Se trata de una fuente primaria, coetánea de los acontecimientos (prensa de la época). Observamos una doble caricatura de tipo satírico. En sendas viñetas se representan en una cocina a tres personas: un cocinero y un comensal que se turnan en las tareas de comer y cocinar, y, un tercer personaje: es una mujer a modo de criada, que friega los platos.
Los personajes masculinos, aunque caricaturizados, son reconocidos: Sagasta y Cánovas. El comensal de la imagen superior es Cánovas, mientras que el cocinero es Práxedes Sagasta; en la imagen inferior, al revés. La mujer que lava los platos es una figura alegórica de España. (personajes). Dichas figuras determinan el ámbito geográfico: la monarquía española de finales del s. XIX. En la olla aparece el rótulo “Caldo Gordo”. Esta expresión significa una forma de actuar con que se favorece a otro, queriendo o sin querer.
El hecho de representar a estos dos líderes políticos de entonces, alternándose en las actividades de cocinar y comer el “caldo gordo”, está relacionado con el régimen político de la Restauración borbónica (1874-1902) (ámbito cronológico) ya que los partidos que dirigían (Cánovas – Conservador y Sagasta – Liberal) se iban turnando en el poder, que es precisamente, lo que se representa caricaturescamente en estas imágenes. Esa actitud alternativa de ahora cocinar, ahora comer, esa turnicidad, representa ese rasgo que configura este periodo histórico: el turnismo.
Debemos mencionar el papel de esa mujer anónima, figura alegórica de la España trabajadora, que permanece al margen del turno de “guisar y comer” (Funciones dirigentes): solo lava abnegadamente los platos que los líderes políticos ensucian. Actúa como la criada de los líderes políticos.
De una forma más concreta podemos referir el contenido de la caricatura al Pacto de El Pardo (1885) que fue un acuerdo que supuestamente habría tenido lugar en noviembre de 1885, en vísperas de la muerte del rey Alfonso XII, entre Cánovas del Castillo y Práxedes Sagasta, con el propósito de proporcionar estabilidad al régimen, que consideraban amenazada por el entonces más que probable fallecimiento del monarca. En este pacto se concretó un cambio futuro, o alternancia, de gobierno sin sobresaltos entre ambas formaciones, para darle estabilidad al periodo de Regencia de María Cristina que se vislumbraba por entonces.
El Reinado de Alfonso XII (1874-1885)
El reinado de Alfonso XII (1874-1885) se inició con el pronunciamiento del general Martínez Campos, en Sagunto, (diciembre de 1874) bajo la tutela de Cánovas: el nuevo régimen se propuso conseguir la estabilidad política tras el Sexenio.
El sistema canovista se forjó a imitación del parlamentarismo inglés. Mediante el turno de partidos, dos partidos políticos se turnan pacíficamente en el poder aceptando unos puntos en común y desterrando la práctica del pronunciamiento. Ambos partidos representaban los intereses de la burguesía, y no diferían en demasiado.
Republicanos, socialistas y nacionalistas conformarían la oposición al sistema.
Cánovas del Castillo formará con moderados y unionistas el partido Conservador, el principal partido del turno, apoyado por la alta burguesía urbana, la oligarquía agraria, así como por el clero. Defendían la limitación del sufragio, la restricción de libertades y derechos y el entendimiento con la Iglesia.
Práxedes Mateo Sagasta, aglutinó a liberales progresistas y demócratas del Sexenio en un nuevo partido, el Liberal Fusionista, que aceptaba el régimen político de la Restauración y sería apoyado por las clases medias. Defendían la soberanía nacional, el sufragio universal, las libertades de asociación y reunión, y tenían mayor tendencia al librecambio, con elementos anticlericales en su base social.
Ambos partidos protagonizaron la nueva monarquía parlamentaria nacida del 76 y ostentaron el poder de manera alterna y pacífica. Se cumplían así los cuatro pilares del sistema propugnado por Cánovas: Rey, Cortes, Constitución y Turno de partidos.
El instrumento para hacer efectivo el turno de partidos fue el fraude electoral, extendiéndose el conocido como pucherazo, vinculado con el caciquismo. Los resultados se decidían de antemano mediante el sistema del encasillado. Así bajo una apariencia democrática se garantizaba la estabilidad política, a cambio, se institucionalizaba un sistema oligárquico que no representaba la voluntad popular en un país mayoritariamente analfabeto.
El sistema canovista, se concretó en la Constitución de 1876, la más duradera de la historia de España, vigente hasta 1923. Tras la proclamación de Alfonso XII de Borbón, las Cortes Constituyentes redactaron la Constitución.
El turno de partidos fue puesto a prueba en 1885, con la prematura muerte del rey, iniciándose la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902).
Durante la minoría de edad del futuro Alfonso XIII, Canovas y Sagasta, en un momento crítico por el avance republicano y el sempiterno pretendiente carlista, firmaron ese mismo año el Pacto del Pardo (1885), mediante el cual se comprometían a asegurar el sistema respetando las medidas legislativas aprobadas por el otro partido.
Sagasta fue nombrado presidente a la muerte del rey, y durante cinco años se llevó a cabo una importantísima legislación reformista; Cánovas y los conservadores le sucedieron en el poder sin alteraciones, garantizando la continuidad del régimen durante la regencia. El asesinato de Cánovas en el 1897 y el Desastre del 98 supondrían el fin del período de estabilidad del sistema liberal de la Restauración, iniciándose en 1902 el reinado de Alfonso XIII.