Las elecciones de junio de 1931 y sus resultados
En junio de 1931 se celebraron elecciones generales a Cortes Constituyentes bajo una nueva Ley electoral que establecía distritos uniprovinciales y plurinominales. La nueva cámara estaba integrada mayoritariamente por republicanos de izquierda, con una minoría de escaños para los partidos de derecha.
La Constitución de 1931
La Constitución resultante fue democrática y de marcado carácter progresista. Sus características principales incluían:
- Una amplia declaración de derechos y libertades.
- Establecimiento del sufragio universal femenino y masculino para mayores de 23 años.
- Introducción del matrimonio civil y el divorcio.
- Equiparación de derechos entre hijos legítimos e ilegítimos.
- Subordinación del derecho de propiedad privada al interés social, aceptándose la expropiación por causa de utilidad pública.
- Poder legislativo ejercido por un Parlamento unicameral (las Cortes).
- Poder ejecutivo bicéfalo: un Presidente de la República (elegido cada 6 años, con potestad para disolver las Cortes hasta dos veces por mandato) que nombraba al Jefe del Gobierno, y este a sus ministros.
- Poder judicial independiente, con un Tribunal de Garantías Constitucionales.
- Reconocimiento de la posibilidad de autonomía para aquellas regiones que lo solicitasen dentro del Estado español.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Niceto Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la República, mientras Manuel Azaña ocupaba la presidencia del Gobierno con el apoyo de socialistas y republicanos de izquierda.
La política reformista
Durante este periodo se impulsaron profundas reformas en diversas áreas:
1. La reforma del Ejército
Manuel Azaña tomó medidas para modernizar y asegurar la lealtad del ejército a la República:
- Se exigió a los militares juramento de fidelidad a la República.
- Se ofreció el retiro voluntario a jefes y oficiales conservando su sueldo íntegro (Ley Azaña).
- Se redujo el número de divisiones orgánicas y se suprimieron rangos como los de teniente general y capitán general.
- Se clausuró la Academia Militar de Zaragoza, dirigida por el general Francisco Franco Bahamonde, para atajar la macrocefalia (exceso de mandos).
2. La cuestión religiosa
En un contexto de tradición anticlerical republicana y de identificación de la derecha con el catolicismo y la monarquía, se estableció la separación entre Iglesia y Estado. Azaña apoyó medidas como:
- Separación oficial de la Iglesia y el Estado.
- Reglamentación del matrimonio civil y el divorcio.
- Decreto sobre la libertad religiosa y de cultos.
- Disolución de la Compañía de Jesús y nacionalización de sus bienes.
- Aprobación de la Ley de Congregaciones, que limitaba la posesión de bienes a las órdenes religiosas, les prohibía ejercer la industria, el comercio y la enseñanza, y las obligaba a pagar impuestos.
3. La reforma educativa
Se buscó promover una educación pública, laica y moderna:
- Creación de miles de plazas de maestros y aprobación de la Ley de Construcciones Escolares.
- Elevación del salario de los maestros.
- Fundación del Patronato de Misiones Pedagógicas para llevar la cultura al mundo rural.
- Implantación de la coeducación (educación conjunta de niños y niñas).
- Supresión de la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.
- Esfuerzo en la formación del profesorado y construcción de escuelas y bibliotecas públicas.
4. La reforma agraria
Se intentó abordar el problema del latifundismo y la situación del campesinado:
- Aprobación de leyes como la Ley de Laboreo Forzoso y la Ley de Accidentes de Trabajo en el Campo.
- Prohibición temporal del desahucio de arrendatarios por impago.
- Aprobación de la Ley de Bases de la Reforma Agraria (1932), que permitía la expropiación (con indemnización) de latifundios para su entrega a campesinos.
- Creación del Instituto de Reforma Agraria (IRA) para gestionar la aplicación de la ley.
5. La cuestión autonómica
Tras la proclamación de la República Catalana el 14 de abril (rápidamente reconducida), la Constitución de 1931 estableció un modelo de «Estado integral» compatible con la autonomía regional.
- El Estatuto de Autonomía de Cataluña (Estatuto de Nuria) fue aprobado en septiembre de 1932, creando la Generalitat con un Parlamento propio y competencias transferidas, aunque el gobierno central mantenía defensa, aduanas y asuntos exteriores.
- En el País Vasco y Navarra, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) evolucionó hacia la democracia cristiana. Tras las elecciones de 1931, una coalición nacionalista-tradicionalista redactó el Estatuto de Estella, de corte confesional, que fue rechazado por las Cortes republicanas por inconstitucional.
6. Las reformas laborales
Impulsadas por el ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero (PSOE-UGT):
- Ley de Contratos de Trabajo: Regulaba la negociación colectiva.
- Ley de Jurados Mixtos: Creaba organismos paritarios de patronos y obreros, con mediación estatal, para resolver conflictos laborales.
- Creación de las Delegaciones de Trabajo.
- Promoción de los seguros sociales.
- Reducción de la jornada laboral en el campo a ocho horas.
El Bienio Radical-Cedista (Noviembre 1933 – Febrero 1936)
El desgaste del gobierno Azaña y la reorganización de las derechas llevaron a un cambio de ciclo político tras las elecciones de noviembre de 1933.
Las elecciones de noviembre de 1933
La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por José María Gil Robles, se presentó con un programa que incluía la revisión de la Constitución y la legislación laica y agraria, además de una amnistía para los implicados en la sublevación de Sanjurjo (1932). El Partido Radical de Lerroux se distanció de la izquierda. El PSOE y los republicanos de izquierda acudieron divididos. La CEDA fue el partido más votado, aunque sin mayoría absoluta, seguido por el Partido Radical.
Los gobiernos radical-cedistas
Los gobiernos de esta etapa, apoyados parlamentariamente por la CEDA y presididos mayormente por radicales como Lerroux, se dedicaron a frenar o revertir las reformas del bienio anterior:
- Paralización de la reforma agraria y devolución de tierras a la nobleza.
- Contrarreforma laboral (anulación de decretos de Largo Caballero).
- Conciliación con la Iglesia Católica y tramitación de un nuevo Concordato.
- Amnistía para los sublevados en 1932.
- Cuando Gil Robles fue nombrado Ministro de la Guerra, situó en puestos clave a militares considerados antirrepublicanos (Franco, Mola, Goded), movimiento interpretado por la izquierda como una amenaza.
- El desarrollo autonómico quedó paralizado (conflicto con la Generalitat por la Ley de Contratos de Cultivo).
La Revolución de Octubre de 1934
La entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno en octubre de 1934 fue interpretada por la izquierda como una provocación y el preludio de un giro autoritario. Se convocó una huelga general revolucionaria:
- En Cataluña: El presidente de la Generalitat, Lluís Companys, proclamó el «Estado Catalán dentro de la República Federal Española», un acto inconstitucional que fue rápidamente sofocado por el ejército. El gobierno catalán fue encarcelado y el Estatuto suspendido.
- En Asturias: La huelga derivó en una auténtica insurrección social protagonizada por mineros de UGT, CNT y comunistas. Tomaron control de gran parte de la provincia y sitiaron Oviedo. La represión, dirigida por el general Franco desde Madrid y ejecutada principalmente por tropas de la Legión y Regulares traídas de Marruecos, fue extremadamente dura.
La Revolución de Asturias y su represión polarizaron aún más a la sociedad española, radicalizando a sectores de la CEDA y fomentando el auge de la extrema derecha.
El fin de la experiencia derechista
Tras la Revolución de Octubre, la CEDA aumentó su presencia en el gobierno, con Gil Robles en Defensa. Sin embargo, escándalos de corrupción (caso del Estraperlo) debilitaron al Partido Radical y a su líder, Lerroux, en 1935. El presidente Alcalá Zamora se resistió a entregar la jefatura del gobierno a Gil Robles (CEDA) y optó por encargar la formación de un gobierno de transición a Manuel Portela Valladares (centrista) y convocar nuevas elecciones.
El Frente Popular (Febrero 1936 – Julio 1936)
Las elecciones de febrero de 1936
La izquierda se reorganizó para las elecciones:
- Manuel Azaña fundó Izquierda Republicana (fusión de Acción Republicana, ORGA y parte del Partido Radical-Socialista).
- Martínez Barrio creó Unión Republicana (escisión del Partido Radical).
- El PSOE (liderado por Indalecio Prieto en su sector moderado) impulsó una coalición electoral con los republicanos de izquierda.
- Se formó el Frente Popular, que incluía a Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE, UGT, Partido Comunista de España (PCE), POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y partidos nacionalistas catalanes de izquierda (como ERC).
La derecha, por el contrario, se presentó dividida (CEDA, Bloque Nacional con monárquicos y tradicionalistas). El Frente Popular obtuvo una ajustada victoria en escaños, aunque no en número total de votos.
La pendiente hacia la Guerra Civil
Tras las elecciones, Manuel Azaña asumió inicialmente la presidencia del Gobierno. Se decretó una amnistía para los presos políticos de la Revolución de 1934 y se restauró la Generalitat de Cataluña. Poco después, las Cortes destituyeron a Alcalá Zamora y nombraron a Manuel Azaña como nuevo Presidente de la República. Este encargó formar gobierno a Santiago Casares Quiroga (Izquierda Republicana).
Esta última etapa se caracterizó por una creciente polarización política y social, con un aumento de la violencia callejera, huelgas y ocupaciones de tierras. El gobierno del Frente Popular se vio desbordado tanto por la movilización de sus bases más radicales (anarquistas, sector caballerista del PSOE) como por la conspiración militar y la actividad de la extrema derecha (Falange Española, carlistas), que desembocaría en el golpe de Estado de julio de 1936 y el inicio de la Guerra Civil.