La Lucha por el Sufragio Femenino en España
Durante el siglo XIX, las mujeres españolas, al igual que en el resto del mundo industrializado, evidenciaron la contradicción de que la igualdad política, la libertad y la justicia social, consideradas derechos inalienables y universales, se reservaban solo para los hombres. A principios del siglo XX, se iniciaron pasos para obtener la igualdad legal entre ambos sexos, que sería sancionada en 1931 por la Constitución republicana.
La Segunda República y los Derechos de la Mujer
Tras las elecciones municipales de abril de 1931, la proclamación de la II República y el exilio del rey Alfonso XIII, se constituyó un Gobierno Provisional republicano. Este gobierno convocó elecciones para Cortes Constituyentes (junio de 1931), de las que salió triunfadora una coalición de republicanos y socialistas, con Aniceto Alcalá Zamora como jefe de Gobierno. La principal labor de estas Cortes fue la elaboración de una nueva constitución.
La República reconoció un nuevo estatus social y político a las mujeres, posibilitando una mayor participación en la vida política (derecho al sufragio, ley del divorcio, coeducación). Su aprobación, aunque no contó con el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas, sí obtuvo una amplia mayoría. Las discrepancias más importantes se centraron en las cuestiones religiosa y autonómica, provocando la dimisión de los ministros católicos y el nombramiento de Manuel Azaña como Jefe del Gobierno.
Las discusiones para la redacción de la Constitución fueron intensas, especialmente en lo referente a la igualdad de derechos y el sufragio femenino. Clara Campoamor, abogada, fue la principal defensora del sufragio femenino. Logró que el artículo 25 estableciera: «No podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas, ni las creencias religiosas».
Finalmente, se recogió el derecho universal al voto. La Constitución española de 1931, muy avanzada para su tiempo, tuvo una fuerte carga democrática y progresista, reconociendo una amplia lista de derechos.
Las Elecciones de 1933 y el Frente Popular
Las primeras elecciones en las que participaron las mujeres fueron las de 1933. Desde las fuerzas progresistas, se culpó a las mujeres de la victoria de la derecha. Sin embargo, esta era una conclusión superficial. Aunque una parte del electorado femenino pudo influir en el resultado, la suma de los votos de izquierda superaba a los de los conservadores. El problema principal residía en la estrategia y la unidad de la izquierda, como se demostró en las elecciones de febrero de 1936 con el triunfo del Frente Popular.
El Origen y Evolución del Nacionalismo Vasco
El nacimiento del nacionalismo vasco surgió a finales del siglo XIX, centrándose inicialmente en Bizkaia, aunque posteriormente incluyó en su reivindicación a todas las provincias con población vasca. Los elementos en que se basaba la nacionalidad vasca eran: la raza, la religión, la lengua, la ley, el carácter y las costumbres.
Los Planteamientos de Sabino Arana
El nacionalismo vasco nació sobre dos planteamientos políticos: la recuperación de los fueros abolidos en 1876 y la oposición al modelo de sociedad industrial que estaba acabando con el modelo rural tradicional, especialmente ante la «invasión maketa» (inmigrantes) en Bizkaia.
El impulsor de este nacionalismo fue Sabino Arana, quien defendía:
- La ruptura de todo vínculo con España y la proclamación de la independencia.
- La defensa de la sociedad tradicional.
- El rechazo de la industrialización y la inmigración.
- La necesidad de independencia política para preservar los valores de la sociedad vasca.
Según Arana, la independencia política preservaría a la sociedad vasca de los males del mundo moderno (laicismo, inmigrantes, industrialización, etc.). Desde una perspectiva fuerista tradicional, recogió y dio coherencia a estas ideas, depurándolas.
La Fundación del Partido Nacionalista Vasco (PNV)
Sabino Arana inició su vida política en 1893. En 1894, creó la primera sociedad política nacionalista, Euzkaldun Batzokija. El 31 de julio de 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) con una declaración antiespañola y la voluntad de restaurar el orden jurídico tradicional.
Evolución y Tensiones Internas
Inicialmente, el nacionalismo no consiguió gran apoyo, limitándose a la pequeña burguesía bilbaína tradicionalista. Más adelante, se incorporó el grupo liberal fuerista de la Sociedad Euskalerria, liderado por Ramón de la Sota. Esta incorporación aportó influencia, prestigio social, moderación política y amplió las bases hacia una burguesía más moderna e industrial.
Esto mejoró los resultados electorales del PNV en Bizkaia (1898-1899, Diputación y Bilbao). Sin embargo, surgió una tensión interna entre los defensores de la independencia y los partidarios de la autonomía dentro del estado español.
La Muerte de Sabino Arana y la Escisión de 1910
En 1903 murió Sabino Arana, pero el nacionalismo y el PNV continuaron su expansión, convirtiéndose en una de las principales corrientes políticas del País Vasco en los años 30. En 1910, el PNV sufrió una escisión: el grupo Askatasuna, más progresista y favorable a un nacionalismo laico y republicano, se separó. Este grupo no tuvo éxito hasta la Segunda República, cuando se fundó EAE-ANV (Acción Nacionalista Vasca).