de Bienestar
Se crearon mecanismos en la mayoría de los países capitalistas que garantizaron el consumo de los sectores obreros y medios. Estos mecanismos incluían:
- Seguros de desempleo.
- Leyes de salarios mínimos.
- Extensión de un sistema de seguridad social.
Estas políticas, inspiradas en las ideas económicas keynesianas, no solo buscaron atenuar los efectos de la crisis capitalista, sino también reforzar el desarrollo industrial.
Los Gobiernos Socialdemócratas y el “Compromiso de Clases”
Durante los primeros años del siglo XX y hasta la Primera Guerra Mundial, los partidos socialdemócratas incrementaron su caudal electoral y llegaron a formar parte de los gobiernos de algunos países de Europa Occidental.
Para captar un electorado más amplio, los partidos socialistas abandonaron gradualmente la idea marxista de representar exclusivamente a la clase obrera.
La aplicación de políticas keynesianas permitió a los gobiernos socialdemócratas:
- Regular el funcionamiento de la economía capitalista y evitar crisis.
- Mantener el pleno empleo de los factores productivos.
- Atenuar las desigualdades provocadas por el capitalismo de libre mercado a través de políticas orientadas a asegurar el bienestar de los trabajadores y de la población en general.
Estas fueron las bases del llamado “compromiso de clases” entre los asalariados y los capitalistas, que contribuyó a la consolidación y expansión de la economía capitalista durante la “edad de oro” después de la Segunda Guerra Mundial.
El Ascenso de Perón
Por su influencia dentro del ejército, Perón pudo haber ocupado cargos de gran relevancia, pero inicialmente eligió el Departamento Nacional de Trabajo. Este organismo, de escasa importancia, reflejaba el lugar que ocupaba la política laboral para los gobiernos conservadores. Perón lo transformó en la Secretaría de Trabajo y Previsión, desde donde comenzó a desarrollar una intensa tarea destinada a captar la voluntad política de los sectores asalariados.
Perón logró:
- Promulgar leyes de jubilación para todos los gremios.
- Decretar las vacaciones pagas y el aguinaldo.
- Reglamentar la jornada de 8 horas.
- Sancionar el Estatuto del Peón (protección de los derechos del trabajador rural), enfrentando el poder de los grandes terratenientes.
Se aseguraba el apoyo de los sectores obreros y convenció a los dirigentes del gobierno y a los empresarios de las ventajas de un plan político basado en una “alianza de clases”.
Sus propuestas económicas se basaban en el keynesianismo, planteando que para aumentar la producción y el consumo era necesario apoyar a los empresarios nacionales y aumentar los sueldos de los trabajadores.
En 1945, miles de trabajadores del cordón industrial del Gran Buenos Aires acudieron a la Plaza de Mayo aclamando a Perón. El gobierno, desconcertado, cedió a la presión popular. La imagen de Perón con los brazos en alto ante sus partidarios se repetiría como símbolo de su poder de comunicación con las masas.
En 1946, se celebraron las primeras elecciones sin fraude desde 1928, en las que triunfó la fórmula Perón-Quijano. El nuevo gobierno contaba con casi dos tercios de la Cámara de Diputados, la mayoría de los puestos del Senado y las gobernaciones provinciales.
La Verticalización Política y Sindical
Los sindicatos, bases del Partido Laborista, fueron decisivos para el triunfo electoral de Perón.
En consecuencia, Perón disolvió el Partido Laborista y destituyó al secretario general de la CGT, acusado de “imperialista yanqui”.
La sindicalización y la legalización de los derechos del trabajador durante este periodo fueron fundamentales para la incorporación de la clase obrera a la política nacional.