Consecuencias de la Primera Guerra Mundial y las Revoluciones Rusas
Consecuencias Demográficas de las Guerras
Más de 65 millones de hombres movilizados, con más de 40 millones en el bando de los aliados. Las bajas fueron devastadoras: más de 9 millones de soldados muertos, más de 20 millones de heridos y más de 8 millones de desaparecidos. A esto se suma un número indeterminado pero elevado de bajas civiles. La gripe española, por sí sola, causó 6 millones de muertos en Europa. La mortalidad incidió principalmente en los hombres jóvenes, lo que a su vez repercutió en un descenso significativo de la natalidad.
Consecuencias Económicas
Las pérdidas materiales fueron inmensas, incluyendo la destrucción de puentes, carreteras, ferrocarriles, edificios, instalaciones industriales y campos de cultivo. En los países beligerantes europeos, la reconversión del aparato productivo para adaptarlo a una economía de guerra, dirigida e invertida por el Estado, tuvo consecuencias negativas. La prioridad era la producción al servicio de las necesidades bélicas, lo que redujo al mínimo la producción de otros bienes, como los de consumo. Las potencias exportadoras se convirtieron en importadoras. El aumento de los gastos militares y de las importaciones provocó el endeudamiento de los Estados. Como resultado, Europa perdió su primacía en la economía mundial a favor de los Estados Unidos. En menor medida, Japón también se benefició, libre de la competencia europea, aumentando sus exportaciones a Asia y ocupando las colonias alemanas del Pacífico.
Consecuencias Sociales
Las dificultades económicas y la posguerra provocaron un empobrecimiento generalizado, especialmente entre las clases medias y populares, debido a la escasez de bienes, la inflación y el paro. Una minoría consiguió amasar cuantiosas fortunas, aprovechándose de la situación. El descontento creció y las tensiones sociales aumentaron. Los excombatientes, muchos incapacitados y malheridos, se encontraron con la miseria y el paro al regresar a la vida civil. Un aspecto positivo fue el reconocimiento del papel de las mujeres, quienes demostraron su valía en todo tipo de puestos de trabajo, sustituyendo a los hombres movilizados para la guerra. La lucha por la igualdad cobró un nuevo impulso, y en los años siguientes, nuevos países reconocieron el sufragio femenino.
Consecuencias Políticas
La crisis económica y el malestar social repercutieron en una inestabilidad política, sobre todo en los países derrotados. Un hecho destacado fue la desaparición de los regímenes imperiales: la Revolución rusa acabó con el imperio de los zares, el Reich alemán se transformó en república, y los imperios austrohúngaro y turco se desmembraron. Una de las principales consecuencias políticas fue la creación de un nuevo mapa de Europa.
Las Revoluciones de 1917
La causa principal fue la crisis general, económica, social y política que atravesaba Rusia debido a los efectos de la guerra. La escasez de alimentos, la pésima dirección de un ejército de campesinos reclutados a la fuerza, mal equipado y desabastecido, y las constantes derrotas con millones de bajas, provocaron un profundo descontento. El descrédito de la monarquía, cada vez más autoritaria, impulsó la oposición política de los grupos socialistas y de sectores liberales y conservadores, que comenzaron a considerar el cambio de régimen.
La Revolución de Febrero y la Caída del Régimen Zarista
El 23 de febrero, miles de mujeres se manifestaron en Petrogrado contra la carestía y el racionamiento del pan. A ellas se unieron miles de trabajadores. En los días siguientes, las huelgas y los tumultos callejeros se extendieron a otras ciudades, especialmente Moscú, con violentos choques contra la policía y el ejército. Algunos soldados y regimientos enteros se unieron a los manifestantes. Soldados y trabajadores asaltaron arsenales y fábricas de armas, convirtiendo la revuelta en una insurrección armada. La participación de los soldados y marinos armados fue el factor determinante del triunfo de la revolución. El zar se vio obligado a abdicar el 2 de marzo.
El Fracaso del Gobierno Provisional
Se creó una difícil situación política, con dos poderes paralelos: el gobierno provisional republicano, compuesto por una mayoría de liberales y un socialista moderado, Kerensky, y el soviet de Petrogrado, con un poder real, constituido por un grupo de socialistas e incluyendo a delegados de los trabajadores y los soldados. El gobierno provisional decidió continuar en la guerra mundial, lo que a la larga sería la causa principal de su fracaso. Aunque el gobierno se abrió después a la izquierda moderada, incorporando a socialrevolucionarios y mencheviques, la agitación social siguió en aumento. En julio, Kerensky asumió la jefatura del gobierno y se tuvo que enfrentar a una doble amenaza: el fallido alzamiento del general Kornilov, que intentó establecer una dictadura militar, y el creciente poder de los bolcheviques en los soviets, como el de Petrogrado o el de Moscú. Lenin, exiliado en Suiza, regresó a Rusia en abril y expuso su programa de actuación, las **Tesis de abril**: la oposición a la guerra, la denegación de apoyo al gobierno provisional, la preparación para la conquista del poder, la instauración de una república basada en el poder de los soviets, no parlamentaria, y la nacionalización de la tierra. En abril, los bolcheviques eran una reducida minoría, con un programa revolucionario y opuesto a la guerra.
La Revolución Bolchevique de Octubre
La consigna de “todo el poder a los soviets” fue una de las claves del apoyo popular a los bolcheviques. El soviet de Petrogrado eligió una nueva dirección de izquierda radical presidida por Trotsky. Ante el creciente apoyo popular, los bolcheviques decidieron emprender una insurrección armada para tomar el poder. En octubre, la guardia roja y grupos de soldados afines a los bolcheviques sitiaron el Palacio de Invierno, sede del gobierno, cuyos miembros fueron detenidos, salvo Kerensky, que logró huir. Más tarde, se reunió el Segundo Congreso de los Soviets. El gobierno provisional y los delegados moderados abandonaron el congreso, quedando con una mayoría de bolcheviques y socialrevolucionarios de izquierda. Al día siguiente, el congreso aprobó el traspaso de poder a los soviets, junto con el programa fundamental del nuevo gobierno soviético, redactado por Lenin. Los decretos incluyeron: el decreto sobre la paz, el decreto sobre la tierra (que confiscaba las tierras de la corona, la aristocracia y la iglesia y las entregaba a los soviets para su distribución entre los campesinos), el decreto sobre las empresas industriales (que las ponía bajo control de los representantes de los trabajadores), y el decreto sobre las nacionalidades (que declaraba a todos los pueblos del Estado Ruso iguales y soberanos, con derecho a constituirse en Estados autónomos). Por último, se eligió un gobierno provisional, el Consejo de los Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin y compuesto por los bolcheviques, entre cuyas figuras más destacadas estaban Trotsky y Stalin.
La Negociación de la Paz: El Tratado de Brest-Litovsk
Rusia tuvo que firmar el 3 de marzo de 1918 el **Tratado de Brest-Litovsk**, a pesar de las durísimas condiciones impuestas por Alemania y la pérdida de gran parte de los territorios europeos (Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Ucrania). Esta paz fue considerada vergonzosa, y Trotsky renunció a su cargo. Para Lenin, era necesario perder espacio para ganar tiempo.
La Guerra Civil (1918-1922)
Tras la disolución de la asamblea constituyente, las fuerzas de oposición a los bolcheviques recurrieron a las armas y desencadenaron una guerra civil de 4 años, en la que se enfrentaron dos bandos: los contrarrevolucionarios (**Ejército Blanco**), que tenían en común su rechazo a los bolcheviques y recibieron ayuda de tropas extranjeras (Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Japón), y los comunistas (**Ejército Rojo**), dirigidos por Trotsky. Se implantaron medidas extremas: el **comunismo de guerra**, consistente en un control total de la economía, que requisó las cosechas, nacionalizó la industria, militarizó la producción y prohibió el libre comercio. Se aplicó una política de represión contra los “enemigos del pueblo”, acusación que se extendió a todo aquel que disentía de las ideas de los bolcheviques. El instrumento principal fue la **Cheka** (policía política). La familia real (los Romanov) fue ejecutada. Se inició una dura persecución contra el clero. Se impuso la disolución de las corrientes del partido. La guerra civil cambió el rumbo hacia la creación de un Estado dictatorial dirigido por el Partido Comunista como única fuerza política.
La Tercera Internacional
En 1919, se fundó la **Tercera Internacional**, también conocida como **Internacional Comunista** o **Komintern**, en Moscú. Sus planteamientos eran: el rechazo de la vía reformista y parlamentaria al socialismo, y la propagación mundial de la revolución con el objetivo de consolidar el triunfo de la revolución rusa. El resultado fue el surgimiento de partidos comunistas en todo el mundo y una nueva división del movimiento obrero internacional en comunistas y socialistas socialdemócratas, partidarios de la vía reformista parlamentaria.
La Nueva Política Económica
La **Nueva Política Económica (NEP)**, que habría de sustituir al ineficiente comunismo de guerra, como demostraría después la hambruna de 1921-1922, se consideró como una etapa transitoria y consistía en aplicar un modelo de economía mixta, combinando prácticas de la economía de libre mercado capitalista con otras de la economía socialista: se permitió la propiedad privada de los campesinos y la libre comercialización de sus productos, se desnacionalizaron las pequeñas industrias y volvieron a ser de propiedad privada para facilitar la producción, y se estableció la economía monetaria con un nuevo rublo. El Estado mantuvo la propiedad y el control de las grandes industrias, la banca, los transportes y el comercio exterior. Se recuperaron los niveles de producción, pero aumentaron las diferencias sociales, especialmente en el campo, donde resurgió la clase de campesinos acomodados (los **kulaks**).