Economía Mundial en el Periodo de Entreguerras: Crisis y Transformaciones (1914-1945)

Después de la guerra, la reestructuración de la deuda se convirtió en un problema central, marcado por acuerdos complejos. En este periodo de transición, la hegemonía política residía en los países europeos, mientras que la hegemonía económica se desplazaba hacia EE. UU., aunque este último no era plenamente reconocido como potencia.

La Primera Guerra Mundial concluyó con la solicitud de armisticio por parte de Alemania en noviembre de 1918. Entre enero y junio de 1919, se negoció el Tratado de Versalles, que impuso una comisión de reparaciones extremadamente alta a Alemania. Las condiciones eran tan severas que amenazaban con el colapso alemán, lo que a su vez sumiría a Europa en una profunda crisis. El Tratado de Versalles, con su humillante imposición, sentó las bases para el auge del nazismo.

Las deudas interaliadas ascendieron a 26.500 millones de dólares, que debían ser devueltos a EE. UU. Sin embargo, la falta de acuerdo entre los aliados llevó a que se exigiera a Alemania el pago de 33.000 millones de dólares, una deuda que no terminaría de saldar hasta 1998. Esta situación, entre otros factores, condujo a la hiperinflación alemana, que devastó la economía del país en 1923. La situación en 1918/19 hizo inviable el retorno al patrón oro tradicional, pero propició la adopción de un nuevo sistema de patrón cambios de oro, que reconocía los dólares como equivalentes al oro.

Esta política resultó en una gran concentración de reservas de oro en EE. UU. y, dado que la mayoría de los países poseían dólares, el crac del 29 tuvo un impacto devastador a nivel mundial. Además, en 1918 se produjo un grave problema de sobreproducción, resultado de cuatro años de economía enfocada en el esfuerzo bélico. Paralelamente, se experimentó una transformación tecnológica con la implantación del fordismo y las cadenas de montaje. En respuesta a la crisis, cada país adoptó políticas de sustitución de importaciones, proteccionismo y nacionalismo, buscando evitar la economía internacional.

El Crac del 29

El crac del 29 marcó la primera gran crisis que afectó directamente al corazón del sistema económico de EE. UU., en lugar de a su periferia. La intensidad de la caída y la duración de la crisis la convirtieron en un evento singular, una interrupción sin precedentes del proceso económico normal y la primera gran crisis del sistema capitalista. No obstante, la economía estadounidense ya mostraba signos de agotamiento desde el verano de 1928.

La bolsa se convirtió en un atractivo destino para los ahorros en EE. UU. a partir de 1926. En estos años, surgió el apalancamiento financiero, un mecanismo que permitía obtener beneficios fáciles mediante la adquisición de activos a través de créditos, utilizando el propio activo como aval. El principal activo en este contexto era la vivienda. La crisis se agravó cuando la gente comenzó a perder no solo lo que tenía, sino que también se encontró debiendo el valor del aval, que había perdido su valor. El pánico se desató cuando se extendió el rumor de que los activos no valían lo que se decía, y los bancos comenzaron a reportar malos resultados en otoño de 1929, culminando con el «Black Tuesday» el 24 de octubre.

En respuesta, el gobierno norteamericano acordó órdenes de compra masiva para el viernes, buscando restaurar la confianza. Sin embargo, el lunes siguiente, las sesiones bursátiles experimentaron un derrumbe constante. La bolsa continuó su caída (interrumpida solo por rebotes de gato) desde octubre de 1929 hasta julio de 1932, cuando alcanzó su punto más bajo, arrastrando consigo a la economía en general.

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Empresas solventes y no solventes quebraron, y el sector bancario desapareció, cortando las líneas de crédito y paralizando el mercado interbancario. Se produjo una repatriación masiva de dólares en todo el mundo. El gobierno norteamericano, de corte liberal, inicialmente optó por dejar que el sistema económico se recuperara por sí solo.

Esta política condujo a una crisis en la que el PIB de EE. UU. cayó un 30%, los precios se desplomaron otro 30% y el desempleo alcanzó el 25% de la fuerza laboral. Fue una crisis marcada por el desempleo y la deflación. Un total de 4267 bancos cerraron en EE. UU. Esta situación provocó un giro en la política económica con la implementación del «New Deal» en 1940, un programa de regulación e intervención estatal en la economía. Por primera vez, el Estado se convirtió en socio de los bancos para facilitar su reapertura. Aunque estas medidas crearon nuevos desafíos, eran necesarias para abordar la crisis. En 1937/1938, la economía mundial comenzó a recuperarse, impulsada por el rearme militar ante la inminencia de una nueva guerra.

Introducción al Periodo de Entreguerras (1914-1945)

El periodo comprendido entre 1914 y 1945 (periodo de entreguerras) se caracterizó por una alta volatilidad, incertidumbre e inestabilidad en la economía internacional. Tras la Primera Guerra Mundial, el sistema económico internacional no logró recuperar la normalidad de 1913, es decir, no se restableció el proceso de internacionalización. A excepción de los felices años 20, que representaron un breve repunte económico principalmente en EE. UU., Europa experimentó una serie de dificultades que culminaron con el crac del 29. Esta fue una época de gran agitación económica, política, institucional y social, que finalmente condujo a la Segunda Guerra Mundial.

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