España en el siglo XIX: De la Guerra de Independencia al Sexenio Democrático

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

Tras la derrota de las tropas españolas por Francia, se produjo un cambio de estrategia. Manuel Godoy, ministro de Carlos IV, optó por una alianza con Napoleón para enfrentarse a Inglaterra, el principal enemigo de Francia. Con la firma del Tratado de Fontainebleau (1807), se permitió el paso de las tropas francesas por España para invadir Portugal, aliado de los británicos.

En 1808, se llevó a cabo el Motín de Aranjuez, que reclamaba la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV. Como consecuencia, el rey renunció en favor de su hijo, Fernando VII. Napoleón atrajo a Bayona a Carlos IV y a Fernando VII para obligarlos a abdicar en favor de José Bonaparte, quien accedió al trono como José I (1808-1813).

El 2 de mayo de 1808 se inició el conflicto conocido como Guerra de la Independencia, cuando el pueblo de Madrid se levantó contra las tropas francesas. A partir de este momento, se organizaron Juntas locales y provinciales de defensa para enfrentarse a los franceses. Contaban con el apoyo de los ingleses, y la primera línea de actuación la ejercieron las guerrillas, formadas por soldados no profesionales bajo dirección militar. El conocimiento del terreno y cierta información privilegiada les permitieron enfrentarse con éxito a los franceses.

Tras varios años de guerra, Napoleón reconoció su derrota y firmó en 1813 el Tratado de Valençay, que puso fin al conflicto.

Fases de la Guerra de la Independencia

  • Resistencia popular (1808)
  • Ofensivas francesas (1808-1812)
  • Victoria anglo-española (1812-1814)

La Primera Revolución Liberal: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Las abdicaciones de Bayona dejaron un vacío de poder, ya que José I no fue aceptado por los españoles. En 1810, la Junta Suprema Central convocó una reunión de Cortes en Cádiz, el único territorio no ocupado por los franceses. Allí acudieron representantes que, en su mayoría, defendían las nuevas ideas del liberalismo, imponiéndose a las opiniones más absolutistas.

La primera decisión tomada por las Cortes fue revolucionaria. La nueva cámara se estableció como representante de la nación española y redactó una Constitución, aprobada en 1812, que reflejaba los principios básicos del liberalismo político. Las Cortes de Cádiz también aprobaron leyes para abolir el Antiguo Régimen.

Opciones políticas de los españoles durante la Guerra de Independencia

  • Afrancesados: Intelectuales, altos funcionarios y parte de la nobleza que colaboraban con José I.
  • Patriotas: Agrupaban a los que se oponían a la invasión y deseaban el regreso de Fernando VII. Se dividían en absolutistas y liberales.

Conceptos clave

  • Soberanía Nacional: Concepto que otorga todo el poder de la nación a los ciudadanos.
  • División de Poderes: Forma de estructura organizativa de los estados basada en el reparto de los poderes de decisión y control en tres ámbitos: legislativo, ejecutivo y judicial.
  • Regente: Persona designada para gobernar un estado porque el monarca es menor de edad o está incapacitado.

El Reinado de Fernando VII (1814-1833)

Fernando VII, llamado «el Deseado», llegó a España en 1814. Entre las personas que deseaban su regreso como rey legítimo había distintas aspiraciones:

  • Los liberales estaban convencidos de que gobernaría según los principios de la Constitución, haciendo de España un país moderno y liberal.
  • Los absolutistas esperaban la restauración del Antiguo Régimen y la monarquía absolutista.

Sexenio Absolutista (1814-1820)

Fernando VII, convencido de la debilidad de los liberales, clausuró las Cortes, anuló la Constitución y gobernó como un monarca absoluto durante seis años. Esta vuelta al Antiguo Régimen tuvo dos tipos de consecuencias: un retorno al pasado y un freno al futuro.

Todo ello empeoró el atraso social, económico y político de España. También fortaleció a la aristocracia frente a la burguesía, privando al país de un colectivo fundamental para adoptar cambios que en otros lugares de Europa ya se habían emprendido. Fernando VII persiguió tenazmente a los liberales, y muchos tuvieron que exiliarse para evitar la represión. Los opositores organizaron múltiples pronunciamientos, gracias al apoyo de los sectores más liberales del ejército, para forzar al rey a acatar la Constitución. Todos ellos fracasaron, fueron reprimidos y sus dirigentes o colaboradores, ejecutados o encarcelados.

Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820 triunfó un pronunciamiento protagonizado por el coronel Riego en Cabezas de San Juan. El rey fue obligado a jurar la Constitución y se recuperaron las libertades perdidas. Se inauguró así el Trienio Liberal, durante el cual el país se debatió entre dos modos de entender el liberalismo:

  • Liberales moderados: Partidarios de reformas de poco calado que permitieran ganarse la simpatía y aprobación de los absolutistas.
  • Liberales exaltados: Que ansiaban cambios más radicales, orientados incluso a la sustitución de la monarquía por una república.

Las diferencias fueron zanjadas en 1823 con la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis (un ejército de voluntarios franceses) que repuso a Fernando VII como rey absoluto.

Década Ominosa (1823-1833)

Tras el Trienio Liberal, Fernando VII recobró su poder absoluto y la senda del Antiguo Régimen. Sin embargo, sus gobiernos tuvieron que hacer frente a varios problemas que deterioraron la monarquía:

  • Una grave crisis económica: La guerra contra los franceses había debilitado la economía y dejado la Hacienda en bancarrota. Era imprescindible una reforma fiscal que obligara a los privilegiados a pagar impuestos, pero ellos eran defensores del absolutismo y el rey no podía oponerse a sus intereses.
  • Una guerra colonial: El descontento de la burguesía criolla americana, que veía a España como un freno para su economía, impulsó los movimientos independentistas que consiguieron el apoyo de indios y mestizos.
  • Un conflicto sucesorio: Al no haber tenido hijos varones, el rey vio comprometida su sucesión por la Ley Sálica, que establecía que el heredero de la corona debía ser varón.

Ante esta situación, en 1830 el monarca optó por hacer pública la Pragmática Sanción (que permitía que su hija Isabel pudiera heredar la corona frente al aspirante legal, el hermano del rey). Así surgió una fractura entre:

  • Los absolutistas: Partidarios del hermano del rey, de las tradiciones y de la monarquía absoluta.
  • Los liberales: Que, desde una posición más progresista, vieron en el apoyo a la hija del rey la posibilidad de conseguir una monarquía parlamentaria.

Esta fractura puso el germen de una guerra civil entre los partidarios de uno y otro pretendiente al trono.

El reinado de Isabel II (1833-1868): La consolidación de la monarquía liberal

Desde 1833 hasta 1839, España vivió una guerra carlista tras el fallecimiento de Fernando VII. Su hija Isabel fue nombrada reina, pero el gobierno recayó en una regente, su madre María Cristina, que ejerció el poder durante el periodo 1833-1840. Su tío Carlos, al no poder reinar, declaró la guerra ese mismo año. Tras siete años de lucha, obtuvieron la victoria los isabelinos. El artífice de la victoria fue el general Espartero, que firmó la paz con el Abrazo de Vergara (1839), en el que se fundió con su rival carlista Maroto, mientras Carlos optaba por el exilio en Francia.

La intención de María Cristina era prolongar el absolutismo, pero, al tener que contar con los liberales como aliados frente al carlismo, buscó el apoyo del liberalismo moderado.

En 1836, el Motín de la Granja llevó a María Cristina a entregar el gobierno a los progresistas, que iniciaron la tarea de poner fin al absolutismo y al Antiguo Régimen. Entre las medidas destacaron:

  • La aprobación de la Constitución de 1837, que dividió los poderes y estableció la soberanía nacional y el voto censitario.
  • Con el fin de mejorar la Hacienda, se realizó la desamortización (expropiación de los bienes de la Iglesia, es decir, que algunos de los bienes pasaron a ser del Estado) de las propiedades ordenada por el ministro Mendizábal en 1836.
  • Para liberalizar la propiedad agraria, se llevó a cabo la disolución del régimen señorial, la desvinculación de la propiedad y la supresión de los diezmos de la Iglesia.
  • El resto de medidas abrieron el paso hacia una economía capitalista y de libre mercado.

En 1837, los moderados accedieron al gobierno, apoyados por María Cristina, para dar un giro conservador a la revolución liberal. El apoyo de la regente incitó un movimiento progresista en su contra, y dimitió en 1840. Se nombró regente a Espartero (progresista). En 1843 se produjo un pronunciamiento de los moderados contra Espartero, el cual dimitió, y se nombró a Isabel II reina de España.

Con el gobierno de Narváez arrancó la Década Moderada (1844-1854), que dio una orientación conservadora y centralista al sistema liberal español. Se creó la Guardia Civil para controlar el medio rural. En 1845 se aprobó una nueva Constitución (conservadora) que restringía los derechos y las libertades. (2ª Guerra Carlista)

Desde 1854 hasta 1856, se produjo un Bienio Progresista tras un pronunciamiento militar contra la camarilla del gobierno. Entre las reformas económicas, que fueron su obra más duradera, destacaron una nueva desamortización, impulsada por Madoz, y una ley de ferrocarriles.

Unión Liberal: La última etapa del reinado de Isabel II (1856-1868) fue de alternancia en el gobierno entre los moderados y los liberales. Los moderados gobernaron con mucha represión, por lo que los progresistas se inclinaron hacia la República. Los progresistas, unionistas, demócratas y republicanos se unieron contra la corona de Isabel II, y en 1868 la «Revolución Gloriosa» provocó su exilio.

El Sexenio Democrático (1868-1874): Causas de su fracaso

En septiembre de 1868, la Revolución Gloriosa fue conducida por la monarquía para derrocar a Isabel II y democratizar el sistema político. La revolución se inició con un pronunciamiento militar llevado a cabo por los generales Prim y Serrano. La reina Isabel II fue vencida en la batalla de Alcolea y se exilió con su hijo.

Gobierno Provisional (1868-1870)

Fue presidido por Serrano. Se convocaron unas Cortes que redactaron una nueva Constitución, aprobada en 1869. En ella se recuperaba la soberanía nacional y el sufragio universal masculino, y se estableció la monarquía constitucional. Tras la búsqueda de un rey, se eligió a Amadeo de Saboya.

La Monarquía de Amadeo de Saboya (1870-1873)

Era un monarca democrático y progresista. Inició la recuperación económica y democrática de España. Parte de la población no lo quería por ser extranjero. Tenía en contra a la Iglesia y a la nobleza, siendo leales a los Borbones. Amadeo de Saboya hizo frente a los siguientes problemas:

  1. Los carlistas proclaman rey a Carlos VII y se inicia la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
  2. Se produjo una revolución y posterior guerra en Cuba (1868-1878).

En conclusión, Amadeo de Saboya renunció a la corona y volvió a su país.

La Primera República (1873-1874)

Se proclamó tras la renuncia de Amadeo. Su brevedad se debe a las divisiones entre moderados, intransigentes y unionistas o federalistas. En 1873, algunas ciudades se declararon independientes, y en 1874 el golpe de Estado del general Pavía otorgó el poder al general Serrano, terminando con la República.

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