El Carlismo: Orígenes, Ideología y Guerras en la España del Siglo XIX
Bases Legales de la Sucesión al Final del Reinado de Fernando VII
Al final del reinado de Fernando VII, la sucesión al trono español se encontraba en un punto crítico debido a la existencia de dos normativas contrapuestas:
- Ley Sálica (promulgada por Felipe V): Establecía la preferencia de los varones en la línea sucesoria, impidiendo el reinado de mujeres.
- Pragmática Sanción (elaborada durante el reinado de Carlos IV): Revocaba la Ley Sálica, permitiendo la sucesión femenina al volver al Código de las VII Partidas.
Esta situación generó una fuerte oposición carlista a la monarquía isabelina, desencadenando una serie de conflictos armados.
El Conflicto Dinástico y la Confrontación Ideológica
Las Guerras Carlistas no solo fueron un conflicto dinástico, sino también un enfrentamiento entre dos ideologías opuestas:
- Carlistas: Partidarios de Carlos María Isidro como rey, defendían un programa basado en:
- Inmovilismo y oposición a las reformas liberales.
- Defensa del Antiguo Régimen y la monarquía absoluta.
- Tradicionalismo católico.
- Defensa del foralismo vasco-navarro.
- Liberales: Apoyaban a la regente María Cristina y a la futura reina Isabel II, y defendían los principios liberales:
- Constitución e igualdad ante la ley.
- Prácticas capitalistas y liberalización de la economía.
Apoyos Sociales y Geografía del Carlismo
El carlismo encontró apoyo principalmente en:
- Parte del clero rural.
- Pequeña nobleza agraria.
- Pequeño campesinado.
- Sectores del ejército y del artesanado.
Geográficamente, el carlismo predominó en zonas rurales del País Vasco, Navarra, y parte de Cataluña, Aragón y Valencia.
Las Guerras Carlistas: Un Conflicto Prolongado
El conflicto carlista se materializó en tres guerras a lo largo del siglo XIX:
- Primera Guerra Carlista (1833-1840).
- Segunda Guerra Carlista (1846-1849).
- Tercera Guerra Carlista (1873-1876).
Todas ellas fueron ganadas por los liberales.
Contexto Histórico: La Sucesión de Fernando VII
El 18 de mayo de 1829, la tercera esposa de Fernando VII falleció sin dejar descendencia. Para asegurar su sucesión, el rey contrajo matrimonio nuevamente el 9 de diciembre de 1829 con María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.
La sucesión dinástica, regulada por el Nuevo Reglamento para la Sucesión (1713), o «Ley Sálica», favorecía a los varones. Carlos IV, padre de Fernando VII, había propuesto una modificación aprobada por las Cortes el 30 de septiembre de 1789: la Pragmática Sanción. Esta restauraba el Código de las VII Partidas, permitiendo reinar a la hija mayor en ausencia de varón. Sin embargo, esta normativa no se publicó, careciendo de validez legal. Por lo tanto, el sucesor sería D. Carlos, hermano de Fernando VII.
En abril de 1830, con María Cristina embarazada, Fernando VII ordenó la publicación de la Pragmática Sanción, excluyendo a Don Carlos de la sucesión. En octubre de 1830, nació Isabel, hija de Fernando VII.
La oposición a la monarquía de Isabel II, conocida como Carlismo, se consolidó entre 1830 y 1833. Tras la muerte de Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, el país se enfrentó a la Primera Guerra Carlista, defendiendo las tropas de D. Carlos la sucesión y el absolutismo.
Desarrollo de la Primera Guerra Carlista (1833-1840)
La Primera Guerra Carlista fue una guerra civil que enfrentó a dos bandos:
- Carlistas: Liderados por Carlos María Isidro, defendían la monarquía absoluta, el tradicionalismo católico y el foralismo vasco-navarro (instituciones de autogobierno, exenciones fiscales y de quintas). Su ideología se resumía en «Dios, Patria y Rey».
- Liberales: Apoyaban a la regente María Cristina y a Isabel II, promoviendo los principios del liberalismo político, económico y social, ya manifestados en las Cortes de Cádiz: Constitución, monarquía constitucional, igualdad ante la ley y liberalización económica.
El bando carlista estaba compuesto por opositores a la revolución liberal: pequeños nobles rurales, parte del clero, campesinos y artesanos de ciertas zonas, amenazados por el liberalismo. También contó con el apoyo de parte del ejército y la jerarquía eclesiástica. El carlismo tuvo mayor arraigo en zonas rurales del País Vasco, Navarra, y parte de Cataluña, Aragón y Valencia, aunque las principales ciudades de estas regiones (Bilbao, Pamplona, San Sebastián) se mantuvieron leales a los liberales.
El Reinado de Isabel II: Minoría de Edad y la Implantación del Liberalismo (1833-1843)
El reinado de Isabel II se divide en tres etapas principales:
- Regencia de María Cristina (1833-1840).
- Regencia de Espartero (1840-1843).
- Reinado efectivo de Isabel II (mayoría de edad, 1843-1868).
Este periodo (1833-1868) se caracterizó por la implantación del sistema liberal en España, en constante lucha contra el carlismo. Durante este tiempo, se desarrollaron la primera y segunda guerras carlistas. El reinado estuvo marcado por una gran inestabilidad política y una fuerte presencia militar. Los pronunciamientos, levantamientos militares contra el gobierno, eran frecuentes. Destacaron los generales Espartero, Narváez, O’Donnell, Serrano y Prim. Durante la minoría de edad de Isabel II, Espartero y Narváez fueron las figuras políticas más relevantes.