España en Crisis: Guerra Civil, Bienio Radical y Reformas Republicanas

La Guerra Civil Española: Causas, Desarrollo y Consecuencias

Los historiadores han debatido durante décadas las causas y el desarrollo de la Guerra Civil Española. La sociedad estaba dividida por profundas tensiones políticas, económicas y sociales, lo que llevó a un conflicto que no solo fue una guerra entre dos bandos, sino también una crisis del propio Estado.

Al estallar la sublevación militar en julio de 1936, España quedó dividida en dos zonas: la republicana y la sublevada. La guerra duró casi tres años y tuvo un alto coste humano y económico, marcando el futuro del país durante décadas.

Desarrollo de la Guerra: Principales Fases

La batalla por Madrid (julio de 1936 – marzo de 1937)

El golpe de Estado de julio de 1936 no triunfó en toda España. La República mantuvo el control de las principales ciudades, pero los sublevados lograron trasladar el Ejército de África a la península con la ayuda de Alemania e Italia, lo que les dio una ventaja militar.

Franco avanzó hacia Madrid a través de Extremadura, tomando Badajoz.

Antes de llegar a la capital, decidió conquistar Toledo, lo que le permitió consolidar su liderazgo y ser nombrado jefe de Estado el 1 de octubre de 1936.

En noviembre, los franquistas atacaron Madrid, lo que obligó al gobierno republicano a trasladarse a Valencia. La defensa quedó en manos del general Miaja y de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios extranjeros.

La resistencia en Madrid obligó a Franco a cambiar de estrategia, intentando rodear la ciudad con las batallas del Jarama y Guadalajara, pero ambas ofensivas fracasaron.

La guerra en el Norte (marzo – octubre de 1937)

Después de la derrota en Guadalajara, Franco decidió atacar el norte, donde se encontraban importantes recursos industriales y mineros.

En abril, la Legión Cóndor alemana bombardeó Guernica, causando una masacre y provocando indignación internacional.

La ofensiva franquista continuó, cayendo Santander en agosto y Asturias en octubre.

Con esta victoria, Franco consolidó su posición internacional, siendo reconocido por la Santa Sede y Portugal.

Mientras tanto, en la zona republicana hubo divisiones internas. En mayo de 1937, estallaron los enfrentamientos en Barcelona entre anarquistas, comunistas y el gobierno de la Generalitat. Como resultado, el presidente Largo Caballero dimitió y fue reemplazado por Juan Negrín, quien buscó reforzar la unidad republicana.

La victoria franquista (febrero 1938 – abril 1939)

Tras la caída del norte, la República intentó resistir, pero la situación era cada vez más difícil:

  • En diciembre de 1937, los republicanos lograron tomar Teruel, pero Franco la reconquistó en febrero de 1938.
  • En abril, los franquistas alcanzaron la costa mediterránea en Vinaroz, dividiendo el territorio republicano en dos.
  • En julio, la República lanzó la Batalla del Ebro, su última gran ofensiva. Sin embargo, tras cuatro meses de lucha, los republicanos fueron derrotados, sufriendo 60.000 bajas.
  • En enero de 1939, Franco tomó Barcelona sin apenas resistencia.
  • En marzo, un sector del ejército republicano en Madrid, liderado por Casado, intentó negociar la paz con Franco, pero este rechazó cualquier acuerdo.
  • El 1 de abril de 1939, Franco proclamó su victoria y dio inicio a su dictadura.

Consecuencias de la Guerra Civil Española

Pérdidas humanas y represión

La Guerra Civil dejó un saldo devastador:

  • 300.000 muertos, de los cuales 140.000 fallecieron en combate y el resto en la represión de retaguardia.
  • 300.000 exiliados permanentes, muchos de ellos intelectuales, políticos y artistas.
  • Miles de encarcelados y ejecutados en la posguerra. Se estima que entre 30.000 y 200.000 personas fueron fusiladas entre 1939 y 1945.

Destrucción económica y social

La guerra dejó a España en la ruina económica, con infraestructuras destruidas y una grave crisis de alimentos.

  • Se impuso un sistema de racionamiento y hambre, agravado por la política autárquica del franquismo.
  • España quedó aislada internacionalmente, lo que retrasó su recuperación económica durante años.

El fin de la democracia y el inicio de la dictadura

La victoria franquista significó el fin de la Segunda República y el establecimiento de una dictadura autoritaria que se mantuvo hasta la muerte de Franco en 1975.

Este conflicto marcó la historia de España, dejando heridas que tardarían décadas en cicatrizar.

El Bienio Radical-Cedista: Desórdenes Públicos y Violencia Social

Tras la caída del gobierno de Azaña en 1933, las elecciones de noviembre dieron la victoria a la derecha. La CEDA, liderada por Gil Robles, se convirtió en la primera fuerza política, pero al no obtener mayoría absoluta, tuvo que gobernar junto al Partido Radical de Lerroux. Este gobierno estuvo marcado por la inestabilidad, con siete cambios de gabinete en solo dos años.

Las diferencias ideológicas entre ambos partidos impidieron una gestión eficaz, y su política se centró en frenar las reformas progresistas del periodo anterior. Además, el temor a un gobierno autoritario por parte de la CEDA llevó a sectores de la izquierda a plantear la revolución como respuesta.

El Gobierno de la CEDA y del Partido Radical (1933-1935)

Retroceso en las reformas republicanas

El nuevo gobierno no impulsó grandes cambios, sino que se dedicó principalmente a deshacer muchas de las reformas aprobadas entre 1931 y 1933:

  • Se eliminó la Ley de Términos Municipales, lo que permitió a los propietarios contratar trabajadores de otras regiones en lugar de dar prioridad a los jornaleros locales.
  • Se detuvo la reforma agraria, frenando la expropiación de tierras a los grandes terratenientes.
  • Se derogó la reforma religiosa, permitiendo nuevamente la financiación estatal a la Iglesia.

A pesar de estas medidas, el gobierno no llevó a cabo una transformación radical del sistema ni modificó la Constitución. Sin embargo, la presencia de sectores ultraconservadores en la CEDA generó un clima de tensión y polarización.

La insurrección de octubre de 1934

El gran punto de conflicto llegó en octubre de 1934, cuando tres ministros de la CEDA entraron en el gobierno. Para la izquierda, esto significaba la posibilidad de un giro autoritario similar al de la Alemania nazi o la Italia fascista. Como respuesta:

  • Se organizó una huelga general en toda España.
  • En Asturias, socialistas y anarquistas iniciaron una revolución armada que resistió durante dos semanas antes de ser reprimida por el Ejército con un saldo de 1.500 muertos.
  • En Cataluña, el presidente Companys proclamó el «Estado Catalán» dentro de la República española, pero la revuelta fue sofocada y el Estatuto de Autonomía suspendido.

Este levantamiento dejó claro que la izquierda no aceptaba la legitimidad del gobierno de derecha y que la derecha, por su parte, veía en estos actos una justificación para endurecer su postura.

Corrupción y crisis del gobierno

En 1935, el gobierno de Lerroux se vio debilitado por varios escándalos de corrupción, como el caso del estraperlo (juegos de azar ilegales con influencia política). Esto erosionó la confianza en el Partido Radical y aumentó la presión sobre el presidente de la República, Alcalá Zamora, quien decidió disolver las Cortes y convocar elecciones para febrero de 1936.

El Frente Popular, los Desórdenes Públicos y la Violencia Política

Las elecciones de 1936 y la victoria del Frente Popular

Ante la convocatoria de elecciones, la izquierda entendió que solo unida podría vencer y creó el Frente Popular, una coalición de republicanos, socialistas y comunistas. En cambio, la derecha no logró presentar una candidatura unificada.

El resultado electoral fue muy ajustado:

  • El Frente Popular obtuvo el 34,4% de los votos.
  • La derecha consiguió el 33,2%.

A pesar de esta pequeña diferencia, el sistema electoral permitió que la izquierda obtuviera una gran mayoría en el Parlamento. Esto marcó el regreso de Azaña al poder y un cambio radical en la política del país.

Radicalización y descontrol en las calles

Desde el inicio del nuevo gobierno, la situación se volvió incontrolable:

  • Se produjeron ocupaciones de tierras en el campo, alentadas por sectores de la izquierda.
  • Hubo una oleada de huelgas en fábricas y transportes.
  • Se registraron numerosos ataques a iglesias y edificios religiosos.
  • Las peleas entre grupos políticos en la calle aumentaron, con enfrentamientos entre comunistas, anarquistas y falangistas.
  • El poder se desplazó de los partidos políticos a los sindicatos y grupos armados, generando un ambiente de caos.

El asesinato de Calvo Sotelo y el golpe de Estado

Uno de los momentos más graves de la crisis llegó el 13 de julio de 1936, cuando José Calvo Sotelo, líder de la derecha monárquica, fue asesinado por miembros de la Guardia de Asalto y militantes socialistas. Este asesinato fue visto como una provocación intolerable por la derecha y se convirtió en el detonante del golpe de Estado militar.

El 18 de julio de 1936, un grupo de militares liderados por Franco, Mola y Queipo de Llano se sublevaron contra el gobierno republicano, desencadenando la Guerra Civil Española, que se prolongaría hasta 1939.

Este periodo mostró que la Segunda República, lejos de estabilizarse, se volvió cada vez más frágil debido a la falta de consenso entre izquierda y derecha. La radicalización de ambos bandos y la violencia política terminaron llevando al país a un conflicto armado que marcaría su historia.

El Bienio Reformista: Cambios y Reacciones Políticas

Tras aprobarse la Constitución de 1931, el gobierno republicano-socialista, con Azaña al frente, puso en marcha un ambicioso programa de reformas para solucionar los grandes problemas de España. Estas reformas buscaban transformar la agricultura, la religión, la educación y la organización territorial del país.

A pesar del entusiasmo inicial, dentro del campo republicano existían profundas divisiones, incluso más marcadas que las que había entre diferentes partidos. Además, uno de los mayores problemas que enfrentó el gobierno fue el déficit fiscal. España arrastraba una gran deuda desde la dictadura de Primo de Rivera y, debido a la crisis económica mundial, los impuestos que se recaudaban eran insuficientes. Aun así, el gobierno nunca creó un impuesto sobre la renta ni permitió que el gasto público se descontrolara. Como resultado, muchas de sus promesas no pudieron cumplirse.

Reformas y Cambios en la Sociedad, la Cultura y los Territorios

Reforma agraria

Se aprobó en septiembre de 1932 con el objetivo de expropiar las tierras de los grandes terratenientes y repartirlas entre los campesinos. Sin embargo, la nobleza pudo evitar la expropiación de muchas tierras, y el proceso se vio obstaculizado por problemas burocráticos y falta de presupuesto.

El resultado fue decepcionante: para finales de 1933, solo se habían expropiado 24.000 hectáreas de las 60.000 previstas. El historiador Malefakis sostiene que esta reforma fue más un intento que una verdadera transformación, ya que no hubo recursos suficientes para ejecutarla.

Reforma religiosa

Se aprobó en mayo de 1933 y tenía como objetivo reducir el poder de la Iglesia mediante la separación total entre la Iglesia y el Estado.

Se tomaron varias medidas, entre ellas:

  • Disolver la Compañía de Jesús, ya que tenía gran influencia en la educación y la política.
  • Prohibir que las órdenes religiosas impartieran clases en las escuelas.
  • Eliminar el presupuesto estatal destinado al clero.
  • Garantizar la libertad de culto y prohibir símbolos religiosos en espacios públicos.

Reforma educativa

Fue impulsada por los ministros Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos. El gobierno aumentó el presupuesto educativo en un 50%, lo que permitió:

  • Reformar la enseñanza primaria y el bachillerato.
  • Construir 10.000 nuevas escuelas entre 1931 y 1933.

Sin embargo, los recursos eran insuficientes y no se pudo cumplir el objetivo de “llenar España de escuelas”. La realidad mostró que las promesas del gobierno eran más ambiciosas de lo que podía cumplir, lo que generó decepción y debilitó la imagen de la República.

Reforma territorial

El gobierno quería descentralizar el poder y dar autonomía a las regiones con lengua y cultura propias:

  • Cataluña obtuvo su Estatuto de Autonomía en 1932, lo que le permitió tener su propio gobierno (Generalitat), parlamento y competencias en economía, cultura y educación.
  • En el País Vasco, el proceso de autonomía fue más difícil porque Navarra y Álava se opusieron. Finalmente, el Estatuto Vasco no se aprobó hasta octubre de 1936, ya en plena Guerra Civil.
  • En Galicia, aunque había un movimiento autonomista, no se llegó a aprobar el estatuto debido al estallido de la Guerra Civil.

Reacciones de los Diferentes Grupos Políticos

Las expectativas que había en 1931 no tardaron en desvanecerse y la oposición al gobierno fue creciendo rápidamente.

En agosto de 1932, el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado, aprovechando el descontento por la autonomía catalana, la creciente oposición de los católicos y el malestar por las huelgas obreras. Sin embargo, fracasó.

Este intento de golpe reveló el gran problema político de la República:

La izquierda consideraba la República como suya

La izquierda veía la República como su régimen, al igual que la derecha había gobernado España durante los últimos 50 años.

Como consecuencia, no buscó consensos con otros grupos políticos, sino que impuso un programa claramente de izquierdas. Esto provocó el rechazo de la derecha y de muchos sectores de la sociedad.

La derecha se sintió excluida y se reorganizó

La política anticlerical del gobierno provocó una reacción inmediata en la derecha.

El artículo 26 de la Constitución estableció la separación de la Iglesia y el Estado, pero también prohibió a la Iglesia participar en la educación y en la economía, dejándola sin ingresos.

Esto llevó a muchos católicos a rechazar la Constitución de 1931.

En lugar de buscar estabilidad mediante concesiones y acuerdos, el gobierno excluyó a los católicos y generó incertidumbre sobre el futuro de la República. Esto empujó a la derecha a colocar la reforma constitucional en el centro de su agenda política.

La reorganización de la derecha

En las elecciones generales de 1931, la derecha estaba desorganizada y solo obtuvo 30 diputados. Esto hizo que la izquierda creyera que la derecha no tenía futuro en la República.

Sin embargo, la política laicista del gobierno hizo que la derecha se reorganizara y se fortaleciera. Entre 1932 y 1933 surgieron varios partidos de derecha:

  • La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), patrocinada por la Iglesia, que llegó a tener 700.000 afiliados, más que cualquier otro partido.
  • Renovación Española, monárquico y conservador.
  • La Falange Española, de ideología fascista.
  • Los Carlistas, que defendían la monarquía tradicionalista.

Las elecciones de 1933: El gran error de la izquierda

En enero de 1933, se produjeron las huelgas anarquistas y la brutal represión en Casas Viejas, donde la Guardia de Asalto ejecutó a campesinos que protestaban contra el gobierno. Esto generó una gran crisis y debilitó al gobierno.

La oposición de derecha aprovechó esta situación para lanzar una intensa campaña de propaganda.

En abril de 1933, en las elecciones municipales, la derecha casi derrota al gobierno.

En las elecciones generales de noviembre de 1933, la CEDA obtuvo 115 escaños, convirtiéndose en el partido más votado.

Este resultado fue un golpe devastador para la izquierda, que había cometido un grave error estratégico al pensar que la República era solo suya y que la derecha no tenía futuro.

Debido a esta derrota, Azaña dimitió en septiembre de 1933.

Este periodo mostró que, aunque el gobierno intentó modernizar España con reformas profundas, no logró crear un consenso entre los diferentes grupos políticos, lo que llevó al país a una gran inestabilidad y al fin del gobierno republicano-socialista.

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