La Guerra Civil Española: Represión, Exilio y Consecuencias del Conflicto

Contexto Prebélico: Tensiones y Polarización

La Revolución de Octubre de 1934

El giro conservador del gobierno de la Segunda República llevó al PSOE a radicalizarse, especialmente su sector más revolucionario, liderado por Largo Caballero, quien también dirigía la UGT. Junto con los anarquistas, promovió huelgas y protestas contra el gobierno conservador.

Ante la creciente tensión social, la CEDA exigió entrar en el gobierno. Lerroux aceptó y otorgó tres ministerios a miembros del partido de Gil Robles. Esto generó desconfianza en la izquierda, que temía que la CEDA no fuera leal a la República. En respuesta, la UGT convocó una huelga general, mientras que los nacionalistas catalanes también se enfrentaban al gobierno central.

Insurrección en Cataluña

En Cataluña, Lluís Companys proclamó el Estado catalán dentro de una supuesta República federal española, buscando apoyo de partidos y sindicatos de izquierda. La insurrección fracasó cuando el gobierno declaró el estado de guerra y envió al ejército. Companys y su gobierno fueron detenidos.

Levantamiento en Asturias

En Asturias, los mineros se levantaron en armas tras un acuerdo entre socialistas, anarquistas y comunistas. Tomaron pueblos mineros, atacaron cuarteles de la Guardia Civil y establecieron comités obreros. El gobierno reaccionó enviando tropas del ejército, incluyendo legionarios y regulares, bajo el mando del General Franco. La represión fue brutal tras varios días de duros combates.

Consecuencias de la Revolución de 1934

  • Más de 2.000 muertos y 30.000 detenidos.
  • Aumento de la polarización entre la izquierda y la derecha.
  • Crisis en el gobierno por la dura represión.
  • Manuel Azaña, Largo Caballero y otros líderes socialistas del comité de huelga fueron arrestados.

El Frente Popular y el Camino hacia la Guerra (Febrero – Julio de 1936)

Las elecciones del 16 de febrero de 1936 se llevaron a cabo en un ambiente de fuerte polarización. Se formaron dos bloques políticos enfrentados:

  • El Frente Popular (izquierda): Coalición de republicanos, socialistas y comunistas. Aunque la CNT no se unió formalmente, apoyó sus propuestas, como la amnistía para los presos políticos, la reincorporación de trabajadores despedidos y la reanudación de las reformas del primer bienio.
  • Las derechas: Se agruparon en diferentes coaliciones lideradas por la CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas (Bloque Nacional), junto a miembros del Partido Radical y la Lliga Catalana. Sin embargo, no lograron una candidatura única.

El resultado reflejó una España dividida: el Frente Popular obtuvo el 47,3% de los votos, sobre todo en las grandes ciudades y la periferia, mientras que la derecha consiguió el 46,48%, con más apoyo en Castilla, Navarra y Aragón.

Tras la victoria, Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República, y Casares Quiroga, presidente del gobierno. El nuevo gobierno, compuesto por republicanos y con apoyo socialista, aplicó rápidamente su programa:

  • Amnistía para los presos políticos.
  • Reincorporación de trabajadores despedidos tras las huelgas de 1934.
  • Reactivación de la reforma agraria.
  • Devolución de la autonomía a Cataluña.

Tensión y Violencia en las Calles

La victoria del Frente Popular provocó una gran movilización obrera y conflictividad social. Hubo huelgas, y en el campo, los jornaleros ocuparon tierras sin esperar medidas del gobierno. Al mismo tiempo, la violencia se incrementó con enfrentamientos callejeros entre falangistas y grupos de izquierda, lo que generó un clima prebélico.

Preparación del Golpe Militar

Ante el peligro de una insurrección militar, el gobierno trató de neutralizar a los generales más sospechosos enviándolos lejos unos de otros:

  • Franco a Canarias.
  • Goded a Baleares.
  • Mola a Navarra.

Sin embargo, estos movimientos no detuvieron la conspiración. Mola, conocido como «El Director», organizó el alzamiento militar, basado en una sublevación simultánea de guarniciones, con un papel clave para el ejército de África, bajo la dirección de Franco.

El 12 de julio, fue asesinado el teniente José del Castillo (Guardia de Asalto), y, como represalia, el 13 de julio, un grupo de agentes mató a José Calvo Sotelo, líder de la derecha monárquica. Este suceso aceleró los planes del golpe.

El 17 de julio, la guarnición de Melilla se sublevó, extendiéndose rápidamente al protectorado de Marruecos. El 18 de julio, el golpe llegó a la Península. A finales de julio, España estaba dividida en dos bandos: uno leal a la República y otro apoyando a los militares sublevados. Así comenzaba la Guerra Civil Española.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

El Coste Humano: Víctimas y Represión

Víctimas del Conflicto

Se estima que más de 400.000 republicanos y 200.000 sublevados murieron durante la Guerra Civil, tanto en combate como por la represión ejercida por ambos bandos.

La Represión Durante la Guerra

Ambos bandos utilizaron el terror contra sus enemigos:

  • Represión Republicana: Las milicias republicanas asesinaron a unas 50.000 personas, incluyendo cerca de 7.000 religiosos, y quemaron iglesias. También mataron a políticos y militares de derechas como Melquíades Álvarez, Ledesma Ramos y Ruiz de Alda.
  • Represión Sublevada: Los sublevados ejecutaron a casi 80.000 republicanos, incluyendo políticos, profesores y escritores. Entre ellos estaban figuras como Federico García Lorca, Lluís Companys (ejecutado en la posguerra) y Joan Peiró.

La Dimensión Internacional del Conflicto

Apoyo Internacional a la República

La República recibió menos apoyo internacional que los sublevados, lo que influyó en su derrota.

  • Francia: Ayudó al principio enviando algunos aviones, pero la presión de la derecha francesa y la política de No Intervención hicieron que su gobierno dejara de colaborar.
  • La URSS: Fue el principal apoyo militar, enviando unos 200 tanques, 4.000 camiones y asesores militares. Sin embargo, exigió un pago inmediato. Para costearlo, el gobierno republicano envió las reservas de oro del Banco de España a Moscú (el llamado «Oro de Moscú»), generando una gran deuda.
  • Las Brigadas Internacionales: Formadas por aproximadamente 40.000 voluntarios de más de 50 países, lucharon en defensa de la República. Destacaron unidades como el Batallón Lincoln (EE.UU.), Garibaldi (Italia) y Dabrowsky (Polonia). Combatieron por primera vez en la Batalla de Madrid (1936) y se retiraron en 1938. Entre sus miembros estaban intelectuales como George Orwell y Ernest Hemingway, quien reflejó la guerra en su novela «Por quién doblan las campanas».
  • México: Bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, envió pequeñas cantidades de armas y municiones. Tras la guerra, acogió a miles de exiliados republicanos.

Apoyo Internacional a los Sublevados

Los sublevados recibieron apoyo militar y político decisivo de los regímenes fascistas de Alemania, Italia y Portugal, además de contar con miles de soldados marroquíes.

  • Alemania (Hitler):
    • Enviaron aviación clave para el traslado de tropas desde África, incluyendo 12 aviones Savoia y el avión Dragón Rapide (usado por Franco).
    • La Legión Cóndor, con un centenar de aviones, participó en bombardeos estratégicos y de terror como el de Guernica y Durango.
    • Aportaron unos 30.000 soldados e instructores, además de tanques, cañones y municiones.
    • La flota alemana entorpeció las operaciones navales republicanas y bombardeó Almería.
  • Italia (Mussolini):
    • Envió 120.000 soldados, organizados en el Corpo di Truppe Volontarie (CTV).
    • Proporcionó unos 700 aviones, aunque de menor calidad que los alemanes.
  • Portugal (Salazar):
    • Permitió el paso de material militar alemán e italiano a través de su frontera.
    • Envió unos 20.000 soldados voluntarios (la Legión Viriato).
  • Otras fuerzas:
    • Cerca de 70.000 soldados marroquíes (regulares), reclutados por Franco, conocidos por su eficacia militar y, en ocasiones, por su brutalidad.
    • La Legión de San Patricio, compuesta por voluntarios irlandeses católicos.

Posguerra: Represión, Resistencia y Exilio

Guerrilla (Maquis) y Represión Franquista

Tras la guerra, algunos republicanos continuaron luchando en la resistencia guerrillera conocida como el maquis. Sin embargo, desde 1947, el régimen franquista intensificó la represión y eliminó a la mayoría de los grupos guerrilleros.

La Ley de Responsabilidades Políticas (1939) permitió la persecución sistemática de republicanos y cualquier persona considerada desafecta al nuevo régimen. Esto resultó en:

  • Más de 30.000 ejecuciones en la posguerra inmediata.
  • Alrededor de 270.000 presos políticos en campos de concentración y prisiones, incluyendo funcionarios, profesores y militares leales a la República.

El Exilio Republicano

Desde el inicio de la guerra, miles de republicanos huyeron de sus hogares, especialmente hacia Cataluña y Levante a medida que avanzaban las tropas sublevadas.

Entre enero y febrero de 1939, durante la caída de Cataluña, unos 500.000 españoles se exiliaron a Francia, en lo que se conoce como «La Retirada». Allí, fueron internados en precarios campos de concentración en el sur del país (como Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien, Le Barcarès).

Tras la ocupación nazi de Francia, muchos exiliados fueron devueltos a España y ejecutados (como Lluís Companys), deportados a campos de exterminio nazis (como Mauthausen) o se unieron a la Resistencia francesa.

Otros miles de exiliados encontraron refugio en países como México, donde el presidente Lázaro Cárdenas les brindó asilo y apoyo, permitiendo la continuidad de instituciones republicanas en el exilio.

Consecuencias Económicas y Sociales

Al terminar la guerra en 1939, España quedó devastada económica y socialmente:

  • La renta per cápita en 1939 era solo el 73% de la existente en 1936.
  • La producción agrícola e industrial cayó drásticamente (aproximadamente un 70% respecto a niveles preguerra en algunos sectores).
  • Se destruyó infraestructura clave: el 30% de la flota marítima, la mitad de los trenes y vías ferroviarias, y alrededor del 8% de las viviendas del país.
  • La sociedad quedó profundamente dividida y traumatizada, dominada por el miedo a la represión del nuevo régimen franquista y marcada por la pérdida de una generación de intelectuales, políticos y profesionales debido a la muerte o el exilio.

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