La Economía Española ante la Primera Guerra Mundial y la Crisis de Posguerra (1914-1936)

La Economía Española durante la Primera Guerra Mundial y el Periodo de Entreguerras (1914-1936)

1. El Impacto de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial (que duró hasta 1918), generando una profunda distorsión en la economía internacional. Todas las economías se vieron afectadas, sobre todo en Europa. Para la economía española, caracterizada por ser cerrada y operar bajo un régimen proteccionista, la guerra tuvo efectos tanto positivos como negativos.

1.1. Efectos Positivos: La Oportunidad de la Neutralidad

La neutralidad española permitió que los países beligerantes derivaran parte de su demanda industrial hacia España. Esto provocó un crecimiento significativo de la demanda externa de productos manufacturados españoles.

La guerra redujo la oferta internacional de manufacturas, lo que llevó a un aumento de sus precios. En este contexto, los costes de producción perdieron importancia relativa, permitiendo que incluso empresas marginales (con costes más altos) pudieran producir y obtener beneficios.

En general, la coyuntura bélica fue positiva para la economía española, que se benefició al convertirse en uno de los pocos oferentes industriales en Europa.

1.2. Efectos Negativos: Escasez y Costes

Los países en guerra redujeron sus exportaciones de materias primas, bienes intermedios básicos, bienes de equipo y bienes de consumo. Esto afectó negativamente a la industria española dependiente de estas importaciones (afectando en bienes superiores y reduciendo la demanda, el sector español se vio influido negativamente). Además, los costes del transporte marítimo (fletes) se dispararon, encareciendo tanto importaciones como exportaciones.

2. Evolución Sectorial durante la Guerra

2.1. Industria

El sector industrial experimentó notables oportunidades de exportación. Se benefició de una protección espontánea del mercado interior debido a la ausencia de competidores extranjeros y avanzó en la sustitución de importaciones por productos nacionales. Sin embargo, el incremento del precio de las materias primas, debido a la menor oferta y la subida de precios, supuso un desafío. En conjunto, el sector industrial se vio favorecido.

Industria Manufacturera

La coyuntura favoreció la sustitución de importaciones por las nacionales. No obstante, muchos empresarios manufactureros optaron por explotar al máximo los factores productivos existentes en lugar de utilizar los recursos para invertir y mejorar tecnológicamente. En vez de ello, explotaron máximamente los factores productivos y, cuando se acabaron esos recursos fáciles, entraron en crisis. Por otro lado, los nuevos sectores (química, fabricación de maquinaria, etc.) tuvieron una transformación distinta, aprovechando los recursos para diversificarse y crecer, preparándose para competir en el mercado internacional.

2.2. Agricultura

La coyuntura fue también favorable para la agricultura. Mientras la agricultura mediterránea tuvo una retracción, la del cereal tuvo una coyuntura favorable porque no había competidores. A corto plazo, utilizaron reservas de mano de obra en el campo, lo que cortó los procesos migratorios. Esto, sin embargo, hizo más difícil la modernización necesaria del sector.

2.3. Minería

Los efectos de la guerra fueron mayoritariamente nocivos para la minería. La producción de muchos minerales cayó en picado porque las exportaciones se redujeron debido a la menor demanda externa y las dificultades del transporte. El único que se salvó fue el del hierro vizcaíno, cuya demanda se mantuvo, especialmente por parte de las siderurgias británicas, a pesar de los cambios de mercado.

2.4. Carbón

La economía española siempre había sido deficitaria en carbón, comprándolo principalmente en Gran Bretaña (GB). Con la guerra, los fletes se elevaron mucho, haciendo crecer los precios del carbón importado. Esto hizo más rentable producir carbón en minas españolas, incluso en aquellas con niveles de producción bajos (minas marginales). Este incentivo fue posible, en parte, gracias a la introducción de la electricidad en la minería, lo que a su vez incrementó la difusión de la energía eléctrica.

2.5. Servicios

El sector servicios creció más que la industria. Destacó el auge de la banca: los empresarios industriales obtenían grandes beneficios que, a menudo, no reinvertían directamente en sus industrias, sino que guardaban en los bancos. Debido a ese gran ahorro, creció la banca y se consolidó la estructura bancaria moderna, orientada también a la inversión.

También crecieron las empresas comerciales, que movieron un volumen creciente de mercancías. Sin embargo, el aumento de los fletes y el hecho de que se trabajara con estructuras de transporte a menudo marginales provocó que se perdiera capacidad de carga y eficiencia.

3. Consecuencias Económicas de la Guerra

3.1. Balanza de Pagos y Crecimiento

La economía española creció durante la coyuntura bélica y acumuló un importante superávit en la balanza de pagos. Este crecimiento, sin embargo, tuvo contrastes: de la balanza comercial se obtuvieron unos 2.600 millones de pesetas y de la balanza de servicios (principalmente por fletes) unos 1.400 millones.

Se produjo un impulso al proceso de industrialización: aparecieron nuevos sectores y la estructura industrial se hizo más completa. La industria se convirtió temporalmente en el líder del crecimiento económico, aunque se mantuvieron muchas pequeñas empresas con capital insuficiente, etc.

3.2. Distribución de los Beneficios de Guerra

Los beneficios extraordinarios generados durante la guerra se distribuyeron de forma desigual, principalmente entre los empresarios y, por otro lado, entre algunos campesinos. Los excedentes empresariales crecieron notablemente como consecuencia de la alta demanda y los precios elevados.

3.3. Inflación y Conflictividad Social

Durante la guerra se produjo una fuerte inflación. Los precios aumentaron significativamente, mientras que los salarios no crecieron al mismo ritmo, provocando una disminución de los salarios reales. Esta situación generó una creciente conflictividad social.

Los sindicatos ganaron fuerza y lucharon por la recuperación del poder adquisitivo perdido. Los trabajadores de sectores clave, como las empresas ferroviarias, iniciaron huelgas importantes. Las empresas, a menudo, se negaban a reconocer a los sindicatos como intermediarios válidos.

4. La Crisis de Posguerra y el Destino de los Beneficios

4.1. El Uso (y Desuso) de los Beneficios Acumulados

El destino de los beneficios acumulados y los superávits de la balanza de pagos fue problemático y en gran medida ineficiente:

  • Atesoramiento de las reservas de oro: España acumuló importantes reservas de oro en el Banco de España. Sin embargo, en vez de que España se hubiera adherido al patrón oro o utilizado estas reservas para modernizar la economía, se optó por reservarlas. Al no utilizarlas productivamente, se convirtieron en recursos ociosos.
  • Adquisición de activos financieros españoles en manos de extranjeros: Parte de los beneficios se usó para comprar acciones y otros activos financieros de empresas españolas que estaban en manos de inversores extranjeros.
  • Depósitos bancarios no utilizados y devaluación: El resto de los beneficios, una parte considerable, no se utilizó productivamente y se depositó en bancos. Estos fondos permanecieron allí hasta acabar la guerra. Posteriormente, muchas de las divisas en las que podían estar denominados estos ahorros se devaluaron, y se perdieron gran parte de los ahorros acumulados.

4.2. El Ajuste Económico de Posguerra

El fin del conflicto bélico supuso un duro «ajuste de cuentas» para la economía española, afectando más a las estructuras económicas poco maduras y menos competitivas.

  • Caída del comercio exterior: Con la paz, las importaciones crecieron un 33% entre 1919 y 1921. Con ello, la balanza comercial, que había conseguido superávit durante la guerra, volvió a caer, alcanzando un mínimo histórico en 1921.
  • Cierre masivo de empresas: Se dio una desaparición masiva de empresas, especialmente las marginales que solo habían sido viables durante la excepcional coyuntura bélica.
  • Crisis bancaria: Quebraron muchos bancos comerciales (especialmente catalanes). Algunos habían especulado con las divisas durante la guerra y, cuando estas volvieron a su precio real, quebraron.
  • Deflación y crisis industrial: También hubo deflación. Disminuyó el precio del carbón, lo que arrastró los beneficios empresariales, y cayeron los niveles de producción.
  • Desempleo y conflictividad social: Sin embargo, la caída de precios y producción no arrastró una caída similar de los salarios, debido a la presión de los sindicatos. Los salarios no se ajustaron a la nueva coyuntura, lo que contribuyó a aumentar el desempleo.

La crisis de posguerra se produjo porque las industrias tradicionales (que tenían un gran peso relativo dentro de la economía) sufrieron fuertemente el ajuste, mientras que las industrias más nuevas y con mayores oportunidades aún no tenían suficiente peso para tirar del conjunto. La crisis presentó una combinación de caída de precios, caída de la producción, cierre de empresas, desempleo y un fuerte activismo social.

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