Unificación Italiana
Italia estaba dividida en Estados desiguales y algunas zonas se encontraban bajo dominio austriaco. La idea de nación y soberanía se había mantenido viva en sociedades secretas. Se formó un movimiento de afirmación nacional, el Risorgimento, que tuvo una expresión política propugnada por Giuseppe Mazzini y su organización, la Joven Italia. Esta planteaba la creación de una república democrática a la que se llegaría por medio de la insurrección popular.
El fracaso de los intentos revolucionarios significó la continuidad del dominio de Austria, la fragmentación política y los regímenes absolutistas. En Piamonte, un estado constitucional bajo la monarquía de Saboya, el jefe de gobierno, Cavour, fue el impulsor de la unificación.
Cavour consiguió derrotar a los austriacos con ayuda francesa, anexionar la Lombardía y los estados centrales. Garibaldi inició la conquista del sur con un ejército reducido (los «camisas rojas») que consiguió apoyo popular para liquidar el régimen borbónico. Garibaldi renunció a la perspectiva republicana y cedió a Víctor Manuel II las conquistas realizadas.
Posteriormente, se produjo la anexión del Véneto tras derrotar a los austriacos y la conquista de los Estados Pontificios (Roma).
El nuevo estado italiano se enfrentó a tres grandes problemas:
- La hostilidad del Papado.
- El contraste económico y social entre el norte industrializado y el sur agrario.
- El carácter incompleto de la unidad (quedaban territorios irredentos).
Unificación Alemana
Los componentes del nacionalismo alemán fueron reforzados por el Romanticismo. El Congreso de Viena (1815) había establecido la Confederación Germánica, que agrupaba a 39 estados bajo la presidencia nominal de Austria, con dos potencias dominantes: Prusia y el Imperio Austriaco.
El primer paso hacia la unificación fue la creación de la Unión Aduanera (Zollverein) en 1834, que estableció un mercado de libre circulación comercial bajo el liderazgo de Prusia, que dirigía el proceso unificador. En 1848, se consiguió formar un Parlamento en Frankfurt que ofreció la corona de una Alemania unificada al rey de Prusia, Federico Guillermo IV.
La monarquía de Prusia rechazó la oferta liberal e impuso la estrategia del canciller Otto von Bismarck: Prusia dirigiría la unificación «por el hierro y la sangre», a partir de su supremacía económica y militar. Esto comportó varias guerras:
- Guerra de los Ducados (1864): Prusia y Austria contra Dinamarca.
- Guerra Austro-Prusiana (1866): Victoria prusiana que excluye a Austria de Alemania.
- Guerra Franco-Prusiana (1870-1871): Victoria prusiana que humilla a Francia.
La victoria militar culminó con la proclamación del Segundo Reich (Imperio Alemán) en Versalles (1871) y de Guillermo I como Káiser (emperador).
Despotismo Ilustrado
Fueron experiencias reformistas del siglo XVIII que pretendían unir la autoridad real absoluta con las ideas de progreso de la Ilustración («Todo para el pueblo, pero sin el pueblo»). Algunos monarcas representativos fueron Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia, Gustavo III de Suecia y Carlos III en España.
Sus características principales fueron:
- Absolutismo centralizado.
- Racionalización de la administración.
- Fomento de la educación y la cultura.
- Búsqueda de la modernización económica (agricultura, industria, comercio).
Sin embargo, sus resultados fueron muy limitados. No se podían admitir reformas económicas profundas que cuestionaran las bases del Antiguo Régimen, como el reparto de la propiedad o la plena libre circulación comercial. Las contradicciones de este reformismo abrieron el camino a las revoluciones liberales.
Liberalismo Económico
Los principios económicos del liberalismo fueron elaborados principalmente por un conjunto de pensadores británicos, entre los que destacan Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus.
- Adam Smith (La Riqueza de las Naciones, 1776) defendía la supremacía del individuo y el interés propio como motor económico. Sostenía que los intereses individuales se equilibran en el mercado a través de una ‘mano invisible‘ que ajusta los precios mediante la ley de la oferta y la demanda. El Estado no debía intervenir en la economía (laissez faire, laissez passer), aunque no descartaba cierta intervención pública en ámbitos como la justicia, defensa o infraestructuras básicas.
- David Ricardo argumentó que, al ser el trabajo una mercancía más, los salarios tenderían a no subir por encima del mínimo imprescindible para la subsistencia (ley de bronce de los salarios).
- Thomas Malthus señaló que el crecimiento de la población (geométrico) desequilibra su relación con los recursos existentes (aritmético), lo que lleva a crisis de subsistencia si no se controla la natalidad.
Liberalismo Político
Es el conjunto de transformaciones ideológicas y políticas que se produjeron en Europa y América entre los siglos XVII y XIX, conformando una corriente ideológica y una doctrina política y económica. Su principal referente fundacional es la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789).
El término sirve para identificar un conjunto de ideas que fueron la base de los sistemas políticos creados por las revoluciones burguesas. Sus principios fundamentales son:
- Libertad individual: Defensa de los derechos y libertades fundamentales (expresión, reunión, religión, propiedad).
- Igualdad ante la ley: Supresión de privilegios estamentales.
- Sistema parlamentario: El poder reside en un parlamento elegido.
- Separación de poderes: Legislativo, ejecutivo y judicial independientes.
- Soberanía nacional: El poder emana de la nación, representada normalmente por las Cortes o Parlamento.
- Constitución: Ley fundamental que garantiza derechos y organiza el poder.
Tuvo un carácter revolucionario, impulsado por la burguesía y, en ocasiones, por las clases populares, contra el absolutismo y el Antiguo Régimen.
Marxismo
Toma el nombre de Karl Marx, quien junto a Friedrich Engels elaboró una teoría que era también un programa de acción para cambiar la sociedad: el socialismo científico. Su doctrina tuvo un referente clave en el Manifiesto Comunista, publicado en Londres en 1848.
La teoría marxista se puede estructurar en:
- Análisis del pasado: La historia se explica por la lucha de clases entre opresores y oprimidos, motor del cambio social (materialismo histórico).
- Crítica del presente (capitalismo): La burguesía posee los medios de producción y explota al proletariado. El trabajo obrero genera un valor superior al salario que percibe (plusvalía), que permanece en manos del capitalista, quien lo usa para acumular capital y mejorar los medios de producción, apropiándose del beneficio.
- Proyecto de futuro: La superación del capitalismo llevaría a la sociedad comunista (sin clases y sin Estado), a la que se llegaría a través de una revolución proletaria y una fase transitoria de dictadura del proletariado.
La Primera Internacional (AIT)
La AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) fue creada en Londres en 1864 por asociaciones obreras inglesas y francesas, emigrados políticos y sindicalistas. Se organizó en secciones nacionales y tenía un Consejo General dirigido inicialmente por Marx, quien redactó los estatutos y el manifiesto inaugural donde se establecían los principios básicos:
- La emancipación de la clase obrera debía ser obra de los propios trabajadores.
- La clase obrera debía conquistar el poder político para implantar el socialismo.
Los primeros congresos se celebraron en Ginebra (1866), Lausana (1867) y Bruselas (1868). Se adoptaron acuerdos para impulsar las movilizaciones obreras y se definieron una serie de reivindicaciones obreras:
- Supresión del trabajo infantil.
- Reducción de la jornada laboral (petición de 8 horas).
- Mejora de las condiciones laborales de la mujer.
- Desaparición de los ejércitos permanentes.
- Socialización de los medios de producción.
- Recurso a la huelga como medio de lucha.
Discrepancias Internas
Pronto surgieron importantes discrepancias internas, destacando el enfrentamiento ideológico y personal entre Karl Marx (socialismo científico, partidario de la acción política organizada) y Mijaíl Bakunin (anarquismo, partidario de la acción directa y la abolición inmediata del Estado). Marx y sus seguidores controlaban la AIT, lo que llevó a la expulsión de Bakunin y los anarquistas en el Congreso de La Haya (1872), marcando la división del movimiento obrero internacional y la posterior disolución de la AIT (oficialmente en 1876).