Resumen de la Guerra Civil Española (1936-1939)

Sublevación Militar

El 17 de julio de 1936, tropas coloniales ocuparon Ceuta, Melilla y Tetuán. Todo el protectorado de Marruecos, donde estaban las mejores tropas, quedó en manos de los sublevados. Esa noche, Franco abandona las Canarias, llegando a Tetuán el día 19 para tomar el mando del Ejército. El presidente del Gobierno, Casares Quiroga, restó importancia a la sublevación y perdió la oportunidad de frenarla.

El 18 de julio, el General Queipo de Llano se subleva, controlando Sevilla con ayuda de militares y falangistas.

El 19 de julio, Casares Quiroga, consciente de su error, dimite y es sustituido por Martínez Barrio, quien intenta negociar una salida pacífica con el General Mola y con Largo Caballero (líder radical del PSOE). Ambos la rechazaron porque consideraban que la guerra era inevitable y necesaria.

El 20 de julio dimite Martínez Barrio, siendo sustituido por José Giral, quien aceptó el reparto popular de armas a petición de los partidos y los sindicatos obreros, que colaboraron para frenar la sublevación.

En Madrid, la sublevación fracasa cuando el General Fanjul y sus hombres se refugian en el cuartel de la Montaña. Acabarán siendo asaltados y morirán casi todos los asediados, excepto Fanjul, que será juzgado y más tarde fusilado.

En Barcelona, la fidelidad de la CNT y la Guardia Civil hizo fracasar el avance de los sublevados. Goded fue hecho prisionero y más tarde fusilado.

El 21 de julio, la situación se estabilizó. El fracaso de la sublevación en las principales capitales y la división de fuerzas en el Ejército provocaron la división del territorio en dos zonas y el inicio de la Guerra.

La Zona Republicana

Formada por Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía. Estaba bien comunicada, pues controlaba la frontera con Francia y las costas mediterránea y cantábrica. Económicamente, contaba con la cuenca minera asturiana, la industria vasca y catalana, además del trigo de La Mancha, los productos de la huerta levantina y las reservas de oro del Banco de España. Militarmente, la mayor parte de los oficiales se sublevaron y muchas unidades eran de fidelidad dudosa; esto provocó que la flota permaneciera inoperativa, aunque no la aviación. Se formaron milicias obreras que más tarde serían parte del Ejército Popular de la República. Ideológicamente, convivían las políticas que formaron el Frente Popular, además de PNV, FAI y CNT.

La Zona Nacional

Formada por Marruecos, el Sahara, Canarias, Baleares, Castilla-La Vieja, Extremadura, Galicia, Navarra y Álava. Económicamente era más débil, pues solo contaba con los cereales y el ganado de Castilla y Galicia, y las minas de carbón leonesas. Militarmente, contaba con la mayoría de los oficiales, el Ejército de África y la ayuda de la Falange y los carlistas. Ideológicamente, estaba formada por fuerzas conservadoras (monárquicos, CEDA), pero también por carlistas y falangistas.

Internacionalización del Conflicto

La Guerra Civil Española es considerada por muchos como la antesala de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), puesto que se enfrentaban por primera vez el fascismo y el comunismo.

El Bando Nacional

Recibió ayuda de Italia y Alemania. Mussolini ofreció apoyo aéreo para pasar el ejército de África a la península y envió a 70.000 soldados del Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV), además de munición y material de guerra. Hitler mandó la Legión Cóndor y material bélico; la ayuda alemana fue cifrada en 400 millones de dólares. Portugal permitió el libre paso de armas para el ejército de Franco, además de 20.000 «viriatos». Por último, hay que señalar que había tropas marroquíes integradas en el ejército franquista. Estados Unidos aprobó la Ley de Neutralidad, mientras que sus compañías petrolíferas vendían combustible a Franco.

El Bando Republicano

Recibió una escasa ayuda de armas desde Francia y México, la cual quedó cortada tras la firma del Pacto de No Intervención. La única potencia que ayudó al Gobierno de Madrid fue la URSS, que recibió como pago por las armas las reservas de oro del Banco de España (500 millones de dólares). Los partidos comunistas de varios países organizaron las Brigadas Internacionales (40.000 voluntarios), que fueron de ayuda en Madrid y en las batallas del Jarama y Teruel. Su principal base estuvo en Albacete, en la Base Aérea de Los Llanos, desde donde se desplazaba a los brigadistas. Los gobiernos francés y británico ofrecieron a las demás potencias un pacto de no intervención; es decir, no se debían facilitar ni hombres ni material de guerra, pero sí se controlaban las costas españolas. El comité fue una farsa tolerada por Francia y el Reino Unido.

El Desarrollo de la Guerra Civil (Julio de 1936 – Julio de 1937)

El primer objetivo de los sublevados fue tomar Madrid, ya que quien tenía la capital tenía el país. El General Mola envió tropas desde Pamplona y Franco debía atacar desde el sur. Pero antes de esto se debía solucionar el problema de trasladar al ejército de África a la península, lo cual se llevó a cabo con la ayuda de alemanes e italianos. Dicho ejército inició un rápido avance hacia Madrid, tomando Andalucía Occidental y uniéndose a Queipo de Llano, que controlaba Sevilla. Con este avance se solucionó el segundo problema de los sublevados: la separación. El coronel Yagüe toma Badajoz con la Legión y une los dos territorios nacionales. Mola toma Irún y San Sebastián, cerrando las fronteras de la zona republicana con Francia.

Franco debía continuar su avance hacia Madrid, pero decidió desviarse para liberar el Alcázar de Toledo, lo cual fue un gran triunfo propagandístico para él, pero con este desvío Madrid tuvo tiempo para organizar su defensa con el grito «¡No pasarán!». El Gobierno republicano, ante la proximidad de los rebeldes, se trasladó a Valencia.

La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores.

En los primeros momentos de la guerra hubo una enorme represión en ambos bandos: las «sacas» republicanas y los «paseos» del bando nacional.

La represión en la zona nacional se dirigió a los militantes obreros y campesinos, aunque algunos intelectuales también fueron víctimas. La represión fue controlada por los militares.

En la zona republicana, la represión fue dirigida a sacerdotes y a clases adineradas. Tras los excesos iniciales, el Gobierno fue controlando poco a poco la situación y la represión se atenuó.

A finales de 1936, las fuerzas nacionalistas de Varela llegaron a las afueras de Madrid y poco después se inició la batalla de Madrid, con lo que la caída de la capital parecía inminente. Aun así, las tropas republicanas consiguieron resistir, convirtiéndose la ciudad en un símbolo de la lucha antifascista. Este intento dio lugar a la batalla del Jarama, una de las más encarnizadas, y la batalla de Guadalajara, donde fue derrotado el CTV. Esta última batalla fue el penúltimo intento de los nacionales por conquistar Madrid hasta el final de la guerra.

A raíz de esta situación, Franco ya no optó por acortar el conflicto, sino que atacó las zonas más débiles de los republicanos. Ahora se centra en la campaña del Norte, ya que estaba interesado en sus industrias y materias primas. Tuvo lugar el bombardeo de Guernica, que fue llevado a cabo por la Legión Cóndor, aunque esta ciudad carecía de interés militar. Durante esta campaña, Mola, el único general que podía competir con Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en un accidente de avión.

Los republicanos, en el intento de distraer a los nacionalistas, organizaron la ofensiva de Belchite, en Aragón, y Brunete, en el centro; ambas fueron un fracaso. El «Cinturón de Hierro» de Bilbao cayó, por lo que los nacionales empezaron a controlar todo el norte de la península; esto tuvo graves consecuencias para la República.

El Desarrollo de la Guerra Civil (Octubre de 1937 – Julio de 1938)

Los republicanos intentaron tomar Teruel, lo cual fracasó. Franco, tras asegurarse el dominio de Teruel, lanzó un ataque general en Aragón. El éxito fue total y, poco después, las tropas nacionales llegaron a Vinaroz y a Castellón, por lo que la zona republicana quedó partida en dos.

Esto generó una grave crisis en el bando republicano debido a la sensación de derrota, por lo que era necesaria una operación de éxito para levantar la moral. Esta sería la batalla del Ebro, la última gran ofensiva republicana, que duró más de tres meses y en la que se demostró la superioridad de las tropas franquistas, con la que se agotó definitivamente la moral y las reservas de las tropas republicanas.

El Desarrollo de la Guerra Civil (Julio de 1938 – Febrero de 1939)

La ofensiva final contra Cataluña se realizó fácilmente debido a la escasa resistencia que podían ofrecer los republicanos; poco después, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa. Más de 500.000 refugiados huyeron a Francia, donde fueron hacinados en campos de concentración.

Se produjo una división interna en el bando republicano. El Gobierno de Negrín, apoyado por comunistas y socialistas, proponía la resistencia, ya que consideraba que pronto empezaría la Segunda Guerra Mundial y, de esta forma, la República Española encontraría aliados. Sin embargo, el coronel Segismundo Casado defendía la negociación de la derrota con Franco y dio un golpe de Estado contra el Gobierno de Negrín. A pesar de las negociaciones, Franco exigió la rendición incondicional, tomando finalmente Madrid, y el 1 de abril de 1939 terminó la Guerra Civil.

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