El Sexenio Democrático y los Inicios de la Restauración (1868-1875)
El periodo conocido como Sexenio Democrático (1868-1874) marca un paréntesis en la historia de España, separando el reinado de Isabel II del inicio de la Restauración Borbónica (1875-1931). La Revolución de 1868, conocida como «La Gloriosa», depuso a los Borbones, pero no alteró significativamente el «bloque de poder». Los mismos sectores que impulsaron la revolución, al ver que sus intereses no cambiaban, eventualmente prepararon el retorno de la monarquía borbónica.
La Constitución de 1869 y el Reinado de Amadeo I
Las Cortes se enfrentaron al desafío de redactar una nueva constitución. La Constitución de 1869 se considera la primera constitución democrática en la historia de España. Paralelamente, el Gobierno buscó un nuevo rey, y en octubre de 1870, Amadeo de Saboya fue elegido.
Sin embargo, el reinado de Amadeo I fue breve y convulso. La inestabilidad política, agravada por la conspiración de Cánovas del Castillo para restaurar a los Borbones, culminó con la abdicación de Amadeo el 11 de febrero de 1873.
La I República Española (1873-1874)
Tras la abdicación, el Congreso y el Senado se constituyeron en Asamblea Nacional y proclamaron la I República Española. Esta República nació de una frágil alianza entre radicales y republicanos unitarios. Las disputas internas entre federalistas y unitarios, junto con una crisis política generalizada, marcaron un periodo de gran inestabilidad. En apenas once meses, se sucedieron cuatro presidentes: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
El 3 de enero de 1874, el general Manuel Pavía, capitán general de Madrid, disolvió el Congreso mediante un golpe de Estado. El general Serrano asumió el poder ejecutivo, dejando al país en un vacío legislativo, ya que la Constitución de 1869 quedó en suspenso y la de 1873 no llegó a promulgarse. Esta situación creó un clima propicio para la unión de las fuerzas que deseaban el regreso de los Borbones.
La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista (1875-1931)
El Manifiesto de Sandhurst y el Retorno de Alfonso XII
Alfonso XII, hijo de Isabel II, había recibido la legitimidad dinástica en junio de 1870, cuando su madre abdicó en él. Su formación tuvo lugar en la corte austriaca y en la academia militar inglesa de Sandhurst. El 1 de diciembre de 1874, Alfonso XII presentó su programa político en el Manifiesto de Sandhurst.
El Sistema Canovista: Turnismo y Caciquismo
El arquitecto del nuevo sistema político fue Antonio Cánovas del Castillo. Su objetivo era establecer un sistema bipartidista que garantizara la alternancia en el poder entre dos fuerzas políticas leales al monarca:
- El Partido Conservador, liderado por el propio Cánovas, representaba a la aristocracia financiera y latifundista, así como a las clases medias clericales.
- El Partido Liberal (inicialmente llamado Partido Fusionista), dirigido por Práxedes Mateo Sagasta, tenía su base social en los sectores industriales y las clases medias intelectuales.
La Constitución de 1876 consagró este sistema, conocido como turnismo. El rey actuaba como árbitro, regulando la alternancia entre los dos partidos. Sin embargo, este sistema estaba lejos de ser democrático. El Ministerio de Gobernación «fabricaba» los resultados electorales a través del «encasillado» (designación previa de los candidatos) y del control de las elecciones mediante el caciquismo y el pucherazo (fraude electoral).
El Pronunciamiento de Martínez Campos y la Llegada de Alfonso XII
A pesar de que Cánovas pretendía una transición pacífica y con apoyo popular, el general Arsenio Martínez Campos se adelantó con un golpe de Estado en Sagunto (Valencia) el 29 de diciembre de 1874. Este pronunciamiento contó con el apoyo de empresarios catalanes como Güell, Ferrer y Vidal. El 31 de diciembre, se constituyó un ministerio-regencia presidido por Cánovas del Castillo. El 14 de enero de 1875, Alfonso XII entró en Madrid y confirmó a Cánovas como presidente del Gobierno, dando inicio formal al periodo de la Restauración.